F¨°rum
Mientras la comisi¨®n parlamentaria de Gescartera promete excitarnos en la rentr¨¦e, especialmente el representante del PP que tiene aspecto y voz de infiltrado de La Cubana, a los barceloneses, y a Espa?a entera, se nos ha ca¨ªdo el F¨°rum 2004 encima. Nuestra ciudad despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos es un bello decorado palladiano a la espera de espect¨¢culos que la vivifiquen y estimulen la especulaci¨®n urban¨ªstica. Se trat¨® de conseguir la capitalidad de la cultura y finalmente se opt¨® por un F¨°rum, desde luego cultural, que de momento s¨®lo tiene horizontes urban¨ªsticos y una colecci¨®n de proyectados edificios singulares que me gustan, especialmente el de aspecto f¨¢lico que podr¨ªa ser titulado: El Vibrador de Globalizaci¨®n.
Tras el cese o dimisi¨®n o transubstanciaci¨®n del responsable del F¨°rum, se?or Sodupe, el sucesor, se?or Caminal, ha rechazado la herencia y ha abierto un periodo de desconcierto porque parece evidente que, edificios aparte, lo que no est¨¢ claro es de qu¨¦ tipo de f¨®rum ni de qu¨¦ cultura hablamos. Hasta ahora la organizaci¨®n de tan magno acontecimiento hab¨ªa quedado en manos de masters catalanes con un excelente expediente norteamericano, con el inconveniente de que alguno de ellos, por ejemplo, no sab¨ªa que Juan Mars¨¦ era escritor, le sonaba, pero no sab¨ªa de qu¨¦. El dise?o del F¨°rum fue como un secreto entre masters y los que constamos como avaladores sociales del proyecto apenas tuvimos informaci¨®n de lo que se coc¨ªa entre los cabezas de huevo o tal vez se coc¨ªan sus propias cabezas.
Ahora parece ser que la parte economicista del F¨°rum est¨¢ a salvo, tendremos expansi¨®n urban¨ªstica y falos arquitect¨®nicos, pero es un engorro la permanencia de la palabra cultura, dado que las autoridades locales temen que el F¨°rum sea un ajuste de cuentas m¨¢s entre globalizadores y globalizados, con la expeditiva delegada del Gobierno, Julia Garc¨ªa Valdecasas, y sus guardias como agentes culturales m¨¢ximos. Y lo cierto es que todo exige que este F¨°rum, aparte de un suculento negocio urban¨ªstico, aborde el di¨¢logo cultural como un punto de encuentro reflexivo sobre la globalizaci¨®n, ese irreversible punto de partido de la lucha de clases del presente y del futuro.
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