Macedonia agoniza
La muerte en 48 horas de 17 soldados en dos acciones guerrilleras es un p¨¦simo pr¨®logo para el acuerdo que te¨®ricamente deben sellar el lunes los partidos de la mayor¨ªa eslava y la minor¨ªa albanesa de la peque?a Macedonia. Si ese compromiso, que prev¨¦ el uso del alban¨¦s como lengua oficial y la progresiva incorporaci¨®n de esta etnia a la polic¨ªa, es finalmente rubricado -el nacionalista primer ministro, Ljubco Georgievski, ya se distanciaba ayer de ¨¦l-, probablemente sea papel mojado en estas circunstancias. La antigua rep¨²blica yugoslava, tras seis meses de insurrecci¨®n, se acerca a una guerra civil pese a la supuesta tregua alcanzada el pasado 5 de julio.
La explicaci¨®n reside en que la agenda la marcan los rebeldes y su objetivo final no es tanto el de los partidos albaneses, el pleno reconocimiento de sus derechos, cuanto la secesi¨®n de la regi¨®n occidental donde esta comunidad es mayoritaria. Como sucediera con otros etnocentrismos balc¨¢nicos, los aliados occidentales han infravalorado el nacionalismo armado alban¨¦s, exportado explosivamente desde la fronteriza Kosovo. La mayor¨ªa de sus arsenales proviene de all¨ª, como los mismos jefes insurgentes, camuflados en ese ficticio cuerpo de paz de Kosovo inventado por las potencias garantes del protectorado serbio para desmilitarizar a su guerrilla. Tambi¨¦n del lado eslavo hay quienes quieren la guerra, pero est¨¢n m¨¢s neutralizados por el toma y daca negociador y el car¨¢cter predominantemente moderado de sus responsables pol¨ªticos.
Hay otras razones para el pesimismo. Aun si el pacto conseguido en el retiro de Ohrid por las presiones formidables de la Uni¨®n Europea y EE UU es anunciado, la situaci¨®n en Macedonia dista de cumplir las condiciones reiteradas por la OTAN para destacar a 3.500 soldados. Ni hay una tregua firme -la testimonial aviaci¨®n comprada a Ucrania bombardeaba ayer a los guerrilleros en Tetovo- ni los rebeldes han aceptado su desarme autom¨¢tico. Ninguna insurrecci¨®n -y menos si gana territorio y, tras seis meses de violencia, goza de simpat¨ªas crecientes entre los suyos- entrega sus fusiles de la noche a la ma?ana. Los rebeldes anticipan que s¨®lo lo har¨¢n cuando los acuerdos entre eslavos y albaneses sean ratificados por el Parlamento y comenzado su aplicaci¨®n. Un calendario impensable en un pa¨ªs que se desploma por momentos.
Washington y la UE est¨¢n jugando fuerte para impedir lo peor en Macedonia. Pero su temor a verse implicados en un nuevo conflicto balc¨¢nico -y quiz¨¢ un tercer protectorado adem¨¢s de Bosnia y Kosovo- les ha llevado a formular un plan de intervenci¨®n de la OTAN que no puede tomarse seriamente. Pretender que en uno o dos meses las fuerzas de la Alianza recojan el arsenal rebelde y se marchen es simplemente iluso. En Macedonia se han acumulado odio, temor y armas suficientes como para hacer de ella un polvor¨ªn regional por mucho tiempo.
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