Comienza Gescartera

Tras gastar a los subalternos en explicarnos las bondades de la subcomisi¨®n parlamentaria, el Gobierno, por fin, ha entendido la gravedad de todo lo que estaba sucediendo en torno al caso Gescartera y no ha tenido m¨¢s remedio que aceptar que se forme en el Congreso una comisi¨®n de investigaci¨®n de este esc¨¢ndalo, donde comparezcan todos los implicados en la trama, pero tambi¨¦n en la que los responsables pol¨ªticos expliquen p¨²blicamente c¨®mo ha podido producirse tal dejaci¨®n en todos los controles reglamentariamente establecidos.

En cuanto a la creaci¨®n de la comisi¨®n, s¨®lo cabe destacar el penoso papel de la rueda de peones, que una vez desautorizados en p¨²blico por el ministro de Econom¨ªa y vicepresidente del Gobierno, no han tenido m¨¢s remedio que asumir la rectificaci¨®n de una estrategia de ocultaci¨®n que se ha revelado imposible. ?Tanto ardor empleado por los meritorios para acabar aceptando lo que la oposici¨®n -que ha cumplido bien con su papel- les ha exigido desde un primer momento: la investigaci¨®n del caso con todas sus consecuencias! Ser¨¢, sin duda, gratificante para el PSOE, que, junto con Izquierda Unida, agarraron el hueso desde un primer momento.

Estamos ante un caso que debe preocupar al Gobierno, porque toca puntos muy sensibles en su interior, pero en el que tambi¨¦n se ven involucrados no pocos sectores sociol¨®gicamente m¨¢s pr¨®ximos al partido gobernante que a los de oposici¨®n. Por lo pronto, alg¨²n ministerio, como el de Defensa, deber¨¢ explicar convincentemente por qu¨¦ invierte dineros oficiales en sociedades con mayor riesgo del que la prudencia aconsejar¨ªa. O se aventuraron en exceso -con el dinero de todos- o ten¨ªan informaci¨®n de la que carec¨ªa el gran p¨²blico. El razonamiento es extensivo a instituciones de la polic¨ªa o empresas p¨²blicas de las que ya se ha dado cumplida cuenta.

Sin duda, el ministerio que m¨¢s habr¨¢ de explicarse es el de Hacienda, cuyo titular, Crist¨®bal Montoro, s¨®lo ayer, tras el toque de generala, ha roto el ataque de mudez que ha padecido desde la explosi¨®n del conflicto para anunciar investigaciones internas. Primero, porque era su hombre de confianza -el secretario de Estado, Enrique Gim¨¦nez-Reyna- quien organizaba almuerzos de confraternizaci¨®n entre la compa?¨ªa que presid¨ªa su hermana (y donde otros dos hermanos invert¨ªan los ahorros de los dem¨¢s) y los responsables institucionales de su vigilancia. Montoro fue r¨¢pido cuando Gim¨¦nez-Reyna dimiti¨® para alabar la gran estatura humana de su cargo de confianza, sacrific¨¢ndose en el altar de la honestidad por algo que s¨®lo afectaba a sus familiares. Ahora deber¨ªamos escucharle al ministro algo m¨¢s que vaguedades..

M¨¢s grave a¨²n es que en todo el caso Gescartera se haya implantado, con una naturalidad que pone los pelos de punta, la admisi¨®n de la existencia de miles de millones en dinero negro. Semanas ha tardado el ministro de Hacienda en anunciar que se va a investigar. ?La Agencia Tributaria no descubri¨® nada de estas monta?as de dinero sin rastro en todos estos a?os, de las que al parecer su secretario de Estado estaba al cabo de la calle? ?Hasta cu¨¢ndo hay que esperar para que los inspectores pongan patas arriba las declaraciones de esos miles de defraudadores? ?Hay personas relevantes, como ha declarado Camacho, entre esos cientos y cientos de inversores con sacos de billetes invisibles al fisco?

Queda, por ¨²ltimo, depurar las responsabilidades pertinentes en la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores. Como hemos informado en este peri¨®dico, la situaci¨®n desastrosa de Gescartera se arrastra desde hace a?os, y al menos desde 1999 su due?o o los administradores ya falsificaron documentos para mostr¨¢rselos a la Comisi¨®n. Imposturas que s¨®lo fueron descubiertas, al parecer, avanzado el a?o 2001, cuando el titular de la sociedad ya no logr¨® m¨¢s dinero y todas las gestiones hechas por los responsables de la sociedad y sus m¨²ltiples amigos en la Administraci¨®n fracasaron, llevando a Camacho al fraude burdo y chapucero de alguien que sabe que ya est¨¢ perdido.

Menci¨®n especial merece en este apartado de la Comisi¨®n su ex vicepresidente, el tambi¨¦n ex diputado del PP Luis Ramallo, que de martillo de corruptelas se ha quedado convertido en modesto receptor de relojes, pendientes, carteras y otras bisuter¨ªas del principal implicado en el caso. M¨¢s significativa, sin embargo, es su posible implicaci¨®n en un intento de venta de la compa?¨ªa a una sociedad alemana, actuando como mediador cuando muy posiblemente a¨²n estaba afectado por las normas de incompatibilidad. El tema no es balad¨ª: el notario Ramallo intentaba vender una compa?¨ªa que viv¨ªa a base de papeles falsos y que estaba en la ruina. La CNMV, en cualquier caso, ha quedado claramente tocada y muchas explicaciones -m¨¢s consistentes que las anteriores, como p¨²blicamente le record¨® a Pilar Valiente el vicepresidente Rato- tendr¨¢ que dar su presidenta para que la Comisi¨®n recupere el papel de estandarte de seguridad jur¨ªdica que ha de ofrecer a todo el sistema financiero.

El caso Gescartera, en estos momentos, no ha hecho m¨¢s que empezar. Quedan todas las explicaciones de los responsables en la comisi¨®n pertinente, pero tambi¨¦n, las acciones judiciales contra un grupo de presuntos delincuentes. Y de sus c¨®mplices.