'Vendetta' y terror
El asesinato del dirigente corso Fran?ois Santoni al salir de una boda el pasado viernes muestra la dificultad de separar en C¨®rcega los actos de vendetta de los de un nacionalismo violento. Santoni, enterrado tras una salva de encapuchados, un homenaje nada habitual en la Rep¨²blica francesa, era un conocido l¨ªder nacionalista coautor de un libro en el que en 1999 denunci¨® la deriva mafiosa del nacionalismo. El otro autor, y su brazo derecho, Jean-Michel Rossi, fue asesinado hace poco m¨¢s de un a?o. A la vez, Santoni es jefe de una banda mafiosa y pas¨® dos a?os en la c¨¢rcel tras ser condenado por extorsionar a una sociedad explotadora de un club de golf. A la salida, en 1998, se encontr¨® marginado y en conflicto con el Gobierno por no detener a los supuestos asesinos de su colaborador.
Este ¨²ltimo atentado echa sombras sobre el plan para una autonom¨ªa limitada para C¨®rcega impulsado por el primer ministro Lionel Jospin. La aprobaci¨®n del plan caus¨® hondas divisiones tanto en la izquierda plural en el Gobierno -llev¨® a la dimisi¨®n como ministro del Interior del socialista republicano Jean-Pierre Chev¨¨nement- como en la derecha en la oposici¨®n. El plan, que da la posibilidad a la Asamblea corsa de adaptar la legislaci¨®n nacional con autorizaci¨®n del Parlamento estatal e introduce la ense?anza de la lengua corsa, reposa sobre un pilar b¨¢sico: la renuncia de los nacionalistas a la violencia y la falta de atentados, una exigencia necesaria pero que se incumple cuando se entrelazan los intereses mafiosos y nacionalistas, en lo que unos llaman 'guerra civil' y otros vendettas, o ajustes de cuentas. Quince homicidios anuales es un nivel equivalente al existente antes de la tregua formal de 1999.
Los que en Par¨ªs se oponen a la autonom¨ªa para C¨®rcega han esgrimido este ¨²ltimo acto de violencia para proclamar la muerte del proceso. El Gobierno ha sabido mantener la calma e insistir en la necesidad de que se avance en el 'di¨¢logo democr¨¢tico, la primac¨ªa del debate pol¨ªtico y el fin de la violencia' como ¨²nica manera de restablecer la paz civil. Es el camino por el que hay que avanzar, aunque el Gobierno franc¨¦s tiene que aportar m¨¢s voluntad y medios para destejer los nudos que unen las organizaciones mafiosas a algunos grupos nacionalistas y evitar una espiral de violencia.
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