Jospin busca en la lucha antiglobalizaci¨®n argumentos para renovar la izquierda
El primer ministro franc¨¦s crea un equipo de expertos para estudiar las propuestas de Attac
El palacio de Matignon, oficina del primer ministro, ha encargado a un grupo de expertos -el economista Bruno B¨¦zard, la militante Laurence Toubiana y el diplom¨¢tico Jean-Pierre Filiu- que dialogue con los l¨ªderes de Attac, cabeza visible del movimiento antiglobalizador franc¨¦s, para ver cu¨¢les de sus argumentos pueden ser asumidos por el Ejecutivo.
Jospin ha recordado que ¨¦l era favorable a la tasa Tobin (destinada a gravar las transacciones financieras para financiar la lucha contra la pobreza) desde 1995, pero tambi¨¦n ha dejado claro que considera imposible aplicarla, ni siquiera en el marco de la UE. Para Laurent Fabius, ministro de Hacienda, la tasa es 'una idea generosa pero inaplicable' y sugiere cambiarla por un impuesto a las ventas internacionales de armas. EE UU, Francia y el Reino Unido juntos representan el 80% de las exportaciones en la materia, record¨® Fabius, quien propone que esa tasa se destine 'a la ayuda al desarrollo y la paz en los pa¨ªses pobres'.
Para cuando llegue el oto?o, Jospin espera tener acabado un libro sobre las ventajas y los inconvenientes de la globalizaci¨®n y sobre las v¨ªas que debiera tomar 'la regulaci¨®n internacional' que ¨¦l y el Partido Socialista defienden, tal y como ya han ido dibuj¨¢ndolo las notas de la socialista Fundaci¨®n Jean Jeaur¨¨s. Por otra parte la creaci¨®n, en abril de 2000, de una secretar¨ªa de Estado de la Econom¨ªa Solidaria, favorecedora de nuevas formas de cooperativismo y destinada 'a cambiar el mercado' en ciertos aspectos, favorecer el llamado 'microcr¨¦dito' o privilegiar a las empresas de 'car¨¢cter ¨¦tico', es tambi¨¦n un laboratorio del que se esperan sacar ideas con que alimentar el discurso socialista.
Los ecologistas, a priori bien dotados para captar esas mutaciones, andan ensimismados en batallas internas, prisioneros de la falta de visi¨®n pol¨ªtica de su candidato presidencial, el tecn¨®crata Alain Li-pietz, empantanado en unas confusas explicaciones sobre la conveniencia a la larga de una amnist¨ªa para los cr¨ªmenes cometidos por los nacionalistas corsos, 'tal y como ocurri¨® con los cometidos durante la guerra de Argelia'. Los comunistas, por su parte, vienen de una tradici¨®n 'productivista' y no se muestran demasiado capaces de prestar atenci¨®n a las mutaciones de la militancia izquierdista. Esa curiosidad por la antiglobalizaci¨®n no significa que Jospin no cuide su ala derecha, por un lado parcialmente seducida por el discurso de nacionalismo republicano de izquierda que sostiene el ministro de Interior, Jean- Pierre Chev¨¨nement, pero tambi¨¦n por la obsesi¨®n de la oposici¨®n de derechas por el tema de la seguridad urbana. 'Es, tras la lucha por el empleo, la otra gran prioridad de este Gobierno', dice Jospin, sin duda inquieto ante las estad¨ªsticas que se?alan un auge de los actos delictivos.
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