Nudistas
Al alcalde del municipio vizca¨ªno de Getxo le crecen los nudistas. Lo que no consigui¨® con los caniches ni con los yorkshires -rebasar las fronteras de la patria y salir en la secci¨®n de sociedad y sucesos de los telediarios- lo ha conseguido con la prohibici¨®n de pasearse en bolas por la playa de Azkorri. Claro que a los desprejuiciados ciudadanos que se pasean mostrando sus discretas u orgullosas verg¨¹enzas por los arenales no es posible ponerles un bozal como a los canes que tienen la desgracia de habitar bajo las ordenanzas del se?or Zarraoa.
Deber¨ªa haber contado el alcalde con que en este pa¨ªs, a la que te descuidas, se internacionalizan los conflictos y, en menos que arde un Bizkaibus, te montan un tiberio en Estrasburgo, Par¨ªs o el centro de Washington. No es broma. La Asociaci¨®n de Naturistas Vascos recabar¨¢ apoyos internacionales contra la prohibici¨®n. Buscar¨¢n el respaldo de asociaciones similares en pa¨ªses como Francia, Dinamarca o Alemania. 'En Estados Unidos', han dicho, 'sabemos que hay gente que nos apoyar¨ªa'.
Una de las banderas de la transici¨®n fue la del despelote, el llamado destape. Cualquier excusa parec¨ªa buena para mostrarse en cueros. Hasta Tierno Galv¨¢n tuvo que tragar quina y tocarle las tetas a una estupefaciente Susana Estrada. Lo recuerdo. Una fiesta que hubiese filmado Fellini. Un exhibicionismo cavernario inundaba las salas de cine, las revistas, las vallas. Era la adolescencia. La inocencia la perdimos despu¨¦s. Rold¨¢n desflor¨® a la democracia. Ahora somos mayores. Aznar nos ha hecho viejos. Ya s¨®lo los nudistas de la playa de Azkorri andan con ganas de airearse la entrepierna. No est¨¢ de moda desnudar el cuerpo. A nadie le interesa. Lo que hoy est¨¢ de moda, lo que interesa a todos, lo que no falta en ning¨²n suplemento de verano es alguien ense?¨¢ndonos su coche, su adosado, su casa y sus armarios (no hay peligro, los cad¨¢veres son invisibles, s¨®lo salen los trapos de Armani). Una moda, la de mostrar al p¨²blico la propiedad privada, obscena como pocas. ?A qui¨¦n le importan nuestros penes y pubis y culos? Solamente al alcalde de Getxo, supongo.
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