La segunda edad de oro de Maranello
Alberto Bernardoni, p¨¢rroco de San Biaggio, en Maranello, tuvo doble trabajo. La bandera de cuadros se alz¨® al paso de Schumacher por la l¨ªnea de meta y el sacerdote dobl¨® las campanas. Tuvo que hacer un vis. El triunfo del alem¨¢n provoc¨® una explosi¨®n de j¨²bilo en toda Italia y en Maranello, una peque?a ciudad del norte, sede de Ferrari. El pueblo se ti?¨® de banderas rojas del caballito rampante bajo un concierto ensordecedor de bocinas y carracas tocadas por los aficionados. No faltaban motivos. Schumacher, con sus dos mundiales en 14 meses, ha vengado la sequ¨ªa de 21 a?os de Ferrari, cuyo ¨²ltimo piloto campe¨®n, antes del fichaje del alem¨¢n, hab¨ªa sido Jody Scheckter en 1979.
'Ha sido un Ferrari magn¨ªfico. Excepcional, de otro mundo', dijo Alberto Beccari, presidente del club de seguidores de Ferrari. Maranello empieza a pensar que est¨¢ a las puertas de una segunda edad de oro tras los tres t¨ªtulos de los a?os 70 (dos de Lauda y el de Scheckter). Schumacher, que acaba adem¨¢s de ampliar su contrato hasta el 2004 -cobra 5.500 millones al a?o- tiene todos los ases en la mano. S¨®lo le queda pulverizar un r¨¦cord: ganar su quinto Mundial para igualar al argentino Fangio, el piloto m¨¢s laureado de la historia. Toda Italia se volc¨® con el nuevo t¨ªtulo.
El presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, volaba a Hungr¨ªa tras ver la carrera por televisi¨®n. 'Lo m¨¢s importante en el deporte es reeditar los t¨ªtulos', dijo Giovanni Agnelli, presidente de honor de FIAT y due?o de Ferrari. Agnelli elogi¨® la 'clase indiscutible' del alem¨¢n aunque record¨® la 'pasi¨®n y profesionalidad' del equipo de Ferrari, que da garanr¨ªas ante 'los constructores m¨¢s preparados del mundo'.
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