Presente frustrado y futuro incierto de la universidad andaluza

No son el conocimiento, el rigor y la seriedad virtudes que adornan el art¨ªculo que el secretario de Educaci¨®n, Universidades e Investigaci¨®n del PSOE de Andaluc¨ªa, don Antonio Fern¨¢ndez Poyato, firmaba en d¨ªas pasados en las p¨¢ginas de este peri¨®dico, manteniendo la l¨ªnea de dar ca?a como sea a la pol¨ªtica educativa del Partido Popular en materia universitaria. Conocimiento, rigor y seriedad que se han de exigir a este reponsable pol¨ªtico, sobre todo si al t¨ªtulo tan importante y rimbombamte que ostenta el susodicho en su partido, le hemos de sumar, por obra y gracia de su militancia pol¨ªtica y de don Manuel Chaves, el de haber sido presidente del Consejo Social de la Universidad de C¨®rdoba.

Hace ya much¨ªsimo tiempo que el discurso del Partido Socialista de Andaluc¨ªa en materia universitaria es s¨®lo eso: discurso hip¨®crita, ret¨®rica barata . Los socialistas se presentan ante la sociedad como los adalides de la solidaridad, como los defensores del sistema p¨²blico, como los luchadores contra las desigualdades. Pero la realidad es otra bien distinta. Las universidades p¨²blicas andaluzas viven hoy de milagro, porque no podemos calificar de otra forma la situaci¨®n extrema que padecen. Despu¨¦s de 15 a?os de competencias plenas y de responsabilidades absolutas de los gobiernos socialistas, nuestro sistema universitario se caracteriza por la insuficiencia financiera, la discriminaci¨®n y la desigualdad en el reparto de los fondos p¨²blicos, los incumplimientos en materia de inversiones, el endeudamiento, la tasa important¨ªsima de fracaso universitario, la desordenada y atrofiada oferta de titulaciones y un sinf¨ªn de problemas estructurales que ha provocado que nuestras universidades est¨¦n situadas en el furg¨®n de cola del tren nacional y a a?os luz de los par¨¢metros europeos.

Esta situaci¨®n de precariedad, de prestaci¨®n de un servicio p¨²blico prioritario como es el universitario en condiciones absolutamente mediocres, tiene un responsable directo desde los ¨¢mbitos jur¨ªdicos y pol¨ªticos: el Gobierno andaluz. La Ley andaluza 1/1992 de Coordinaci¨®n del Sistema Universitario Andaluz determina que la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y Ciencia de la Junta de Andaluc¨ªa es la responsable de la coordinaci¨®n del sistema y principal agente financiador de la actividad universitaria. En su t¨ªtulo IV sobre Financiaci¨®n establece que 'las subvenciones anuales correspondientes a cada universidad p¨²blica ser¨¢n las que se consignen en la Ley de Presupuestos de la Comunidad Aut¨®noma, teniendo en cuenta la Programaci¨®n Universitaria', programaci¨®n que ha de prever, seg¨²n el art¨ªculo 8.2 de la citada Ley, 'prioritariamente la evaluaci¨®n de la demanda de estudios superiores y la distribuci¨®n geogr¨¢fica en Andaluc¨ªa, las necesidades de implantaci¨®n de centros, de infraestructuras y servicios, as¨ª como los medios personales y materiales que garanticen la calidad de la ense?anza e investigaci¨®n univeristaria'. Por tanto, las necesidades financieras de las universidades est¨¢n de lleno ubicadas en la responsabilidad y competencia del gobierno auton¨®mico. Por eso la Ley de Universidad presentada por el PP s¨®lo se hace cargo de las figuras o instituciones que aparecen como novedad en el texto legislativo: la habilitaci¨®n del profesorado y la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n y Acreditaci¨®n.

