Cardenal

?Por qu¨¦ puede el fiscal general, Cardenal, hacer las cosas que hace? Porque puede. La pregunta de un lector de este peri¨®dico (ayer) tiene esa respuesta tan sencilla. Est¨¢ nombrado por el jefe del Gobierno, y el sistema judicial de este pa¨ªs hecho por la Constituci¨®n ('sagrada', la llama otro lector) y sus derivaciones lo permite. Al lector, y a m¨ª, nos parecen decisiones fascistoides. No debemos tener raz¨®n; o bien lo fascistoide no es malo, sino aceptable para la mayor¨ªa. Es posible que la mayor¨ªa de las personas crean, como ¨¦l, que Pinochet salv¨® a Chile de un castrismo que portaba Allende, y a otros pa¨ªses de caer en esa forma de revoluci¨®n comunista. Es posible creer, como ¨¦l, que la inocencia de Piqu¨¦ puede verse empa?ada por historias antiguas, y que debe salvarle. Si estos pensamientos coinciden con los de Aznar no es porque Cardenal sea servil, sino porque Aznar ha elegido un fiscal, seg¨²n su derecho, que tenga su misma pol¨ªtica.

Tambi¨¦n es muy posible creer que los estamentos de la justicia est¨¢n influidos por gente de pensamiento disgregado, y que el fiscal debe equilibrarlo con su conservadurismo. El conservadurismo se ha elegido en las ¨²ltimas elecciones por mayor¨ªa absoluta, despu¨¦s de haber sido elegido por mayor¨ªa simple en las anteriores. No cabe duda de que el lector y yo no tenemos raz¨®n: o esto no es un r¨¦gimen fascistoide, como nuestros fantasmas nos dicen, o el pueblo espa?ol desea que sea as¨ª. O no se entera, y se cree que es otra cosa.

Para eso las televisiones y radios explican continuamente que este sistema se llama democracia, y que la libertad se llama Constituci¨®n. Para eso hay colusi¨®n en ciertos temas de Estado entre varios partidos de la oposici¨®n, con la voz prestada de sus propagandistas y de sus amigos. Por eso nos hemos cre¨ªdo todos, por lo que dicen ellos, que la Constituci¨®n es intangible y la conmemoramos como un texto sabio y salvador. Por eso nos hemos cre¨ªdo que el terrorismo es el asunto m¨¢s grave de este pa¨ªs, y contribuimos a hacer que sea, efectivamente, el m¨¢s grave. Por eso creemos que es justo el reparto de los poderes judiciales; hemos llegado a la curiosa aberraci¨®n de creer que es justa la justicia.

('Fascistoide': como todo lo terminado en '-oide', que parece algo que no es. Se pod¨ªa decir, m¨¢s directamente, fascista, porque no es un insulto; es el nombre com¨²n de una serie de reg¨ªmenes distintos unos de otros, con una doctrina que parece independiente de sus comportamientos casualmente asesinos).