R¨¦flex y bocadillos
Miravet. Lunes, 21.30 horas. Hace una hora que ya tendr¨ªan que haber llegado. Se respira impaciencia y apenas queda luz en la plaza del Arenal, donde se ha concentrado la gente. Algunos, delantal militante en ristre (estampada en azul sobre blanco, una ca?er¨ªa anudada, s¨ªmbolo de la lucha contra el PHN), preparan bocadillos. El resto espera sentado en la barandilla de piedra al lado del r¨ªo o llena las mesas de las terrazas. Los m¨²sicos hacen pruebas. Por fin, desde lejos, llega el sonido de las sirenas y los meg¨¢fonos de los caminantes. Ya han cruzado el Pas de Barca y vienen. Una enorme bandera cuatribarrada, estrella incluida, sirve de palio a las 150 personas que han cumplido con el tramo m¨¢s duro hasta ahora de la marcha: m¨¢s de 20 kil¨®metros desde Xerta hasta Miravet, andando ma?ana y tarde. La comitiva entra en la plaza y, pese al cansancio, sus componentes tienen ¨¢nimos para los esl¨®ganes: 'Lo riu ¨¦s vida. No al transvassament!'.
Llegan plet¨®ricos. 'Por primera vez est¨¢ el territorio unido', explica una vecina de Benifallet. Los caminantes no se sientan porque caer¨ªan derrengados y se vuelcan en los discursos de bienvenida, de reafirmaci¨®n y reivindicaci¨®n. 'Demos las gracias al esfuerzo de la Generalitat por vender el territorio', ironiza el independiente Joaquim Marsal, alcalde de Miravet, desde la tarima y ante una plaza llena y con ganas de aplaudir. 'Todos, Deltebre, Sant Jaume, Amposta, Tortosa, Aldover, Xerta, Benifallet, todos defendemos el r¨ªo, una vida digna. Y otros est¨¢n de vacaciones. No lo olvidaremos. Pasaremos factura a los traidores al territorio', clama el portavoz de la plataforma, Manolo Tom¨¤s, ante un auditorio rendido.
En alg¨²n momento de los discursos la brisa se impregna de un olorcillo a linimento, a antiinflamatorio, a R¨¦flex para los poco habituados al senderismo, mientras los bocadillos aguardan. La organizaci¨®n preve¨ªa un m¨ªnimo de entre 30 y 50 personas caminando diariamente. En las cuatro primeras jornadas se han movilizado m¨¢s de 1.000. El testigo pasa ahora a las tierras aragonesas.
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