El Gobierno de Bush desplaza portaaviones para proteger Washington y Nueva York
El Pent¨¢gono coloca a las fuerzas armadas en estado de m¨¢xima alerta en todo el pa¨ªs
Portaaviones de la Flota del Atl¨¢ntico fueron enviados ayer a Washington y Nueva York para dar cobertura a¨¦rea a los efectivos movilizados en tierra para proteger los dos principales centros pol¨ªtico y financiero del mundo. Las fuerzas armadas fueron colocadas en estado de m¨¢xima alerta en todo el pa¨ªs al tiempo que se reforzaba la seguridad en laboratorios nucleares y los que trabajan con guerra qu¨ªmica y bacteriol¨®gica. Las fronteras con Canad¨¢ y M¨¦xico, cerraron temporalmente. Una vez reforzada la vigilancia en los puntos fronterizos, EE UU reabri¨® sus confines.
La Navy envi¨® cruceros y destructores con el m¨¢s moderno arsenal y equipo anfibio con capacidad hospitalaria para responder a un ataque que s¨®lo hab¨ªa sido considerado como una posibilidad te¨®rica en una guerra de nuevo tipo. En Norfolk (Virginia), sede de este flota, la alarma era m¨¢xima.
Todas las instalaciones militares del pa¨ªs fueron colocadas en m¨¢xima alerta, con refuerzo de la seguridad en los laboratorios de Los ?lamos (Nuevo M¨¦xico) y Oak Ridge (Tennessee), donde se llevan a cabo investigaciones en el campo nuclear.
Lo mismo ocurri¨® en Fort Derick (Maryland), principal laboratorio sobre guerra bacteriol¨®gica en el que opera el Ej¨¦rcito y en el centro espacial Kennedy, en Florida, donde el personal civil fue enviado a casa.
En Luisiana, uno de los centros petroleros, las autoridades pidieron a los responsables de plantas petroqu¨ªmicas que estuvieran en alerta. Las zonas portuarias donde atracan los superpetroleos del Golfo de M¨¦xico fueron clausuradas.
En el sur de California, se permiti¨® la salida de barcos de los puertos, pero los que pretend¨ªan atracar tuvieron que fondear fuera, a la espera de ser inspeccionados.
Cancelado el deporte
La polic¨ªa suspendi¨® los permisos en todo el pa¨ªs, en algunos casos, como la ciudad de Los ?ngeles, movilizando unidades antiterroristas. Hasta nueva orden, quedaron cancelados todos los encuentros deportivos y se procedi¨® a evacuar todos los puntos tur¨ªsticos que ya hab¨ªan abierto a esas horas, como Disney World en Florida o el Arco de St. Louis.
Centros comerciales y universidades, cualquier lugar de concentraci¨®n masiva, fueron cerrados a los largo y ancho del pa¨ªs, que se coloc¨® de inmediato en estado psicol¨®gico de guerra.
La alarma fue casi autom¨¢tica en todo Estados Unidos. En el John Hancok, uno de las torres m¨¢s emblem¨¢ticas de Chicago, quienes acud¨ªan a trabajar a las 9 de la ma?ana, una hora despu¨¦s del ataque a las Torres Gemelas, ya no pudieron entrar en el edificio y s¨®lo pudieron ver c¨®mo eran evacuados con urgencia los que hab¨ªan entrado antes, mientras por los altavoces se anunciaba que era por orden del Departamento de Estado y el Pent¨¢gono. Todos los edificios representativos en todo el pa¨ªs fueron clausurados.
Las puestos fronterizos con M¨¦xico, a los largo de 3.500 de frontera, y Canad¨¢ (5.000 kil¨®metros) cerraron temporalmente antes de volver a permitir el paso de viajeros, que eran sometidos a intensa inspecci¨®n, lo que provoc¨® enormes colas.
Los intensos controles en las fronteras estadounidenses hab¨ªan dado su fruto recientemente, cuando, a finales de 1999, un argelino fue detenido en la tradicionalmente tranquila frontera del norte, con una camioneta cargada de explosivos dirigidos a un ataque contra el aeropuerto de Los ?ngeles.
Millones de personas fueron evacuadas en todo el pa¨ªs y enviadas a casa. A media mana?a, el centro de Chicago, la tercera ciudad de Estados Unidos, estaba desierto. Inconcebible pandemonium. El pa¨ªs adopt¨® las medidas previstas para caso de ataque nuclear.
En Chicago funcionaban con normalidad los trenes de cercan¨ªas que devolv¨ªan a sus casas de los suburbios a miles de sobrecogidas personas, algunas con la mirada perdida, otras comentando con horror lo que hab¨ªan o¨ªdo.
En las casas, todas las televisiones estaban puestas buscando noticias Las comunicaciones telef¨®nicas quedaron cortadas o saturadas con el noreste de Estados Unidos y era imposible comunicar con tel¨¦fonos m¨®viles.
Pa¨ªs paralizado
Entre las informaciones sobre lo que se iba sabiendo, las televisiones transmitieron mensajes de las autoridades civiles locales en las que se ped¨ªa a los ciudadanos que mantuvieran la calma y se quedaran en sus casas. Todos los medios de transporte de larga distancia por tierra, mar y aire fueron suspendidos. Puentes y t¨²neles fueron colocados bajo custodia. El pa¨ªs qued¨® f¨ªsicamente paralizado.
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