Los grandes museos buscan alicientes estivales para seducir a sus visitantes
Ampliaciones de horarios, cenas al aire libre y exposiciones de primera fila intentan atraer a los turistas culturales del verano. M¨¢s de 300.000 personas visitar¨¢n este mes el Prado, el Reina Sof¨ªa y la Fundaci¨®n Thyssen
El paseo del Prado de Madrid asiste todos los d¨ªas de agosto a un peculiar desfile de gente uniformada. Calzados con sandalias o zapatillas deportivas, enfundados invariablemente en pantalones cortos y cubiertos sus torsos con camisetas dan la impresi¨®n de ser un ej¨¦rcito que camina, arriba y abajo, bajo un calor abrasador. Si una c¨¢mara s¨®lo enfocara a esta veraniega procesi¨®n y dejara fuera de campo el resto del paisaje, se podr¨ªa pensar que estamos en Port Aventura, Terra M¨ªtica o Eurodisney. Pero sobre el paisaje destacan los edificios, sobrios o audaces, de la mayor y mejor concentraci¨®n de museos de Espa?a: el Prado, el Centro de Arte Reina Sof¨ªa y la Fundaci¨®n Thyssen-Bornemisza. Los turistas, pues, no se han equivocado de destino. No buscan atracciones de feria o carruseles gigantes, sino cuadros de Goya, de Vel¨¢zquez, de Murillo, de Canaletto, de los impresionistas, de Picasso, del pop-art, de las vanguardias... Muchos acuden con la misma disposici¨®n de ¨¢nimo que aquellos que acuden a un parque tem¨¢tico y los museos no est¨¢n dispuestos a defraudarlos en este frenes¨ª de zapping pict¨®rico tras el que, en ocasiones, apenas queda el recuerdo de un p¨®ster comprado en las tiendas.
Como en Escenas en una galer¨ªa, la pel¨ªcula dirigida en 1991 por Paul Mazursky e interpretada por Woody Allen, los grandes museos madrile?os anuncian unos alicientes al estilo de 24 horas, non stop program. En estos centros ya se puede hacer casi de todo. Desde el Reina Sof¨ªa, que ha ampliado sus horarios durante los s¨¢bados (desde las 10.00 a las 23.00) y los domingos (de 10.00 a 19.00) a la Fundaci¨®n Thyssen, que ha vuelto a disponer sus mesas para cenas al aire libre, los museos no descansan a la hora de idear iniciativas para seducir a sus visitantes. Cafeter¨ªas, tiendas, bibliotecas, terrazas y proyecci¨®n de v¨ªdeos permiten sobrellevar una jornada cultural agotadora. Hace una d¨¦cada, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) coloc¨® en agosto una gran pancarta en su fachada que rezaba Abierto por vacaciones. El ejemplo ha cundido.
Un total de cerca de 300.000 turistas se calcula que se acercar¨¢n durante el mes de agosto a estos tres museos del centro de Madrid, concentrados en menos de un kil¨®metro de distancia. De ellos, 157.000 corresponden al Prado, unos 131.000 al Reina Sof¨ªa y otros 40.000 a la Fundaci¨®n Thyssen. Algo m¨¢s de la mitad de estos visitantes son espa?oles. El p¨²blico del Prado es, sin lugar a dudas, el m¨¢s heterog¨¦neo. Un millar de obras maestras de la pintura expuestas en sus salas y un prestigio internacional indiscutible convierten esta pinacoteca en el segundo complejo cultural m¨¢s visitado de Espa?a, s¨®lo superado por la Alhambra granadina.
