La econom¨ªa andaluza, la recesi¨®n y la 'nueva guerra'
La econom¨ªa andaluza ha registrado en los ¨²ltimos a?os avances sustanciales que han dado pie a pensar, con fundamento, que en esta primera parte del nuevo siglo la comunidad pod¨ªa consolidar un proceso de cambio que rompiera con la mayor parte de los principales problemas socioecon¨®micos que nos han venido aquejando. En esa positiva evoluci¨®n se han conjugado dos tipos de factores: las profundas reformas institucionales, sociol¨®gicas y econ¨®micas registradas en Espa?a y en Andaluc¨ªa, y la favorable coyuntura econ¨®mica nacional e internacional. Encaramos ahora, sin embargo, un momento en que, por primera vez en los ¨²ltimos siete a?os, nos enfrentamos a una situaci¨®n de generalizada desaceleraci¨®n en los tres grandes pilares de la econom¨ªa mundial (EE UU, Uni¨®n Europea y Jap¨®n). Y sobre este escenario se est¨¢ produciendo el impacto de los ¨²ltimos y futuros sucesos b¨¦licos, que puede finalmente desencadenar una fase de recesi¨®n econ¨®mica, con el ingrediente a?adido de que, como ya se ha acu?ado en la terminolog¨ªa, se trata de una nueva guerra, no sabemos si de mayor o menor envergadura que otras, pero s¨ª de perfiles menos previsibles, lo que provoca un mayor grado de incertidumbre.
Nos enfrentamos a una situaci¨®n de desaceleraci¨®n en los tres grandes pilares de la econom¨ªa mundial (EE UU, UE y Jap¨®n)
Si los acontecimientos pueden conducir finalmente a esta situaci¨®n, y las posibilidades no son desde?ables, es conveniente que no nos coja desprevenidos ni sobre sus posibles consecuencias ni sobre las posibles medidas correctoras a adoptar. Ello es tanto m¨¢s importante por cuanto la econom¨ªa andaluza, hasta ahora, ha vivido las diferentes fases del ciclo con mayor intensidad que las econom¨ªas espa?ola y europea, de modo que en las ¨¦pocas de recesi¨®n ¨¦sta ha sido comparativamente m¨¢s acentuada en Andaluc¨ªa.
En estas l¨ªneas no nos vamos a referir a aquellos aspectos y actuaciones de car¨¢cter general, ni a las correspondientes medidas de ¨¢mbito internacional (verbi gracia: monetarias, precio del petr¨®leo, etc¨¦tera) o nacional (verbi gracia: reformas de mercado, etc¨¦tera), sino a algunas cuestiones o factores que, sin ser exclusivos de Andaluc¨ªa, s¨ª merecen una especial atenci¨®n desde nuestra perspectiva, porque pueden representar un riesgo adicional o diferencial de agravamiento de la recesi¨®n.
En una coyuntura como la presente, los ingredientes cr¨ªticos potenciales de una recesi¨®n econ¨®mica se concentran en la vertiente de la demanda. Es, pues, en el lado de ¨¦sta donde debemos iniciar la identificaci¨®n de esos componentes que, adem¨¢s de lo que podemos denominar el riesgo general de recesi¨®n com¨²n para todos, pueden representar para Andaluc¨ªa unas 'primas de riesgo' adicionales. En nuestra opini¨®n, cuatro puntos deben ser resaltados desde esta perspectiva. Uno se refiere a las implicaciones que, en las actuales circunstancias, puede tener para el conjunto de la demanda de consumo privado la debilitada situaci¨®n financiera de las familias. Los otros tres afectan a otros tantos sectores (turismo, vivienda e infraestructuras) en los que se da una triple circunstancia: su importante peso en nuestra estructura productiva, su decisiva contribuci¨®n reciente como motores del crecimiento andaluz y, este es el aspecto cr¨ªtico, su mayor exposici¨®n relativa a sufrir un impacto negativo como consecuencia de la crisis b¨¦lica.
