Corrupci¨®n electoral

El fiscal de Baleares acaba de abrir una v¨ªa acusatoria que abunda en la gravedad del caso Formentera, un asunto de supuesta manipulaci¨®n del censo electoral y de compra de los votos por correo de emigrantes en 1999. Los 'indicios razonables' de implicaci¨®n delictiva anotados por el ministerio p¨²blico avanzan contra la c¨²pula del PP regional y parecen dirigirse ahora hacia el ministro Jaume Matas, titular de Medio Ambiente, aunque ha quedado temporalmente amparado por una nueva maniobra de obstrucci¨®n del fiscal general del Estado: Jes¨²s Cardenal ha impedido la imputaci¨®n del ministro ante el Supremo decidida por los fiscales de Baleares al reclamar como 'clave' del asunto la implicaci¨®n de Jos¨¦ Juan Cardona, ex consejero de Industria y actual diputado auton¨®mico.

Matas gana tiempo, pero sigue en la escena de la pol¨¦mica y de las eventuales responsabilidades penales porque el fiscal de Baleares, Antonio de Vicente Tutor, cree que el asunto terminar¨¢ en el Supremo, con el ministro declarando. Cuando se produc¨ªan los hechos, una trama de apariencia institucional para promover el voto de los inmigrantes, Matas era el candidato del PP y presidente del Gobierno balear. Fue ¨¦l quien traz¨® con su pu?o y letra el esquema general, y sus asesores enviados a Argentina dejaron constancia escrita de sus actuaciones: ficharon espa?oles ausentes, los clasificaron pol¨ªticamente, indicaron c¨®mo subvencionarles de manera clientelar, se?alaron a qui¨¦nes se deb¨ªa contratar como agentes electorales para sacar r¨¦ditos para el partido.

La trama, sufragada con fondos p¨²blicos, se desvel¨® como un caso de presunta corrupci¨®n electoral y malversaci¨®n de caudales p¨²blicos. En el complejo sistema de las islas, y dado el equilibrio derecha-izquierda, el esca?o de Formentera -uno entre 59- suele ser decisivo para inclinar la mayor¨ªa de un lado u otro; y ese esca?o suele dirimirse por unas decenas de votos. El PP, seg¨²n la acusaci¨®n, maquin¨® asegurarse ese esca?o jugando con una bolsa de menos de cien emigrantes adictos o inducidos. Votaron gentes que jam¨¢s hab¨ªan tenido arraigo en la isla ni conoc¨ªan si votaban en Mallorca o Formentera.

Cuando Aznar, tan implacable cuando los acusados son los adversarios, nombr¨® a Matas, ¨¦ste estaba aludido en el sumario abierto desde un a?o antes. Tal vez no sea superfluo recordar que en 1995 Aznar se empe?¨® en nombrar al mentor de Matas, Gabriel Ca?ellas, candidato del PP pese a estar implicado en otro esc¨¢ndalo de corrupci¨®n, el caso S¨®ller. A las pocas semanas de su elecci¨®n tuvo que destituirle para no ser arrollado en su camino hacia La Moncloa; y el PP de Baleares entr¨® en una crisis interna y de imagen que a¨²n contin¨²a.