Medio centenar de aviones de EE UU y Reino Unido bombardean el sur de Irak

De los aproximadamente cincuenta aparatos empleados en la en¨¦sima operaci¨®n de castigo contra Irak, una veintena eran cazabombarderos que utilizaron bombas y misiles de precisi¨®n, guiados por sat¨¦lites de espionaje; el resto de los aviones desempe?aron funciones de escolta y apoyo. Los vuelos partieron desde el portaaviones Enterprise, estacionado en el golfo P¨¦rsico, y desde bases en Arabia Saud¨ª, horas despu¨¦s de que un avi¨®n de reconocimiento estadounidense que patrullaba la zona de exclusi¨®n al norte de Irak fuera atacado con misiles tierra-aire que no le alcanzaron. Un portavoz del Pent¨¢gono explic¨® que el bombardeo no era una represalia por ese incidente, sino una respuesta general a las crecientes amenazas de las fuerzas antia¨¦reas iraqu¨ªes contra los vuelos de vigilancia.

'Todos los objetivos atacados contribu¨ªan a la eficacia de las defensas antia¨¦reas iraqu¨ªes', dijo el teniente coronel Steve Campbell, portavoz del Pent¨¢gono. Las bombas estadounidenses y brit¨¢nicas cayeron poco despu¨¦s del mediod¨ªa (once de la ma?ana, hora peninsular espa?ola) sobre un radar de largo alcance, una bater¨ªa de lanzamiento de misiles tierra-aire y, sobre todo, un centro de comunicaciones militares que, seg¨²n Washington, constitu¨ªa el centro neur¨¢lgico de una red de fibra ¨®ptica instalada por t¨¦cnicos chinos.

El presidente George Bush ha hablado con frecuencia, en las ¨²ltimas semanas, de la 'amenaza' que supone la permanencia de Sadam Husein como m¨¢ximo dirigente iraqu¨ª. Lo ha hecho en un doble contexto, el energ¨¦tico -para justificar la sustituci¨®n del petr¨®leo que EE UU importa de Irak por petr¨®leo dom¨¦stico extra¨ªdo del santuario natural ¨¢rtico de Alaska- y el militar -para justificar la persistencia de las zonas de exclusion, una d¨¦cada despu¨¦s del alto el fuego en la guerra del Golfo-. El pasado 3 de agosto, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, anunci¨® que Irak hab¨ªa reconstruido las instalaciones destruidas cerca de Bagdad en el ataque masivo del 16 de febrero y dio a entender la inminencia de nuevos ataques.

Los bombardeos a peque?a escala siguen siendo frecuentes. El m¨¢s reciente fue lanzado el pasado martes, tras tres semanas de relativa tranquilidad, contra una bater¨ªa antia¨¦rea situada cerca de Mosul, al norte de Irak. Al d¨ªa siguiente, con ocasi¨®n del decimotercer aniversario del fin de la guerra Ir¨¢n-Irak, Sadam Husein pronunci¨® un discurso en el que conmin¨® a las autoridades de Washington y Londres a retirar sus tropas del golfo P¨¦rsico 'por su propio bien'.

Un enviado del presidente de Rusia, Vlad¨ªmir Putin, visit¨® Bagdad el pasado martes y declar¨® que el Kremlin se opon¨ªa a 'las agresiones contra Irak'. El enviado, Nikol¨¢i Kartuzov, afirm¨® que Rusia rechazaba 'la continuaci¨®n de las sanciones y los ataques casi diarios contra Irak por parte de aviones estadounidenses y brit¨¢nicos'. A principios de julio, Rusia impidi¨® que el Consejo de Seguridad revisara el r¨¦gimen de sanciones contra Irak, vigente desde la invasi¨®n de Kuwait, en agosto de 1990.

Irak nunca ha reconocido como leg¨ªtimas las zonas de exclusi¨®n (de espacio a¨¦reo vedadas a sus vuelos) creadas por Washington y Londres al sur (paralelo 33) y al norte (paralelo 36) del pa¨ªs, tras la guerra del Golfo, con el fin de proteger a las minor¨ªas shi¨ª y kurda. Desde 1998, cuando se lanz¨® el ¨²ltimo ataque contra la capital, Bagdad, 353 personas han muerto por los ataques a¨¦reos angloamericanos.

Estados Unidos y sus aliados brit¨¢nicos justifican la permanencia de las 'zonas de exclusion' por la 'amenaza global' que, en recientes palabras de George Bush, supone el r¨¦gimen iraqu¨ª. Los ataques, a su vez, se justifican por 'la necesidad de proteger a los pilotos que patrullan las zonas de exclusion', seg¨²n explic¨® ayer un portavoz de la Casa Blanca.

Bush coment¨® el pasado martes que los ataques a¨¦reos contra Irak no requieren su autorizaci¨®n, 'salvo, por supuesto, si se dirigen contra Bagdad'. 'Los jefes militares pueden tomar las decisiones que consideren oportunas para proteger a sus pilotos', dijo, 'y ese tipo de misi¨®n [el bombardeo] est¨¢ contemplado en los planes de guerra aliados'. El presidente de Estados Unidos, de vacaciones en su rancho de Tejas, fue informado el jueves por la noche de la inminencia de un ataque a gran escala.