Adem¨¢s de estos cuatro puntos espigados del campo de la demanda, hay un rasgo de la oferta del aparato productivo andaluz que tambi¨¦n puede influir negativamente sobre su evoluci¨®n inmediata: nuestra menor y decreciente productividad.
Y pasemos ya al corto repaso de este listado urgente de elementos descrito:
1. Sector tur¨ªstico. El turismo, definido en sentido amplio, aporta un 15% aproximadamente de la producci¨®n andaluza. En los ¨²ltimos tiempos viene advirti¨¦ndose ya una ralentizaci¨®n del elevado crecimiento anterior. La crisis b¨¦lica va a afectar, adem¨¢s, negativamente a corto plazo, como se est¨¢ demostrando en algunos indicadores de su actividad y en la cotizaci¨®n de determinados valores burs¨¢tiles representativos. Los resultados a medio plazo depender¨¢n, como en otros sectores, del curso del conflicto. El precedente de las consecuencias de la Guerra del Golfo de 1990 no mueve, desde luego, al optimismo. Es, conjuntamente con los transportes y los seguros, uno de los sectores apuntados como principales damnificados.
Es claro, por consiguiente, que tanto desde el sector p¨²blico como del privado se hace necesario aplicar unos programas de actuaci¨®n, individuales y colectivos, para enfrentarse a este nuevo panorama. En particular, el Presupuesto de la Junta de Andaluc¨ªa debe hacer de esta l¨ªnea de actuaci¨®n una de sus prioridades para el pr¨®ximo ejercicio.
2. Infraestructuras. La nueva fase de recesi¨®n va a provocar, como ya reflejan los ¨²ltimos datos de la Contabilidad Nacional, un descenso significativo de los ingresos p¨²blicos. Ante esto, las administraciones p¨²blicas tienen tres alternativas b¨¢sicas, con los grados de mezcla entre ellas que se quiera: mantener los saldos presupuestarios previstos con anterioridad a la crisis reduciendo los gastos en infraestructuras, mantener los saldos recortando otros gastos p¨²blicos, o mantener el nivel de gasto p¨²blico moviendo los saldos presupuestarios hacia una pol¨ªtica fiscal m¨¢s expansiva. Para Andaluc¨ªa, el primer escenario ser¨ªa el peor de todos, y lo m¨¢s recomendable, en nuestra opini¨®n, es una combinaci¨®n de los otros dos.
3. Vivienda. El fuerte crecimiento en la construcci¨®n de viviendas que se viene registrando en Andaluc¨ªa descansa tanto en factores estructurales (aumento de la inversi¨®n residencial exterior, bajos tipos de inter¨¦s,...) como coyunturales (expansi¨®n de la econom¨ªa y de las rentas, alumbramiento del dinero negro,...). Antes de que sonaran los tambores de guerra, se pod¨ªa pensar que la influencia de los factores estructurales se mantendr¨ªa o aumentar¨ªa (mayor confianza de la inversi¨®n externa con la introducci¨®n del euro, mayores facilidades de oferta de suelo,...), mientras que la de los factores coyunturales se deteriorar¨ªa (enfriamiento econ¨®mico, fin del efecto del dinero negro,...), conduciendo en conjunto a una desaceleraci¨®n que, de no ser excesiva, podr¨ªa ser incluso recomendable para un sector con claros s¨ªntomas de recalentamiento en algunas zonas.
El impacto de la nueva guerra hace algo m¨¢s pesimista el escenario. Habr¨¢ que seguir con atenci¨®n en los pr¨®ximos meses la evoluci¨®n del sector, y tener preparadas actuaciones correctoras, b¨¢sicamente en una doble direcci¨®n: recuperaci¨®n de programas p¨²blicos de apoyo a la vivienda (hoy muy mermados) y facilitaci¨®n y desarrollo de suelo urbano.
