De miedo
Aunque resulte dif¨ªcil de creer, el robo de 50.000 folios de sumarios y el borrado de los correspondientes archivos inform¨¢ticos no es, ni mucho menos, lo m¨¢s grave que ha ocurrido en los juzgados de Marbella en los ¨²ltimos 30 a?os.
Es un secreto a voces que en esos juzgados ha ocurrido de todo y en grandes dosis, o, si lo prefieren, en envase familiar: desde el escamoteo de graves asuntos penales, hasta la puesta en libertad de presos preventivos a cambio de lo que eufem¨ªsticamente podr¨ªamos llamar 'favores sexuales'.
La cosa viene de lejos. Ya en 1987, un joven juez llamado Baltasar Garz¨®n, destinado entonces a la Inspecci¨®n del Consejo Superior del Poder Judicial, denunci¨® irregularidades en los juzgados marbell¨ªes y mostr¨® su extra?eza por la acumulaci¨®n de poder en manos de un simple oficial llamado Juan Ram¨ªrez, padre de Pilar Ram¨ªrez, quien poco despu¨¦s ser¨ªa titular de uno de los juzgados de la ciudad.
En 1993, la juez Blanca Esther D¨ªez denunci¨® una trama de corrupci¨®n judicial y apunt¨® muy alto: nada menos que al vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial por designaci¨®n del PP, Jos¨¦ Luis Manzanares, en la actualidad miembro del Consejo de Estado, y ya entonces amigo de Juan Ram¨ªrez.
Finalmente, las denuncias de la juez D¨ªez no s¨®lo no prosperaron -nadie se tom¨® la molestia de seguir las averiguaciones-, sino que se volvieron contra ella. El fiscal Luis Portero pidi¨® para Blanca Esther D¨ªez 14 a?os de inhabilitaci¨®n, por lo que calific¨® de 'calvario procesal' de Juan Ram¨ªrez, quien estuvo dos meses en prisi¨®n preventiva despu¨¦s de que la juez encontrara el nombre de Ram¨ªrez como mediador de una compra-venta supuestamente fraudulenta por la que factur¨® cuatro millones en concepto de 'gastos legales'. Finalmente, la sentencia decret¨® un a?o de suspensi¨®n para la juez. Juan Ram¨ªrez, como es sabido, sali¨® de rositas del asunto.
El caso no sirvi¨® para escarmentar a los corruptos. Los escarmentados fueron los que trataban de echar luz sobre la negrura judicial marbell¨ª. As¨ª se explica que en los juzgados de Marbella los jueces y funcionarios honrados, que los hay, prefieran desde entonces pedir el cambio de destino o mirar hacia otro lado ante cosas tan sospechosas como que haya funcionarios que no oculten un tren de vida claramente incompatible con el sueldo que cobran.
Tambi¨¦n as¨ª se entiende c¨®mo los jueces responsables de los sumarios desaparecidos tardaran unas tres semanas en denunciar el robo y que no lo comunicaran al Consejo Superior del Poder Judicial hasta que la noticia lleg¨® a la prensa. Por lo visto, se pretend¨ªa arreglar el asunto 'en familia', sin airear los trapos sucios.
La sensaci¨®n de impunidad de los funcionarios corruptos explica tambi¨¦n que se atrevieran a embarcarse en una aventura tan peligrosa como la del robo de los sumarios, una operaci¨®n que no tendr¨¢ otra utilidad que retrasar unos meses la instrucci¨®n. Pero quien est¨¦ detr¨¢s del asunto quiz¨¢ busque s¨®lo exhibir su prepotencia y demostrar que sigue controlando la situaci¨®n a pesar de los reveses que viene sufriendo en los ¨²ltimos a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.