Mor¨®n se debate entre el miedo a la crisis mundial y la posibilidad de que el uso de la base cree empleo
El trabajo eventual aumentar¨¢ si se utiliza el aer¨®dromo en la respuesta estadounidense
En Mor¨®n de la Frontera (Sevilla) y su comarca conviven habitualmente el rechazo a la presencia del ej¨¦rcito en la cercana base militar y la consideraci¨®n de la misma como una fuente importante de riqueza y empleo para la zona. Tras el atentado terrorista del 11 de septiembre en Nueva York, las contradicciones se agudizan ante la preocupaci¨®n de los vecinos por los efectos de la respuesta estadounidense a la crisis mundial y la posibilidad de que la situaci¨®n provoque la creaci¨®n de puestos de trabajo eventuales en el aer¨®dromo, en unos pueblos tradicionalmente castigados por el desempleo agrario.
En 1991, durante la Guerra del Golfo, la comarca sevillana vivi¨® una situaci¨®n muy parecida a la que los habitantes de la zona prev¨¦n que puede darse si Estados Unidos inicia una masiva operaci¨®n militar de respuesta a los atentados terroristas sufridos en su territorio el pasado 11 de septiembre. Los vecinos terminaron por acostumbrarse al zumbido de los gigantescos bombarderos B-52, que despegaban camino de Irak cargados con 50.000 kilos de explosivos por aparato.
En las elecciones municipales de aquel a?o, Diego Ca?amero, dirigente hist¨®rico del Sindicato de Obreros del Campo y alcalde de El Coronil, perdi¨® y tuvo que ceder su puesto durante cuatro a?os. Ca?amero hab¨ªa declarado a la base militar enemigo p¨²blico n¨²mero uno de la localidad y lider¨® la campa?a contra el uso estadounidense de la instalaci¨®n. La gente de El Coronil (5.140 habitantes) no le perdon¨® que pusiera en duda una de las principales fuentes de riqueza de la comarca.
Diez a?os despu¨¦s, Ca?amero vuelve a liderar a los grupos y asociaciones (Izquierda Unida, pacifistas, feministas y okupas)que se oponen al uso militar del aeropuerto. Constituidos en la plataforma pacifista Sin Base, con Fundamento, han empezado a movilizarse 'ante el riesgo que corremos y que corren otros' y contra 'cualquier intervenci¨®n militar indiscriminada, as¨ª como contra el apoyo incondicional del estado espa?ol' al uso estadounidense de las instalaciones de Rota y Mor¨®n, dicen en un comunicado. Dentro de una semana, el 30 de septiembre, se har¨¢n oir con una concentraci¨®n a las puertas de la base.
Buena situaci¨®n laboral
Una opini¨®n bien distinta sostienen los trabajadores civiles de las instalaciones militares. 'No me gusta el l¨ªo b¨¦lico, pero he criado a mis hijos y vivo bien gracias a la base', dice uno de ellos, que desgrana las bondades de su situaci¨®n laboral (27 d¨ªas de vacaciones, 5 pagas extras, un sueldo mensual de 230.000 pesetas) y deja a su interlocutor que saque conclusiones.
El propietario de un negocio que vive de dar servicio a los militares estadounidenses refleja la contradicci¨®n, en su caso ideol¨®gica. Se considera de izquierdas y no le gusta el uso que tiene la base pero reconoce que cuando hay maniobras, aumenta su actividad. 'Nos viene bien para la empresa', se?ala ante la previsi¨®n de que la operaci¨®n Justicia Infinita genere a¨²n m¨¢s actividad que un simple ensayo.
Los vecinos menos implicados ideol¨®gicamente o con ingresos ajenos a la actividad de la base, viven la situaci¨®n entre la preocupaci¨®n y la tranquilidad que da la costumbre. As¨ª lo se?alan tanto Jos¨¦ P¨¢rraga, alcalde socialista de Mor¨®n (28.232 habitantes), como Manuel Brenes, el independiente que gobierna en El Arahal (18.252), el tercer v¨¦rtice del tri¨¢ngulo que rodea la instalaci¨®n militar. 'La gente est¨¢ aparentemente tranquila pero nos para por la calle para preguntar si sabemos algo m¨¢s que ellos', dice Brenes. En Mor¨®n, la due?a del quiosco La Carrera calcula que desde el atentado vende un 30% m¨¢s de peri¨®dicos.
Una situaci¨®n similar se vive en Rota. Mientras en el interior de la valla, en la base naval aumenta la actividad, en el exterior la ciudad recibe el oto?o ajena a los grandes movimientos b¨¦licos, informa Francisco Jos¨¦ Rom¨¢n. Sin embargo, el alcalde, Domingo S¨¢nchez, ha remitido una carta al ministro de Defensa, Federico Trillo, en el que reconoce su preocupaci¨®n por los efectos de la actividad militar, en caso de que la crisis involucre a la instalaci¨®n. 'Nuestros sistemas de protecci¨®n locales no est¨¢n preparados para un supuesto de esta magnitud', dice el alcalde en su escrito.
Los alcaldes de los pueblos que rodean la base de Mor¨®n reclaman tambi¨¦n a Defensa, en este caso informaci¨®n. P¨¢rraga, Ca?amero y Brenes, cada cual desde su posici¨®n pol¨ªtica, coinciden en pedir al Ministerio que les cuente qu¨¦ pasa en la base y que riesgo corren sus pueblos que, cercanos a una instalaci¨®n tan peligrosa, carecen de cualquier tipo de plan de emergencia con el que saber a qu¨¦ atenerse en caso de accidente.
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