'Los ¨²ltimos a?os del cine americano son pat¨¦ticos'
Escritor, guionista, amante del cine. O quiz¨¢s habr¨ªa que invertir el orden de las pasiones, Fernando Mar¨ªas (Bilbao, 1958) ha encontrado en el Premio Nadal que gan¨® este a?o con El ni?o de los coroneles, la ratificaci¨®n de sus aficiones literarias y el camino de regreso del cine. Autor junto a Juan Bas de la serie de televisi¨®n Paginas ocultas de la historia, ha participado en guiones televisivos de las series El comisario o La casa de los l¨ªos. Dos de sus novelas, La luz prodigiosa y El vengador del Rif, est¨¢n ahora en manos de los directores Miguel Hermoso y Marcelo Pereira para ser llevadas a las pantallas cinematogr¨¢ficas. Mientras tanto, Fernando Mar¨ªas proyecta su nueva novela y perge?a la que ser¨ªa su primera pel¨ªcula como director de cine, para el a?o 2003. Curiosamente este escritor de ¨¦xito, emigr¨® a Madrid para estudiar cine en 1975 y ha recalado en la literatura para encontrar el verdadero camino del s¨¦ptimo arte. El Premio Nadal le ha abierto las puertas que el cine le cerr¨® y ahora comparte dos pasiones sim¨¦tricas que parecen ir de la mano sin problemas.
Escritor, guionista, amante del cine. O quiz¨¢s habr¨ªa que invertir el orden de las pasiones, Fernando Mar¨ªas (Bilbao, 1958) ha encontrado en el Premio Nadal que gan¨® este a?o con El ni?o de los coroneles, la ratificaci¨®n de sus aficiones literarias y el camino de regreso del cine. Autor junto a Juan Bas de la serie de televisi¨®n Paginas ocultas de la historia, ha participado en guiones televisivos de las series El comisario o La casa de los l¨ªos. Dos de sus novelas, La luz prodigiosa y El vengador del Rif, est¨¢n ahora en manos de los directores Miguel Hermoso y Marcelo Pereira para ser llevadas a las pantallas cinematogr¨¢ficas. Mientras tanto, Fernando Mar¨ªas proyecta su nueva novela y perge?a la que ser¨ªa su primera pel¨ªcula como director de cine, para el a?o 2003. Curiosamente este escritor de ¨¦xito, emigr¨® a Madrid para estudiar cine en 1975 y ha recalado en la literatura para encontrar el verdadero camino del s¨¦ptimo arte. El Premio Nadal le ha abierto las puertas que el cine le cerr¨® y ahora comparte dos pasiones sim¨¦tricas que parecen ir de la mano sin problemas.
A Fernando Mar¨ªas (Bilbao, 1958) el cine le dej¨® pegado a la barandilla a los dos a?os y medio, enganchado a El Alamo, que le descubri¨® la magia de la pantalla blanca. Sin embargo, ha sido la literatura la que le ha devuelto lo que el cine, profesionalmente, no le pudo dar. El premio Nadal, por El ni?o de los coroneles, le ha abierto m¨¢s puertas en el cine que los estudios que realiz¨® en la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n en la d¨¦cada de los setenta. Ahora tiene dos pasiones que cultivar para conseguir el mismo objetivo: 'Contar historias que enamoren al lector o espectador del mismo modo que me han enamorado a m¨ª'.
Pregunta. Es curioso que siendo guionista haya tenido que apelar a la literatura para encontrar un lugar en el cine.
Respuesta. Hubo un momento en el que estaba metido en la vor¨¢gine de hacer guiones en los que tu nombre da igual. Te dan de comer y punto. Entonces me d¨ª cuenta de que tal y como estaba el mercado y el mundo editorial y cinematogr¨¢fico la forma de salir era creando un producto que se llamase Fernando Mar¨ªas. Si segu¨ªa siendo guionista, podr¨ªa sobrevivir, pero no subir escalones. Y entonces decid¨ª escribir novelas que era una manera m¨¢s f¨¢cil de acabar llegando al mundo del cine. Una cosa curiosa que me ha ocurrido en la vida es que todo lo que yo tocaba hasta ahora relacionado con el mundo del cine, sal¨ªa a trancas y barrancas y sin embargo todo lo que ha llegado del mundo del cine a trav¨¦s de la literatura es como si estuviera predestinado.
