Los afganos emprenden el mayor ¨¦xodo desde la invasi¨®n sovi¨¦tica de 1979
Ir¨¢n cierra sus fronteras y Pakist¨¢n clausura el paso m¨¢s accesible desde Kabul
El p¨¢nico empieza a hacer mella en la castigada poblaci¨®n afgana. Miles de personas intentan huir de los lugares que temen sean objeto del anunciado ataque a gran escala por parte de Estados Unidos, en especial las ciudades. Al miedo se une tambi¨¦n la necesidad. Los precios de la comida y el carburante se han disparado. Temerosos de una llegada masiva de refugiados, tanto Ir¨¢n como Pakist¨¢n les est¨¢n cerrando sus fronteras. Las organizaciones humanitarias se preparan para lo peor: un ¨¦xodo como el que produjo la invasi¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 1979.
'Sabemos por nuestro personal local que la mitad de la poblaci¨®n de Kandahar ha abandonado la ciudad con destino al campo o a la frontera de Quetta', relata Yusef Hassan, portavoz en Pakist¨¢n del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). 'Cuando nuestros colegas expatriados viajaron hace dos d¨ªas de Jalalabad a Torkham [el paso fronterizo], tardaron tres horas en un trayecto que normalmente lleva una', a?ade para dar una idea del p¨¢nico que ha provocado en Afganist¨¢n la amenaza de un ataque estadounidense.
Su colega en Teher¨¢n habla de tres veces m¨¢s de desplazamientos de lo habitual, y ya antes de la ¨²ltima crisis, el ACNUR hablaba de una 'cat¨¢strofe humana'. '?Qu¨¦ est¨¢ ocurriendo con esa gente? ?Ad¨®nde van?', se pregunta Hassan. No parece que la mayor¨ªa est¨¦ intentando cruzar las fronteras, de momento. La necesidad de obtener documentos de viaje (Pakist¨¢n ha empezado a pedirlos este a?o) y las crecientes dificultades que afrontan los refugiados han llevado a muchos a buscar refugio en sus pueblos de origen. 'He cruzado la frontera hace diez meses, hace seis y hace dos, y cuando pas¨¦ el s¨¢bado hab¨ªa un movimiento similar; no not¨¦ nada inusual', asegur¨® a este diario el corresponsal de la cadena de televisi¨®n ¨¢rabe Al Yasira, que reside permanentemente en Kabul. Desde mediados del a?o pasado, unos 800.000 afganos han huido de la guerra, la sequ¨ªa y la miseria de su pa¨ªs.
Pero esa cifra se puede quedar peque?a sin necesidad de que estalle ning¨²n conflicto. Las agencias humanitarias, que se han visto obligadas a retirar a su personal extranjero de Afganist¨¢n, ven aumentar d¨ªa a d¨ªa las dificultades para mantener en marcha sus programas. El Programa de Alimentaci¨®n Mundial (PAM), que da comida a tres millones de afganos dentro de su pa¨ªs, teme que la mitad de esa poblaci¨®n se quede sin ayuda y se dirija hacia las fronteras.
'El problema, en la actual situaci¨®n de inseguridad, es c¨®mo garantizar el abastecimiento', explica el portavoz del ACNUR. 'Est¨¢ siendo dif¨ªcil encontrar transportistas que nos quieran alquilar camiones o ch¨®feres que quieran viajar all¨ª', a?ade antes de advertir de que s¨®lo disponen de reservas 'hasta finales de este mes'. Mientras tanto, su personal local (168 empleados) sigue facilitando agua y cobijo a los desplazados internos y los retornados, al igual que el PAM facilita alimentos.
De momento, Pakist¨¢n, la ¨²ltima v¨ªa de escape de los afganos, cerr¨® ayer, a primera hora de la tarde, el paso fronterizo de Torkham, la ruta m¨¢s corta para salir de Kabul, la capital afgana. S¨®lo el de Chaman, m¨¢s al sur, permanec¨ªa abierto anoche. Sin embargo, la tradicional permeabilidad de una frontera que se extiende a lo largo de 2.510 kil¨®metros permite aventurar que seguir¨¢ el goteo de refugiados.
El resto de las fronteras afganas ya era impracticable. El peque?o tramo con China cae en el territorio controlado por la Alianza del Norte, as¨ª como una parte de la frontera con Tayikist¨¢n (el resto es un r¨ªo que no se les permite cruzar a los afganos que viven bajo control de los talib¨¢n). Uzbekist¨¢n sell¨® su paso hace 10 a?os, y Turkmenist¨¢n, el ¨²nico pa¨ªs neutral en el conflicto, nunca ha permitido que se cruce su l¨ªnea de demarcaci¨®n. Por ¨²ltimo, Ir¨¢n cerr¨® el domingo su frontera.
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