Todos eran valientes

El cartel original estaba formado por toros de Domecq, a lidiar por Ricardo Ortiz, Jos¨¦ Tom¨¢s y El Juli. Hubo cambio completo de reparto y, sobre todo, cambio de argumentos, porque lo que se esperaba terminara en tarde triunfal al uso, acab¨® en tarde de toros con sabor antiguo, emoci¨®n y grandes dosis de valor.

Fernando C¨¢mara utiliz¨® bien el capote, especialmente en el segundo, al que, tras una larga cambiada de rodillas, administr¨® unas ver¨®nicas lentas, casi dormidas. Luci¨® en el primero la mano izquierda, con la que se fue superando en series de naturales cada vez m¨¢s bajos y mejor rematados. El cuarto toro era un ejemplar salido del armario del siglo XIX: de 621 kilos de peso y tocado con un par de pitones de los que hacen vacilar el ¨¢nimo mejor templado. Arruin¨® la carpinter¨ªa de la plaza y lo que qued¨® por destrozar se lo cargaron sus dos hermanos siguientes. Pero tuvo poca fuerza, lo que no quiere decir poco poder y C¨¢mara se faj¨® con ¨¦l desde el principio, aguantando parones en el centro de la suerte. Nada que oponer a un trabajo torero aut¨¦ntico.

Igualmente espectacular el quinto, si bien con menos pitones, pero con m¨¢s fuerzas, nada picado, derrib¨® en la ¨²nica entrada, dif¨ªcil en banderillas y aculado en tablas; nos dio ocasi¨®n de ver a Pep¨ªn Liria de rodillas, aguantando una peligrosa embestida cruzada y dando una lecci¨®n de toreo antiguo y moderno, en una faena breve, conocedora de los terrenos, valiente y honrada. No hubo toro colaborador ni se alcanzaron cotas de recreo art¨ªstico, pero en todo momento tuvo lugar una lucha viril y honrada.

Juan de Pura recibi¨® al sexto con una apretad¨ªsima larga cambiada de rodillas y confirm¨® en unas buenas ver¨®nicas las posibilidades exhibidas en el tercero, que, aquejado de una pronta disnea, se ech¨® en mitad de la faena. El ¨²ltimo se fue quedando y aprend¨ªa: el torero tambi¨¦n se quedaba quieto y ve¨ªa c¨®mo los pitones le rozaban por la derecha y lo med¨ªan estremecedoramente por la izquierda. Acept¨® el envite, demostrando que lo poco que lleva toreado no fue obst¨¢culo para una labor en la que deber¨ªan fijarse los empresarios.