Los obispos reclaman como derechos lo que no son m¨¢s que privilegios, dice Peces-Barba

'Hartazgo de intromisi¨®n eclesi¨¢stica', 'falta de democracia interna', 'derechos que no son m¨¢s que privilegios'. La voz de Gregorio Peces-Barba, ponente de la Constituci¨®n de 1978, ex presidente de las Cortes Espa?olas y rector de la Universidad Carlos III, reson¨® ayer como un trallazo de advertencia sobre los presupuestos desde los que hoy se podr¨ªa hablar seriamente de democracia. Peces-Barba fue el primer conferenciante del 21? Congreso de Teolog¨ªa, reunido en Madrid este fin de semana por la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII, y dibuj¨® el rostro inquietante de las relaciones del Estado con la Iglesia cat¨®lica y sobre el comportamiento de ¨¦sta.

'No se trata, para responder al hartazgo de intromisi¨®n eclesi¨¢stica, de volver a ese laicismo decimon¨®nico, cargado tambi¨¦n de un contenido teol¨®gico, aunque sea negativo. Se trata de defender la neutralidad del Estado, su carencia de opiniones religiosas, frente a una concepci¨®n teol¨®gica de la pol¨ªtica, que pretende imponer el uniformismo frente al pluralismo y el confesionalismo frente a la laicidad', dijo Peces-Barba. Despu¨¦s de advertir de que sus tesis no afectan 'ni a la religi¨®n en general ni a los valores cristianos, sino a una forma de administrar esas verdades como incompatibles con otras y como de obligado cumplimiento para alcanzar la libertad', se?al¨®: 'Es dif¨ªcil compaginar la falta de democracia interna en la Iglesia con una defensa externa de sus valores'.

'El doble juego'

'Hay una cierta hipocres¨ªa, o una cierta esquizofrenia de servicio a dos se?ores incompatibles, cuando se defiende un sistema olig¨¢rquico y jer¨¢rquico para el gobierno de la Iglesia y se defiende con el entusiasmo de los ne¨®fitos la democracia pol¨ªtica, aunque eso tampoco siempre', a?adi¨® Peces-Barba, en alusi¨®n al comportamiento de varios prelados latinoamericanos 'ante las dictaduras o las violaciones de derechos humanos'. 'El doble juego de rechazar la democracia en su seno y defenderla ahora como si ¨¦sta fuera una creaci¨®n de la Iglesia es visible a nivel interno con la falta de protagonismo de la mujer en el gobierno de la Iglesia, y la falta, tambi¨¦n a nivel interno, de la libertad ideol¨®gica', a?adi¨®.

Peces-Barba cree que 'la dificultad mayor para que la Iglesia pueda integrarse en una sociedad democr¨¢tica procede de esa consideraci¨®n, extrapolada al ¨¢mbito pol¨ªtico, de que es la detentadora y la administradora de la Verdad con may¨²sculas', porque con esa filosof¨ªa, dijo, se ejerce censura sobre te¨®logos y creyentes laicos, se limitan derechos fundamentales e incluso 'se incapacita para trabajar como profesor de religi¨®n por razones que afectan a la intimidad y que son perfectamente l¨ªcitas en la sociedad civil'. Seg¨²n Peces-Barba, es esta perspectiva de creerse 'depositarios de verdades' desde donde los obispos espa?oles reclaman 'como derechos lo que no son sino privilegios, como la modalidad de ense?anza de la religi¨®n en los centros p¨²blicos o como la financiaci¨®n social y p¨²blica de la Iglesia'. 'Otra cosa es el talante democr¨¢tico de muchos cristianos y la cooperaci¨®n social que prestan, en muchos casos impagable', subray¨®.

El congreso de la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII fue abierto ayer con un discurso de su presidente, Enrique Miret Magdalena -'somos inasequibles al desaliento en una sociedad y unas iglesias que, por muchas razones, se encuentran en buena parte desalentadas', dijo Miret-, y con un manifiesto propuesto por su secretario general, Juan Jos¨¦ Tamayo, en el que se puede leer: 'Vamos camino de una democracia sin moral y vivimos en una Iglesia con moralina y sin democracia'.