Los ¨²nicos que irresponsablemente han realizado propuestas educativas a coste cero han sido los socialistas: en Espa?a, promulgando una LOGSE sin recursos financieros y cuya aplicaci¨®n s¨ª ha reca¨ªdo ¨ªntegramente sobre las arcas auton¨®micas, y en Andaluc¨ªa, implantando titulaciones universitarias a mansalva sin un peseta adicional. ?Eso es cinismo, se?or Fern¨¢ndez Poyato!

Pero son las razones pol¨ªticas las que mejor pueden explicar la precaria situaci¨®n del sistema universitario andaluz. Ni la Educaci¨®n en general, ni la Universidad en particular han sido una prioridad para los gobiernos del presidente Chaves: hay un abismo insalvable entre los compromisos y los programas electorales, por un lado, y las realidades presupuestarias que a?o tras a?o presenta la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, por otro. La Educaci¨®n en Andaluc¨ªa ha perdido peso presupuestario, pasando del 25,5% el a?o 1991, al 21,73% en el a?o 2.000, y las inversiones educativas, la suma de los cap¨ªtulos 6 y 7, en 1994 fueron de 38.451 millones y en el a?o 2000 s¨®lo alcanzaron los 32.733 millones, hecho inconcebible si se tiene en cuenta las numeros¨ªsimas inversiones necesarias para la correcta implantaci¨®n de la LOGSE y la imperiosa necesidad de infraestructuras universitarias para la docencia y la investigaci¨®n. Este obst¨¢culo financiero ha sido superado gracias a la ayuda inestimable de las universidades y de los ayuntamientos que, endeud¨¢ndose a¨²n m¨¢s, han asumido las responsabilidades que otros no supieron administrar. (se?or Fern¨¢ndez Poyato: en Andaluc¨ªa legisla la mayor¨ªa parlamentaria que sustenta al Gobierno de Chaves, pero pagan los ayuntamientos). En 1991 los programas universitarios representaban el 3,8% del presupuesto andaluz, en el a?o 2000 esta participiaci¨®n se ha reducido al 3,3%. La financiaci¨®n p¨²blica por alumno empieza en las 243.954 pesetas para un alumno de Almer¨ªa, pasa por las 265.235 pesetas para un alumno de M¨¢laga, y se sit¨²a, como valor m¨¢s elevado, en las 406.425 pesetas para un alumno de C¨®rdoba. He ah¨ª todo un ejemplo de desequilibrio interno, agravio institucional, discriminaci¨®n y divergencia entre andaluces. Por ¨²ltimo, en esta retahila de cifras y datos, s¨ª quisiera resaltar que en el dictamen del Grupo de Trabajo constituido en el Parlamento andaluz para analizar la situaci¨®n de la Universidad andaluza se pide un compromiso financiero en torno al 1,5% del PIB andaluz, pero se incluye en el mismo, adem¨¢s de la financiaci¨®n universitaria, la financiaci¨®n de la Formaci¨®n Profesional de Ciclo Superior y los recursos financieros privados obtenidos por las Universidades, obteni¨¦ndose como resultado que el volumen de recursos p¨²blicos aportados a la Universidad andaluza realmente s¨®lo alcanzar¨¢ el 1% del PIB. Una tomadura de pelo de tal calibre no pod¨ªa contar con el voto afirmativo del Partido Popular.

Por todas estas razones no entiendo a quienes, como el se?or Fern¨¢ndez Poyato, vienen a darnos -con las manos manchadas, la virginidad pol¨ªtica perdida y con los mismos latiguillos de siempre- lecciones sobre modelos o leyes, salvo que se padezca de una cara muy dura, la memoria muy fr¨¢gil o un sentimiento de bronca permanente con el gobierno de Madrid que les atrofia las neuronas. Todo ello porque do?a Pilar del Castillo ha tenido la feliz idea de transformar el sistema educativo desde la ra¨ªz hasta la copa, como es urgente, justo y necesario, para que los ciudadanos tengan un servicio educativo de calidad acorde con sus intereses y exigencias. A ello obedece la Reforma Universitaria impulsada por el Partido Popular.

Rafael Salas Machuca es diputado del Partido Popular por Sevilla.