Caiga quien caiga
Dos meses despu¨¦s de estallar el caso Gescartera, una de las mayores estafas de la ¨¦poca democr¨¢tica, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha roto su inexplicable largo silencio para intentar recuperar la perdida iniciativa pol¨ªtica. Su discurso, el s¨¢bado, ante una reuni¨®n de militantes del PP en Menorca constituye, sin embargo, un gran ejercicio de cinismo ante una situaci¨®n que se le ha ido de las manos a un Gobierno sin pulso, cuya composici¨®n, insinu¨®, puede cambiar. ?Caiga quien caiga?
El reposo veraniego no le ha servido a Aznar para ganar simpat¨ªa en el tono. No puede sorprender que sea el mismo, menos a¨²n cuando ha tenido que hacer referencia a la corrupci¨®n. Son otros tiempos, dice, aunque no parec¨ªa Menorca el mejor lugar para proclamarlo, pues en Baleares se le han acumulado al PP los casos. Al denunciar la estafa de 18.000 millones de pesetas, ocultando su nombre en todo momento -Gescartera-, Aznar se declar¨® contrario a la 'arbitrariedad y los favoritismos' en pol¨ªtica. Sin ellos dif¨ªcilmente se hubiera podido realizar tan monumental estafa.
Ahora, al romper su silencio, el presidente del Gobierno, lleno de 'indignaci¨®n' ante lo ocurrido, se propone intensificar los organismos de control y supervisi¨®n de las inversiones. Es lo que muchos le vienen pidiendo desde que estall¨® el caso: que revise el funcionamiento de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y depure las responsabilidades pol¨ªticas que se deriven de las investigaciones, mientras la v¨ªa judicial sigue su curso. Del mismo modo, han sido numerosas las voces cr¨ªticas, independientes o de la oposici¨®n pol¨ªtica, que hab¨ªan pedido una comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria del caso Gescartera, que el PP se resisti¨® a aceptar hasta que no le qued¨® m¨¢s remedio. Ahora, Aznar quiere apuntarse el tanto de esta comisi¨®n para una investigaci¨®n, que, afirma, se ha de hacer con 'luz y taqu¨ªgrafos'. Ojal¨¢ que as¨ª sea, pero, dado el cerrojo que supone la mayor¨ªa absoluta del PP en el Parlamento, cabe albergar dudas. Los populares no han respetado lo que deber¨ªa ser una total independencia de los organismos p¨²blicos, como la CNMV, cuyo buen funcionamiento es esencial para los inversores nacionales o extranjeros, y que parece haber sufrido graves interferencias pol¨ªticas.
Aznar proclama el liberalismo, pero practica el intervencionismo. En Menorca se ha presentado como un gran liberalizador, cuando lo que ha hecho, esencialmente, es privatizar empresas p¨²blicas para luego controlarlas por medio del mando a distancia pol¨ªtico. Que se sepa, los ciudadanos no pueden disfrutar de las ventajas en precios y calidad de servicio de la supuesta liberalizaci¨®n del sector energ¨¦tico, ni del de la telefon¨ªa fija, dado el monopolio de hecho que a¨²n se mantiene en estos terrenos. Pero por proclamar lo contrario que no quede.
Bajo un optimismo formal, la falta de improvisaci¨®n en un foro como una reuni¨®n de militantes, con un discurso muy medido, preparado y le¨ªdo, refleja la preocupaci¨®n de Aznar que, incluso antes de comenzar el curso pol¨ªtico, lanza la sonda de que podr¨ªa hacer una crisis de Gobierno. Razones tiene de sobra, con una serie de ministros que han demostrado su falta de tir¨®n y eficacia ante toda suerte de problemas. Si cambio hay, no puede esperar demasiado, con la presidencia espa?ola del Consejo de la UE a la vuelta del a?o nuevo.
Aznar apunt¨® como eje central del pr¨®ximo curso pol¨ªtico el congreso que el PP ha de celebrar en enero, del que ha de salir la se?al de qui¨¦n ser¨¢ el candidato para las pr¨®ximas elecciones generales. Es loable que no quiera estar m¨¢s de ocho a?os al frente del Ejecutivo. Ahora bien, el mayor error pol¨ªtico de Aznar en esta legislatura ha sido no saber evitar, sino incluso alimentar, la permanente presencia del fantasma de su sucesor como candidato a La Moncloa, paralizando as¨ª a buena parte de los aspirantes, est¨¦n o no en el Gobierno. Con una oposici¨®n que parece haber recuperado las ganas de disputarle el poder al PP, este curso, del que Aznar ha ofrecido en Menorca un aperitivo, promete resultar pol¨ªticamente apasionante y clarificador. Y la investigaci¨®n u ocultaci¨®n del caso Gescartera marcar¨¢ el ritmo de los pr¨®ximos meses.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.