El Tema
Que los columnistas aut¨®ctonos salgamos del estricto color local cuando acontecimientos de fuera invitan a ello parece reto obligado si no queremos ser considerados por nuestros propios lectores como escritores exclusivos de lo dom¨¦stico o limitados especuladores parcelados territorialmente; aunque, claro est¨¢, entre nosotros los hay quienes desprecian lo local por banal o insustancial y se derraman con generosidad sobre los grandes problemas del mundo como si fuera su tema de especialidad.
Esto segundo ha vuelto a ocurrir estos d¨ªas a prop¨®sito de la cat¨¢strofe de la semana pasada en los EE UU de Am¨¦rica: reflexiones de dudosa oportunidad sobre geopol¨ªtica de bolsillo, capciosas y mendaces referencias a la causa del pueblo palestino, emotivos lamentos alarmistas sobre el futuro inmediato de todos y cada uno de los individuos que se apartan por fisonomia, religi¨®n o tradici¨®n cultural de un supuesto standard occidental, y, en fin, jerem¨ªacos cantos al horror de una guerra inminente patrocinada por un solo actor (Bush).
Siempre resulta arriesgado escribir de todo cada vez que ocurre algo y sin darse uno el tiempo de reflexi¨®n pertinente en compa?¨ªa de la inexcusable paciencia; pero eso s¨®lo vale para los que se ven a s¨ª mismos m¨¢s como sujetos que se interrogan que como voces apocal¨ªpticas que pontifican a la ligera.
Quienes olvidan la realidad del terrorismo internacional animado por pa¨ªses concretos, grupos conocidos y fuentes de financiaci¨®n que no ofrecen el menor g¨¦nero de dudas, quienes creen que la justa causa palestina se resuelve negando al Estado de Israel su virtud/pecado esencial, ser el ¨²nico pa¨ªs pluralista y democr¨¢tico desde Grecia a Jap¨®n, quienes justifican de manera c¨ªnica que los ataques terroristas son una correspondencia l¨®gica, que no obstante condenan, a la tortuosa pol¨ªtica americana en el exterior desde que los EE UU decidieron intervenir en Cuba a finales del siglo XIX como estreno de algo que ya no ces¨®, har¨ªan bien en ofrecerse humildemente como voluntarios para ir a convencer con sus sermones a todos los fascistas del mundo, a todos los dictadores sanguinarios, a los criminales que animan a la redenci¨®n por la bomba, y, en fin, a los gestores de modelos pol¨ªticos y de sociedad tan beneficiosos para la humanidad como los de Irak, Siria, Ir¨¢n, Afganist¨¢n, China, Cuba, Libia, Emiratos... y una lista de hasta setenta pa¨ªses m¨¢s para que abracen la justa causa de los derechos humanos, la del pluralismo y la de la democracia representativa.
Eso s¨ª ser¨ªa muy de aplaudir y no la insidiosa, por pretenciosa, actitud de llamar la atenci¨®n con una deliberada apuesta por el confusionismo, el vedettismo vanidoso y la precipitaci¨®n anal¨ªtica.
Cuando todo el mundo democr¨¢tico y la inmensa mayor¨ªa de la gente religiosa del mundo condenan y se?alan directamente al enemigo de unos y de otros sorprende que entre nosotros se alcen voces con la pretensi¨®n de doctas sembrando la duda ante la respuesta del mundo civilizado a la barbarie.
Diletantes, simuladores, actores del doble lenguaje y redimidos de enfermedades integristas o totalitarias tienen ante s¨ª una oportunidad inmejorable de... callarse.
vicent.franch@eresmas.net
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