BILBAO ACOGE UNA ANTOL?GICA DE LA LABER?NTICA OBRA DE DE CHIRICO

Bilbao acoge desde ayer una de las escasas exposiciones antol¨®gicas que ha habido en Espa?a de Giorgio de Chirico (1888-1978). La muestra es un breve recorrido por la laber¨ªntica obra de este artista, tan prol¨ªfico como controvertido, que incluye varias pinturas de su etapa m¨¢s afamada, la metaf¨ªsica. Junto a lienzos metaf¨ªsicos como Il vaticinatore o Il trovatore, la selecci¨®n de obras reunida por la comisaria, Martine Soria, para esta muestra organizada por la Fundaci¨®n Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) incluye acuarelas marcadas por el clasicismo y varias esculturas, aunque la obra de De Chirico abarc¨® incluso dise?os de escenograf¨ªa y vestuario de ¨®pera.

Las mayor¨ªa de las piezas proceden del Museo Petit Palais de Ginebra (Suiza) y del Museo de Brescia (Italia), pero tambi¨¦n las hay de otros museos y de colecciones privadas. La exposici¨®n estar¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 14 de octubre.

Fue una crisis 'de melancol¨ªa', que arrastraba desde hac¨ªa una d¨¦cada y que en 1915 lo llev¨® a un hospital de Italia para recibir tratamiento, la que le dio a De Chirico el tiempo que necesitaba para reflexionar sobre c¨®mo incluir en su obra pict¨®rica el concepto metaf¨ªsico que persegu¨ªa. Pero como Franco Ragazzi explica en el cat¨¢logo de la exposici¨®n, titulada a secas Giorgio De Chirico, recorrer su obra 'es como meterse en un laberinto', porque est¨¢ compuesta por 'caminos que se dirigen a metas diferentes, que avanzan paralelas o que bruscamente se separan para volver para atr¨¢s'.

De hecho no existe una ¨²nica etapa metaf¨ªsica de De Chirico. El dibujo a pluma Due manichini (1918-1919) que parece un boceto de los bustos de dos maniqu¨ªes pertenece a la primera ¨¦poca. Un maniqu¨ª es tambi¨¦n el protagonista de Il vaticinatore, que tal y como explicaba el cat¨¢logo general del maestro publicado cuando De Chirico a¨²n viv¨ªa, aunque est¨¢ datado en 1916, lo cierto es que fue pintado en 1944 pero 'sobre una idea de 1916'.

El autor fue bastante aficionado a jugar con las fechas de sus cuadros, un asunto que ha causado desconcierto y violentas pol¨¦micas. El centro de Il vaticinatore es una de esas figuras sin facciones que a?os m¨¢s tarde se repitir¨ªan en otras piezas. La otra obra metaf¨ªsica fechada en esos a?os que se puede ver en Bilbao es Composizioni geometriche e paesaggio con fabbrica, que data de 1917. Esta vez el protagonista no es una figura humana, sino un paisaje compuesto por m¨²ltiples espacios superpuestos cuyo centro es una factor¨ªa.

Il trovatore, uno de sus cuadros m¨¢s conocidos, lo pint¨® en 1917 en la ciudad italiana de Ferrara. La exposici¨®n bilba¨ªna incluye dos r¨¦plicas de esa obra. De Chirico no dat¨® ninguna de ellas, pero los expertos estiman que una es de los a?os cuarenta y la otra de los cincuenta.

A juicio de la comisaria de la muestra, De Chirico fue 'un testigo desencantado de una ¨¦poca rica en acontecimientos y cambios de todo tipo'. Soria record¨® tambi¨¦n la inmensa cultura del artista, que hablaba griego moderno, franc¨¦s y alem¨¢n con la misma soltura que el italiano y dej¨® tambi¨¦n numerosos textos.

La comisaria de la exposici¨®n, Martine Soria, expresaba ayer su satisfacci¨®n por haber logrado reunir varias de las obras de la etapa metaf¨ªsica de De Chirico porque, seg¨²n explic¨® en la presentaci¨®n, los museos suelen ser bastante reacios a prestarlas.

'La calidad pict¨®rica es el com¨²n denominador de las obras' reunidas en Bilbao en esta antol¨®gica de De Chrico, 'uno de los pintores m¨¢s discutidos del XX', en palabras de la comisaria.

El origen griego de De Chirico, nacido en Volos (Tesalia, Grecia) en 1888, ha quedado plasmado en varias de las obras expuestas. Hijo de siciliano y genovesa, vivi¨® en Grecia hasta 1905, cuando muri¨® su padre. Tras vivir dos a?os en M¨²nich (Alemania) junto a su madre y su hermano se traslad¨® a Italia. De Chirico conoci¨® Par¨ªs en 1911, adonde lleg¨® con sus primeras pinturas, que expuso un a?o despu¨¦s.

Los caballos disputan a los maniqu¨ªes metaf¨ªsicos el protagonismo en las obras expuestas en Bilbao. Los equinos est¨¢n presentes, solos o acompa?ados de jinetes de diversas ¨¦pocas, en buena parte de los cuadros y en una de las tres esculturas.