4. Situaci¨®n financiera de las familias. La confianza de las econom¨ªas dom¨¦sticas como demandantes de bienes de consumo e inversi¨®n, que ya se hab¨ªa debilitado en los ¨²ltimos meses, lo har¨¢ m¨¢s en el futuro inmediato. Nuestra opini¨®n es que ello se hubiera producido al margen de los episodios de los ataques terroristas, pero estos sucesos han anticipado su proyecci¨®n temporal. Son varios e interrelacionados los fen¨®menos ligados a este comportamiento, bastante comunes por lo dem¨¢s al conjunto de muchos pa¨ªses occidentales: disminuci¨®n de las rentas percibidas, ca¨ªda de los valores burs¨¢tiles, elevada tasa de endeudamiento, bajo nivel de ahorro, mayor inseguridad a futuro, etc¨¦tera.
De esta lista de motivos, dos presentan en el caso andaluz una realidad m¨¢s desfavorable que la media espa?ola y europea: un ahorro familiar m¨¢s d¨¦bil y, vinculado a ello, un mayor grado de endeudamiento. Ello hace pensar que el descenso del consumo en nuestra comunidad puede revestir una mayor intensidad.
5. Productividad y competitividad. La respuesta y los efectos desde el lado de la oferta, debidos a los cambios inducidos en la demanda, diferir¨¢n l¨®gicamente seg¨²n la competitividad y productividad de las diferentes econom¨ªas y sectores y, en especial, seg¨²n la evoluci¨®n reciente de las mismas. Los niveles medios de productividad de la econom¨ªa andaluza son inferiores, en general, a los espa?oles y europeos y, adem¨¢s, en los ¨²ltimos tres a?os han tenido un comportamiento negativo. Esta menor y poco din¨¢mica productividad har¨¢ m¨¢s dif¨ªcil y delicado nuestro ajuste a las nuevas condiciones.
Por otro lado, la competitividad en precios de las exportaciones espa?olas y andaluzas s¨®lo aument¨® ligeramente en los dos ¨²ltimos ejercicios pese al descenso del euro. Las perspectivas futuras de debilitamiento del d¨®lar y de una mayor inflaci¨®n relativa espa?ola dentro del euro apuntan a un deterioro de esa competitividad.
Naturalmente, las mejoras en productividad y competitividad no son frutos del corto plazo, pero s¨ª requieren insistir y acelerar en aquellas pol¨ªticas de reformas de mercados de productos y factores que mejoren la eficiencia de la econom¨ªa. En un ¨¢mbito auton¨®mico y local, actuaciones en materia de suelo, agua, formaci¨®n, innovaci¨®n aplicada,..., forman parte del conjunto de reformas a desarrollar.
Hasta aqu¨ª el repaso de los aspectos que en las circunstancias actuales nos parecen de consideraci¨®n m¨¢s relevante en la econom¨ªa andaluza. Desde un punto de vista m¨¢s general, los mensajes principales m¨¢s claros de advertir son:
a) Los nuevos escenarios econ¨®mico y b¨¦lico tendr¨¢n consecuencias negativas a corto plazo para las econom¨ªas occidentales, incluida la andaluza. Alguna previsi¨®n rebaja el crecimiento del pr¨®ximo a?o en torno al 2% del PIB.
b) Dada la novedad de algunas de las consecuencias o de las v¨ªas de su transmisi¨®n derivadas de estos impactos, conviene que los agentes p¨²blicos y privados analicen en profundidad las mismas para su debido conocimiento.
c) Los agentes socioecon¨®micos andaluces deben articular un cuadro de medidas preventivas, tanto individuales como conjuntas, ante la nueva fase de desaceleraci¨®n econ¨®mica. En particular, la pr¨®xima elaboraci¨®n de los Presupuestos del Estado y de Andaluc¨ªa habr¨¢n de ser necesariamente sensibles a esta nueva situaci¨®n.
d) El cuadro de medidas a plantear ha de ser diferenciado y selectivo (no todos los sectores y colectivos sufrir¨¢n los mismos efectos) y flexible (existe un elevado grado de incertidumbre sobre el alcance y duraci¨®n de los resultados, tanto de la desaceleraci¨®n previa a la nueva guerra como de ¨¦sta).
Braulio Medel es presidente de Unicaja.
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