IMD, poco en forma

La vocaci¨®n ol¨ªmpica de Madrid nos llenar¨¢ de tal satisfacci¨®n a los madrile?os que no nos doler¨¢ la inversi¨®n econ¨®mica que suponga. A m¨ª, de momento, lo que me duele es la cabeza por lo que el Ayuntamiento no se gasta en sus propias instalaciones deportivas, mientras lanza costosas propagandas sobre la conveniencia de hacer deporte; quiz¨¢ se refiere al uso de las instalaciones privadas, porque en los polideportivos del Instituto Municipal de Deportes (IMD), cuando crees ponerte en forma, lo que consigues es un descalabro. Literalmente.

Soy usuario habitual del gimnasio municipal de Arganzuela, dependiente del IMD. El pasado d¨ªa 30 de julio de 2001, a las 19.00, estaba entrenando all¨ª, y mientras realizaba correctamente el ejercicio de dorsal en la m¨¢quina de polea alta, el cable se rompi¨® y, por tanto, la barra se estrell¨® contra mi cr¨¢neo, con una fuerza de 50 kilos. Tuvieron que darme cuatro puntos de sutura y tambi¨¦n recib¨ª da?os en las cervicales. Adem¨¢s de los perjuicios f¨ªsicos, y a consecuencia de ellos, hube de estar ocho d¨ªas de baja durante el periodo de mis vacaciones anuales, que se fueron al garete. Todo se debi¨® a la total ausencia de mantenimiento de la maquinaria. Al parecer, las instalaciones municipales no deber¨ªan gastarse, seg¨²n los responsables. El cable en cuesti¨®n ya llevaba unos d¨ªas da?ado, seg¨²n me coment¨® posteriormente un compa?ero, y una adecuada puesta a punto hubiera evitado este accidente, cuya gravedad pod¨ªa haber sido mucho mayor puesto que la polea permite cargar 125 kilos. Por fortuna he quedado capaz para presentar al IMD una queja, y evitar una candidatura accidental semejante, tan poco ol¨ªmpica, a otros entusiastas deportistas municipales.

Espero que Madrid ofrezca las condiciones ¨®ptimas para los deportistas de ¨¦lite; pero los ciudadanos de a pie, que intentamos estar en forma modestamente, tambi¨¦n merecemos atenci¨®n por parte de este Ayuntamiento tan interesado, de manera tan parad¨®jica, por el deporte.