El letrero del extranjero

R¨®tulos de colores, escritos a mano con caligraf¨ªa infantil, pegados sobre los sem¨¢foros y contenedores de reciclaje, copan las cristaleras de las panader¨ªas y farmacias reclamando la atenci¨®n del transe¨²nte nacional. Sin logotipos, ni promociones: as¨ª es la publicidad de los sin papeles. 'Se ofrece chico para trabajar de limpieza, fregaplatos, f¨¢bricas o ayudante de cocina', dice el anuncio de Basilio Tao, un chico mauritano afincado ahora en Alicante, tras pasar largas temporadas en Lleida y Almer¨ªa.

Despu¨¦s de trabajar cuatro a?os en los invernaderos de Almer¨ªa, se mud¨® a un pueblo de Lleida. All¨ª, durante 3 a?os, ocup¨® un puesto fijo en una f¨¢brica de ladrillos. Entonces conoci¨® a L¨ªdia, ahora su mujer. Los dos decidieron empezar una nueva vida en 'un sitio tur¨ªstico para que no nos faltara el trabajo'. Basilio se person¨® en cientos de f¨¢bricas y restaurantes de Alicante sin conseguir un empleo.

Con el permiso de residencia en la mano, Basilio explica por qu¨¦ recurri¨® al grafismo callejero: 'una noche, despu¨¦s de recorrerme la ciudad en busca de trabajo, llegu¨¦ abatido a casa y me puse a escribir 30 cuartillas', que reparti¨® por toda la ciudad. Han pasado quince d¨ªas desde aquel momento y tan s¨®lo ha recibido la llamada de la periodista. En enero de 2002 el matrimonio espera su primer hijo; para entonces, 'si estamos sin trabajo quiz¨¢s vivamos en Paris d¨®nde las ayudas familiares son m¨¢s cuantiosas que en Espa?a', advierte.

A veces, una particularidad o error ortogr¨¢fico deja al descubierto el origen de los anunciantes, que prefieren mantener el anonimato. El cartel de Silvina, argentina de 27 a?os, es escueto 'Cuidado de ni?os. Docente especializada. Amplia experiencia'. Esta anunciante responde al perfil de extranjero que, en espera de su regularizaci¨®n, s¨®lo puede aceptar trabajos temporales, 'proclives al abuso de sus superiores', matiza. 'Me publicito con estos letreros', comenta la puericultora con su pegadizo acento, 'porque la calle es un terreno accesible para todo el mundo. Los anuncios en los peri¨®dicos est¨¢n m¨¢s acotados a nivel de difusi¨®n, no son tan directos', apunta. La argentina lleva un a?o en Alicante y, desde su llegada, ha trabajado repartiendo publicidad por 3.500 pesetas la jornada. En su opini¨®n, es 'muy frecuente' encontrar a empresarios espa?oles que 'aprietan' las tuercas 'a los que no pueden exigirles un contrato por no tener papeles'. Se?ala tambi¨¦n Silvina la dificultad que tuvo en encontrar piso: 'al no tener n¨®mina, los propietarios no se f¨ªan '. Y recuerda que al final alquil¨® una habitaci¨®n gracias a las gestiones de unos amigos.

Santiago, que prefiere ocultar su nacionalidad, casi empapel¨® el centro de Alicante ofertando sus servicios: 'Reparo todo tipo de m¨¢quina electr¨®nica (aparatos de m¨²sica, lavadoras, secadoras). Todo a buen precio.' Al igual que Silvina, Santiago, de 41 a?os, lleva 'bastante tiempo' en Alicante, aunque no puede firmar un contrato al carecer de papeles. 'Como estoy temeroso, s¨®lo puedo hacer peque?os trabajitos por mi cuenta, pero en septiembre creo que ya tendr¨¦ mis permisos', explica.

Ana 'hace todo tipo de arreglos de ropa', Paulina y su hija 'limpian porter¨ªas'. Estos anuncios desmienten a aquellos que peinsan eso de que los inmigrantes quieren vivir del cuento.