Desde mochileros contraculturales a monjas con h¨¢bito, la gama de visitantes del Prado es infinita. Y la mayor¨ªa de ellos, pertrechados con gu¨ªas cada vez m¨¢s completas, que relegan al olvido a los profesionales de la explicaci¨®n. Una muchacha italiana pregunta a su pareja por los personajes de La familia de Carlos IV, retratada por Goya. El chico balbucea algo de conocimientos hist¨®ricos, pero de pronto recapacita: 'No te preocupes, cara m¨ªa, te voy a leer lo que viene en la gu¨ªa'. Francisco de Goya y Lucientes es la estrella del Prado, un firmamento muse¨ªstico que no admite segundas divisiones ni mediocridades. 'Despu¨¦s de Goya vienen Vel¨¢zquez y El Bosco en las preferencias de los visitantes. El Bosco les gusta mucho a los norteamericanos', comenta la encargada de una de las tres tiendas-librer¨ªa con las que cuenta la pinacoteca. Con p¨²blico asegurado, el Prado parece todav¨ªa anclado en t¨¦cnicas antiguas, poco propias de parque tem¨¢tico, con una se?alizaci¨®n propia de El laberinto de las aceitunas, de Eduardo Mendoza, y un restaurante que recuerda las estaciones de ferrocarril de los a?os sesenta. Un aire vetusto recorre los pasillos y las salas.
Precisamente, los propios rectores del museo reconocen que necesitan una adaptaci¨®n a los nuevos tiempos. Dentro del plan estrat¨¦gico de ampliaci¨®n del Prado, obra de Rafael Moneo, se ha encargado a una empresa estadounidense un estudio que entregar¨¢ el pr¨®ximo mes de febrero para ver los retos del siglo XXI en las funciones y los medios de un museo como el Prado.
Adem¨¢s de ampliar el horario dentro de la promoci¨®n tur¨ªstica para agosto que ha iniciado la Comunidad de Madrid, el Reina Sof¨ªa ofrece durante estas semanas muestras como, nada m¨¢s y nada menos, que una selecci¨®n de los fondos del centro; Minimalismos, un signo de los tiempos; Huellas de luz. El arte y los experimentos de William Henry Fox Talbot, Lucio Mu?oz y Alberto. Este centro, fundado en 1988, se encuentra tambi¨¦n a punto de acometer una ambiciosa reforma y ampliaci¨®n, que dirigir¨¢ el arquitecto franc¨¦s Jean Nouvel. No va a la zaga la Fundaci¨®n Thyssen, que en pleno est¨ªo se ha atrevido con Canaletto, una Venecia imaginaria, que procedente de Barcelona estar¨¢ abierta hasta el 2 de septiembre.
Pero los alrededores de los parques tem¨¢ticos de dise?o suelen albergar zocos que han pervivido de otras ¨¦pocas. Por 800 pesetas, los Smith, M¨¹ller o Dupont pueden inscribir su nombre en un cartel de toros junto a Jos¨¦ Tom¨¢s o El Juli.El paseo del Prado de Madrid asiste todos los d¨ªas de agosto a un peculiar desfile de gente uniformada. Calzados con sandalias o zapatillas deportivas, enfundados invariablemente en pantalones cortos y cubiertos sus torsos con camisetas dan la impresi¨®n de ser un ej¨¦rcito que camina, arriba y abajo, bajo un calor abrasador. Si una c¨¢mara s¨®lo enfocara a esta veraniega procesi¨®n y dejara fuera de campo el resto del paisaje, se podr¨ªa pensar que estamos en Port Aventura, Terra M¨ªtica o Eurodisney. Pero sobre el paisaje destacan los edificios, sobrios o audaces, de la mayor y mejor concentraci¨®n de museos de Espa?a: el Prado, el Centro de Arte Reina Sof¨ªa y la Fundaci¨®n Thyssen-Bornemisza. Los turistas, pues, no se han equivocado de destino. No buscan atracciones de feria o carruseles gigantes, sino cuadros de Goya, de Vel¨¢zquez, de Murillo, de Canaletto, de los impresionistas, de Picasso, del pop-art, de las vanguardias... Muchos acuden con la misma disposici¨®n de ¨¢nimo que aquellos que acuden a un parque tem¨¢tico y los museos no est¨¢n dispuestos a defraudarlos en este frenes¨ª de zapping pict¨®rico tras el que, en ocasiones, apenas queda el recuerdo de un p¨®ster comprado en las tiendas.
