El derribo de la valla del Balc¨®n al Mar precisa que Hacienda cambie el recinto fiscal del puerto
Ninguna administraci¨®n ha pedido la variaci¨®n del espacio portuario vigilado por Aduanas
La inauguraci¨®n del puente levadizo ferroviario del puerto de Valencia, prevista para octubre y que prev¨¦ tambi¨¦n el paso provisional de camiones por la gigantesca infraestructura, no supondr¨¢ el derribo inmediato de la valla que separa la d¨¢rsena interior de la ciudad de Valencia. Para que el Balc¨®n al Mar, el proyecto anunciado durante a?os para ofrecer al ocio ciudadano la zona m¨¢s vieja del puerto, sea una realidad, es necesario que el Ministerio de Hacienda var¨ªe el recinto fiscal del puerto y desplace f¨ªsicamente la valla y las puertas de control. Nadie ha solicitado todav¨ªa la modificaci¨®n.
En octubre se inaugurar¨¢ el flamante puente levadizo ferroviario que enlaza los muelles transversales de poniente y de levante, que cierran la d¨¢rsena interior del puerto. El que se ha anunciado como el mayor puente de sus caracter¨ªsticas de Europa permitir¨¢ entonces el paso de los trenes que ahora circundan la d¨¢rsena junto a la valla que a¨ªsla el puerto de la ciudad. Igualmente, tambi¨¦n podr¨¢n pasar sobre ¨¦l los camiones pesados, aunque s¨®lo de forma provisional hasta que el Ministerio de Fomento construya el acceso norte por carretera y el t¨²nel al puerto, que prev¨¦ una conexi¨®n, tambi¨¦n en subterr¨¢neo y muy probablemente por el mismo lugar que cruza el puente ferroviario, entre los muelles del sur y del norte.
La soluci¨®n no es definitiva porque el paso continuo de camiones por el puente impedir¨ªa a los barcos acceder a la d¨¢rsena, puesto que requieren que la infraestructura sea izada.
Pese a ello, desde el Ayuntamiento de Valencia se ha querido ver en la inauguraci¨®n del puente el momento id¨®neo para abrir definitivamente a los ciudadanos el Balc¨®n al Mar, para el que ya se han previsto centros comerciales, restaurantes, piscinas y otras zonas de ocio. En el deseo de la alcaldesa, Rita Barber¨¢, est¨¢ el ver desaparecer las carreteras y las v¨ªas f¨¦rreas que, detr¨¢s de la valla del puerto, separan la ciudad de la l¨¢mina de agua del puerto. Pero para que Barber¨¢ pueda, pico en mano, acometer el derribo de la valla porturaria, falta primero cumplimentar un tr¨¢mite legal y administrativo que, al parecer, nadie ha tenido todav¨ªa en cuenta: la modificaci¨®n del recinto fiscal del puerto, que en la pr¨¢ctica es una aduana comercial dependiente del Ministerio de Hacienda.
Una frontera f¨ªsica
La valla, formada por un muro y una verja de hierro en la fachada del puerto que da a la ciudad, ni cumple s¨®lo una funci¨®n est¨¦tica, recuerdan desde la Autoridad Portuaria de Valencia, ni se puede derribar cuando conviene. Es adem¨¢s una frontera f¨ªsica que permite 'vigilar la entrada de mercanc¨ªas en r¨¦gimen de comercio exterior'. La valla es por tanto un ¨¢rea de servicio del puerto sometida a la vigilancia de Aduanas y que delimita un recinto administrativo y fiscal.
Por tanto, para derribar la valla har¨ªan falta dos medidas previas. Una normativa, que una orden del Ministerio de Hacienda modificara el recinto fiscal portuario, y otra f¨ªsica, que la valla y las puertas de control se desplazaran m¨¢s all¨¢ de la d¨¢rsena interior del puerto, de forma que Aduanas pueda seguir ejerciendo su labor de vigilancia.
Desde Hacienda, el ¨²nico organismo que puede modificar los l¨ªmites del ¨¢rea portuaria, se asegura que ninguna administraci¨®n ha solicitado a Aduanas la variaci¨®n del recinto del puerto ni el traslado de la frontera fiscal. Una tramitaci¨®n que, cuando tenga lugar, s¨ª culminar¨¢ en el traslado de las garitas e instalaciones donde los agentes de la Guardia Civil y de la Polic¨ªa Nacional realizan las inspecciones pertinentes a los veh¨ªculos que entran o salen del puerto. Por lo menos de las infraestructuras que s¨ª se ver¨¢n afectadas por el Balc¨®n al Mar: la puerta pr¨®xima al Edificio del Reloj, al final de la avenida del Puerto, y la puerta pr¨®xima al Edificio de Aduanas, en la calle del Doctor Marcos Sopena.
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