LOS GRAMMY LATINOS DIVIDEN A LOS CUBANOS DE MIAMI
El anuncio de que los famosos galardones se trasladar¨¢n a Los ?ngeles para evitar las protestas anticastristas enfrenta a diferentes sectores de la ciudad
Miami iba a ser la sede de los Grammy Latinos pero las amenazas de boicot de los anticastristas radicales han hecho resonar a la ciudad, una vez m¨¢s, como meca de la intolerancia. Un pu?ado de exiliados opuestos a la presencia de artistas de Cuba y respaldados por un alcalde que necesita sus votos, ha forzado a los organizadores de los premios s a trasladar apresuradamente la celebraci¨®n a Los Angeles el 11 de septiembre.
'Esto es una verg¨¹enza para esta ciudad y para los cubanos en particular. Es una desgracia. Y todo por pol¨ªticos locales que le han hecho el juego a un grupo que no es representativo de los cubanos en general', se lamentaba ayer Armando Codina, uno de los empresarios m¨¢s prominentes de Miami, cubano de origen e ¨ªntimo amigo del presidente George Bush.
No s¨®lo ha sido un duro golpe de imagen, sino la constataci¨®n de que la minor¨ªa vociferante ha vuelto a secuestrar la voluntad de la mayor¨ªa y el derecho de Miami a cosolidarse como lo que es de hecho, la capital de la m¨²sica en espa?ol de Estados Unidos. Y llueve sobre mojado, porque es la segunda vez que se retiran los Grammy Latinos de Miami por la misma raz¨®n.
Despu¨¦s del papel internacional que los exiliados anticastristas jugaron en el caso del ni?o Eli¨¢n Gonz¨¢lez, esta iba a ser la prueba de la madurez. Muchos invirtieron su capital pol¨ªtico y econ¨®mico para que as¨ª fuera, principalmente el productor Emilio Estefan, el alcalde del condado, Alex Penelas, y el propio presidente de la Fundaci¨®n Nacional Cubano Americana, Jorge Mas.Hasta hace diez d¨ªas todo parec¨ªa estar atado. El cambio se produjo por la insistencia de los exiliados cubanos a organizar sus protestas a pocos metros de la alfombra roja por la que pasar¨ªan las estrellas y los invitados a la American Airlines Arena. El alcalde del municipio de Miami, Joe Carollo, que aspira a la reelecci¨®n en noviembre, acept¨® modificar el per¨ªmetro de seguridad, pero el director de los Grammy Latinos, Michael Greene, lo rechaz¨® porque seg¨²n ¨¦l no la garantizaba. 'Tener que pasar al lado de esa turba es en el mejor de los casos denigrante, y en el peor peligroso', dijo Green visiblemente indignado durante unas declaraciones a CBS, la cadena que retrasmitir¨¢ los premios en directo a 120 pa¨ªses desde el Great Western Forum de Los Angeles.
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