Como en Escenas en una galer¨ªa, la pel¨ªcula dirigida en 1991 por Paul Mazursky e interpretada por Woody Allen, los grandes museos madrile?os anuncian unos alicientes al estilo de 24 horas, non stop program. En estos centros ya se puede hacer casi de todo. Desde el Reina Sof¨ªa, que ha ampliado sus horarios durante los s¨¢bados (desde las 10.00 a las 23.00) y los domingos (de 10.00 a 19.00) a la Fundaci¨®n Thyssen, que ha vuelto a disponer sus mesas para cenas al aire libre, los museos no descansan a la hora de idear iniciativas para seducir a sus visitantes. Cafeter¨ªas, tiendas, bibliotecas, terrazas y proyecci¨®n de v¨ªdeos permiten sobrellevar una jornada cultural agotadora. Hace una d¨¦cada, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) coloc¨® en agosto una gran pancarta en su fachada que rezaba Abierto por vacaciones. El ejemplo ha cundido.
Un total de cerca de 300.000 turistas se calcula que se acercar¨¢n durante el mes de agosto a estos tres museos del centro de Madrid, concentrados en menos de un kil¨®metro de distancia. De ellos, 157.000 corresponden al Prado, unos 131.000 al Reina Sof¨ªa y otros 40.000 a la Fundaci¨®n Thyssen. Algo m¨¢s de la mitad de estos visitantes son espa?oles. El p¨²blico del Prado es, sin lugar a dudas, el m¨¢s heterog¨¦neo. Un millar de obras maestras de la pintura expuestas en sus salas y un prestigio internacional indiscutible convierten esta pinacoteca en el segundo complejo cultural m¨¢s visitado de Espa?a, s¨®lo superado por la Alhambra granadina.
Desde mochileros contraculturales a monjas con h¨¢bito, la gama de visitantes del Prado es infinita. Y la mayor¨ªa de ellos, pertrechados con gu¨ªas cada vez m¨¢s completas, que relegan al olvido a los profesionales de la explicaci¨®n. Una muchacha italiana pregunta a su pareja por los personajes de La familia de Carlos IV, retratada por Goya. El chico balbucea algo de conocimientos hist¨®ricos, pero de pronto recapacita: 'No te preocupes, cara m¨ªa, te voy a leer lo que viene en la gu¨ªa'. Francisco de Goya y Lucientes es la estrella del Prado, un firmamento muse¨ªstico que no admite segundas divisiones ni mediocridades. 'Despu¨¦s de Goya vienen Vel¨¢zquez y El Bosco en las preferencias de los visitantes. El Bosco les gusta mucho a los norteamericanos', comenta la encargada de una de las tres tiendas-librer¨ªa con las que cuenta la pinacoteca. Con p¨²blico asegurado, el Prado parece todav¨ªa anclado en t¨¦cnicas antiguas, poco propias de parque tem¨¢tico, con una se?alizaci¨®n propia de El laberinto de las aceitunas, de Eduardo Mendoza, y un restaurante que recuerda las estaciones de ferrocarril de los a?os sesenta. Un aire vetusto recorre los pasillos y las salas.
Precisamente, los propios rectores del museo reconocen que necesitan una adaptaci¨®n a los nuevos tiempos. Dentro del plan estrat¨¦gico de ampliaci¨®n del Prado, obra de Rafael Moneo, se ha encargado a una empresa estadounidense un estudio que entregar¨¢ el pr¨®ximo mes de febrero para ver los retos del siglo XXI en las funciones y los medios de un museo como el Prado.