P. ? No ser¨¢ que el guionista ha perdido protagonismo en el cine actual?
R. Cada ¨¦poca tiene unas caracter¨ªsticas que la distinguen de la anterior. Ahora estamos viviendo el momento de los efectos especiales, de las superproducciones. Yo como escritor y como espectador voy al cine y siempre he sido un apasionado del cine estadounidense, pero la verdad es que los ¨²ltimos 15 a?os del cine norteamericano son sencillamente pat¨¦ticos. El otro d¨ªa hablaba con mi hermano y me dec¨ªa: f¨ªjate en cualquiera de las pel¨ªculas norteamericanas estelares que est¨¢n en cartelera; le cambias el director la una por la otra y la pel¨ªcula es la misma. Corren tiempos bastante superficiales, bastante idiotas. Y en eso la televisi¨®n tiene mucha culpa, simplificando las cosas, y haci¨¦ndolas obvias, lo que va generando unos gustos que a su vez marcan las decisiones de los productores que luego hacen las pel¨ªculas. Es el detalle c¨®mico del cine americano: ya sabes que el personaje que fuma es el malo.
P. ?La literatura es un territorio mucho m¨¢s libre?
R. Una novela es un trabajo acabado en s¨ª mismo y del que soy responsable al cien por cien. En un gui¨®n, colabora mucha gente, opina mucha gente y eso puede ser bueno, aunque hay quienes saben lo que dicen y otros que no saben lo que dicen. Ahora estoy trabajando con dos directores importantes como Miguel Hermoso, en La luz prodigiosa; y Marcelo Pi?eiro, en El vengador del Rif; con los que me entiendo perfectamente. A¨²n as¨ª, tengo la sensaci¨®n de que al final el que hace la pel¨ªcula es el director.
P. Para un amante del cine, la pasi¨®n es dirigir una pel¨ªcula.
R. De hecho yo me fui a estudiar cine en la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n y curiosamente en 1975 entrar en el cine en Madrid era m¨¢s dif¨ªcil que en Bilbao, donde empez¨® a haber un resurgimiento del cine vasco. Ahora tengo ya una idea y quiero trabajarla. A lo mejor la pel¨ªcula la hago en Bilbao. Quiero buscar un productor y ahora con el premio Nadal quiz¨¢ sea m¨¢s f¨¢cil.
P. Los premios, tan denostados, al final son una maravilla
R. S¨®lo he ganado dos en mi vida y por distintos motivos les estoy muy agradecido. Todos los premios ayudan. Pero creo que he tenido la gran suerte de que este a?o 2001 me ha ca¨ªdo el premio m¨¢s prestigioso en el ¨¢mbito literario. Noto que de la misma forma que antes hablaba con los productores y era uno m¨¢s, ahora saben que tengo el premio Nadal y piensan que ser¨¢ por algo. Eso es una convenci¨®n y un juego maravillosos.
P. Sin embargo, asegura Eduardo Mendoza que la novela, como g¨¦nero literario, est¨¢ muerta.
R. Ese tipo de frases que a veces decimos los escritores luego se convierten en un titular y habr¨ªa que haberlo o¨ªdo en su contexto. Probablemente esa frase da pie a una conversaci¨®n muy interesante. Yo no creo que la novela vaya a morir nunca, porque una historia contada siempre va a tener inter¨¦s. Lo que pasa es que hay muchas formas nuevas de narrar. Hay novelas ahora que est¨¢n compuestas con elementos documentales o biogr¨¢ficos. Hay gente que a¨²n me para por la calle para preguntarme si las P¨¢ginas ocultas de la historia eran verdad o mentira. La novela est¨¢ en un proceso cambiante y hoy en d¨ªa el objetivo que para m¨ª es contar una historia y a trav¨¦s de ella emocionar al lector, hay veces que parece un proceso de investigaci¨®n period¨ªstica (ah¨ª est¨¢ el caso de Soldados de Salamina). Lo que quiere decir es que la novela est¨¢ viva.
P. ?Se publica mucho y se lee poco?
R. Se publica demasiado. Tengo la sensaci¨®n de que los editores est¨¢n un poco echando a las m¨¢quinas tragaperras, que con cinco duros puedes ganar 5.000 pesetas. Vamos a publicar, a ver si aparece Soldados de Salamina. Aparte de premios, todos los a?os hay una novela en la que el boca a boca se convierte en un ¨¦xito. Este a?o ha ocurrido con Javier Cercas y ha ocurrido tambi¨¦n con Pablo Tusell, dos ¨¦xitos de los que me alegro enormemente. Pero, por ese deseo de publicar y ver si suena la flauta, creo que se publica demasiada narrativa, que hay muchas novelas que son innecesarias y que eso es malo para la literatura.
P. Se escriben novelas pensando en el cine.
R. A m¨ª me acusan de eso. Lo que pasa es que coincide que mis historias son cinematogr¨¢ficas. Y todas mis novelas han provocado el inter¨¦s del cine (algunas se han quedado en el camino, otras se est¨¢n negociando). Creo que se podr¨ªa escribir pensando en el cine. Perohay un hecho objetivo que nos permite defendernos a los que se nos acusa de eso: para un escritor norteamericano hoy s¨ª es rentable, pero las cifras que se manejan en el cine espa?ol por la compra de derechos de autor no son importantes.
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