Gatillazo en el 1.500
El Guerruj gan¨® con facilidad una final en la que los espa?oles Est¨¦vez (quinto) y Redolat (sexto) se quedaron sin medallas
Convertido en un mitin de verano, el 1.500 pierde misterio, pero qui¨¦n se lo va a reprochar a El Guerruj, que no tiene ning¨²n inter¨¦s en complicarse la vida. Su superioridad es tan grande que no encuentra razones para ponerla en peligro con concesiones a sus adversarios. Nada era tan seguro en Edmonton como esta final al galope, conquistada limpiamente por el campe¨®n marroqu¨ª, que no dio tregua a nadie. Y menos a los espa?oles, condenados al sufrimiento desde el principio. Reyes Est¨¦vez fue quinto; Redolat, sexto. Posiciones honorables que no impidieron pensar en un gatillazo.
Hab¨ªa inter¨¦s por ver la actuaci¨®n de los dos espa?oles. Estaban en la obligaci¨®n de demostrar sus progresos, que en el caso de Redolat han sido tan evidentes que su candidatura al podio parec¨ªa muy clara. Le faltaba confirmar los datos de la temporada y la excelente impresi¨®n que hab¨ªa causado en las eliminatorias. En la final no pas¨® la prueba del algod¨®n. Lo acept¨® despu¨¦s de la carrera. "Estoy decepcionado", declar¨®. La frustraci¨®n de Redolat ofrece dos lecturas. Por un lado nos ofrece el lado ambicioso de un atleta que pretende establecerse entre los mejores del mundo. Por otro, supone el reconocimiento de alguna limitaci¨®n, del paso que todav¨ªa no ha dado. La final dijo que Redolat necesita un hervor para consagrarse.
Est¨¦vez dej¨® una sensaci¨®n ambivalente. Desde el punto de vista objetivo, consigui¨® su mejor marca de la temporada, su mejor registro en los dos ¨²ltimos a?os y un quinto puesto bien peleado. Demostr¨® que es un excelente competidor y que no se siente impresionado por los grandes campeonatos. Todo lo contrario, sacan lo mejor de ¨¦l y nos dan una idea de las inmensas posibilidades que tiene como atleta. Por ah¨ª se abren las preguntan sobre Est¨¦vez. Es dif¨ªcil resistirse a la idea de que no explota su calidad como deber¨ªa. Lo meritorio de su actuaci¨®n radica en la certeza de su regreso al primer escal¨®n del medio fondo. Pero tampoco se puede olvidar que Est¨¦vez ha corrido en Edmonton dos segundos m¨¢s lento que en el Mundial de Sevilla: 3.32.34 frente a 3.30.57. Con estos datos es leg¨ªtimo pensar que el atleta espa?ol tuvo alguna vez las condiciones para atacar la hegemon¨ªa de El Guerruj y que las dos ¨²ltimas temporadas han emitido se?ales dudosas sobre su implicaci¨®n en el atletismo. Est¨¦vez ha dejado escapar un tiempo precioso en su persecuci¨®n a El Guerruj, y ser¨¢ dif¨ªcil que escape a la sospecha de que este tiempo perdido retrata su car¨¢cter como atleta. De c¨®mo afronte su pr¨®ximo futuro depender¨¢ el car¨¢cter de su regreso: provisional o definitivo.
La carrera fue un mon¨®logo perjudicial para Redolat, que tem¨ªa este tipo de final. Se descolg¨® pronto y no entr¨® nunca en el combate. El Guerruj dio ¨®rdenes muy precisas a Kauch, su principal pretoriano. Hab¨ªa que poner la prueba a un ritmo de menos 3,30 minutos, barrera infranqueable para todos los finalistas. De esa forma se aseguraba la victoria, aunque a El Guerruj le vayan bien todos los parciales: los lentos, los r¨¢pidos y los supers¨®nicos. Kauch obedeci¨® como un soldado, como en el Mundial de Sevilla. Cubri¨® los primeros 400 en 55,4 segundos. Pas¨® en 1.53.69 por el 800 y all¨ª dej¨® que su jefe volara solo. Detr¨¢s el paisaje era di¨¢fano. Lagat, Chirchir y Est¨¦vez segu¨ªan a El Guerruj a duras penas. Redolat estaba cortado, sufriente, sin ayuda ni demasiado ¨¢nimo para conectar. El ¨²nico que enlaz¨® con los primeros fue Maazouzi, uno de los muchos marroqu¨ªes que se han enrolado en el equipo franc¨¦s.
No hab¨ªa drama. No hab¨ªa lugar para imprevistos. Todo segu¨ªa el manual impuesto por El Guerruj. Abri¨® una brecha que nadie pudo cerrar. Las ¨²nicas cuestiones afectaban a sus perseguidores. Por un momento se vio a Est¨¦vez dispuesto a jugarse un puesto en el caj¨®n con los kenianos, pero no ocurri¨® as¨ª. En el comienzo de la ¨²ltima curva, le sobrepas¨® Maazouzi. All¨ª termin¨® la carrera para Est¨¦vez. Para Redolat hab¨ªa acabado antes. Probablemente cuando Kauch puso el ritmo infernal que le exigi¨® El Guerruj. Para eso es su jefe. Para eso es el jefe del 1.500.
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