Adem¨¢s de ampliar el horario dentro de la promoci¨®n tur¨ªstica para agosto que ha iniciado la Comunidad de Madrid, el Reina Sof¨ªa ofrece durante estas semanas muestras como, nada m¨¢s y nada menos, que una selecci¨®n de los fondos del centro; Minimalismos, un signo de los tiempos; Huellas de luz. El arte y los experimentos de William Henry Fox Talbot, Lucio Mu?oz y Alberto. Este centro, fundado en 1988, se encuentra tambi¨¦n a punto de acometer una ambiciosa reforma y ampliaci¨®n, que dirigir¨¢ el arquitecto franc¨¦s Jean Nouvel. No va a la zaga la Fundaci¨®n Thyssen, que en pleno est¨ªo se ha atrevido con Canaletto, una Venecia imaginaria, que procedente de Barcelona estar¨¢ abierta hasta el 2 de septiembre.
Pero los alrededores de los parques tem¨¢ticos de dise?o suelen albergar zocos que han pervivido de otras ¨¦pocas. Por 800 pesetas, los Smith, M¨¹ller o Dupont pueden inscribir su nombre en un cartel de toros junto a Jos¨¦ Tom¨¢s o El Juli.
Tiempo para el arte
El verano es tiempo para el arte. Redescubrir el placer de deambular tranquilamente por museos y exposiciones sin prisas, sin agobios. Para el amante del arte contempor¨¢neo la cita es en el Mediterr¨¢neo. La bienal de Valencia, con 900 millones de pesetas de presupuesto, tiene como objetivo promocionar la ciudad con el gancho de nombres internacionalmente conocidos. En las Atarazanas del Puerto se presenta el trabajo de 12 artistas rusos; en L'Almod¨ª, una instalaci¨®n espect¨¢culo sobre los desastres de la guerra ideada por el realizador Emir Kusturica y el dramaturgo Mladen Materic. De las muchas propuestas con las que la bienal salpica la ciudad (www.bienaldevalencia.com) destaca la exposici¨®n El cuerpo del arte, una selecci¨®n de m¨¢s de cien artistas cuyo dise?o han realizado el cr¨ªtico Achille Bonito Oliva y el cineasta Peter Greenaway. Y en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) hay exposiciones dedicadas al arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava, al fot¨®grafo Christopher Makos, al artista italiano Gabriele Basilico y al pintor R¨¤fols-Casamada.
La trienal de Barcelona (www.bcn.es/BarcelonaArtReport), con un presupuesto de 400 millones de pesetas, presenta exposiciones dedicadas a la visi¨®n urban¨ªstica de los cineastas y al arte actual africano en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona, complementada con sesiones nocturnas y gratuitas de cine africano. El Museo de Arte Contempor¨¢neo presenta una antol¨®gica de arte pol¨ªtico titulada Antagonismos, que se complementa con la dedicada al nuevo documental en la sala La Capella. Y en el Centro de Arte Santa M¨®nica, Trans Sexual Express Barcelona 2001, una pol¨¦mica mirada a los cambios de los roles sexuales en los ¨²ltimos tiempos. Y en la Costa Brava, el Teatro-Museo Dal¨ª de Figueras abre por las noches.
En el Cant¨¢brico, el foco art¨ªstico del verano se concentra en Bilbao, cuyas calles y plazas se han llenado con 175 vacas, de fibra de vidrio y a tama?o natural, realizadas por artistas y alumnos de diferentes escuelas. Pero el motor art¨ªstico de la ciudad sigue siendo el Guggenheim, que ampl¨ªa su horario en verano hasta las nueve de la noche y que ofrece un horario nocturno de visitas del 20 al 24 de este mes, y donde se pueden visitar los proyectos con televisores, v¨ªdeos e instalaciones del coreano Nam June Paik o de los dise?os de moda de Giorgio Armani. En San Sebasti¨¢n, el Centro Kursaal muestra las creaciones de otro modista, Crist¨®bal Balenciaga.
Y m¨¢s, desde la exposici¨®n dedicada al arte Omeya entre los siglos VIII al XI, en C¨®rdoba, hasta la modernidad de la brit¨¢nica Gillian Wearing, en el Centro Galego de Arte Contempor¨¢neo de Santiago, el territorio espa?ol est¨¢ salpicado de arte este verano.
Informaci¨®n realizada por Marta Nieto, Rosa Biot y Catalina Serra.
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