Psicoterror laboral
Seg¨²n el estudio realizado por la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, un 11,4% de los espa?oles son v¨ªctimas de acoso laboral o mobbing. Esto quiere decir que 1.671.956 trabajadores, lo que equivale aproximadamente a todos los habitantes de Sevilla y su provincia, se levantan cada ma?ana sabiendo que la destrucci¨®n de su imagen profesional y social, el impedirle realizar el trabajo que les gusta y consiguieron con esfuerzo, la humillaci¨®n, el aislamiento, el deterioro de las relaciones familiares, la incomprensi¨®n de los compa?eros y amigos, etc¨¦tera, les esperan durante todo el d¨ªa y las pesadillas, en que vuelven a repetirse las humillaciones sufridas, le impedir¨¢n dormir la noche siguiente. Y esto durante meses o a?os hasta que el deterioro f¨ªsico y psicol¨®gico les lleve a solicitar el despido, la baja laboral, o el cambio de su puesto a otro, impuesto por la empresa, donde todo se volver¨¢ a repetir.
?C¨®mo es posible que en la sociedad actual en la que se defienden los derechos humanos y laborales se pueda dar esta situaci¨®n? S¨®lo hace falta una v¨ªctima que reacciona ante el autoritarismo de un superior y no se deja avasallar, personas brillantes y emp¨¢ticas, con una gran vocaci¨®n por el trabajo que realizan, con situaciones personales y familiares altamente satisfactorias y un gran sentido de la justicia. Por otro lado hay que contar con la precariedad laboral, una mala organizaci¨®n en la empresa que permita comportamientos fascistas, un grupo que apoye el acoso y un hostigador principal con una serie de rasgos patol¨®gicos que le empujan a destruir a aquellas personas que poseen unos valores que ellos no tienen: mediocres profesionales, manipuladores, oportunistas, con una doble personalidad que les permite simular, mentir compulsivamente, y que niegan el sufrimiento que provocan en la v¨ªctima, achac¨¢ndole a ¨¦sta todos los problemas. El acosador necesita para su impunidad del secretismo por la verg¨¹enza que sufre el trabajador al no poder explicar las formas sutiles de humillaci¨®n que sufre diariamente y los testigos mudos, compa?eros que miran para otro lado por miedo o porque ven una forma de ascender.
Siguiendo las recomendaciones de la UE, algunos pa¨ªses est¨¢n aprobando leyes que impidan este asesinato psicol¨®gico. En mayo pasado lo hizo Francia penalizando con hasta un a?o de c¨¢rcel y 2,5 millones de pesetas a los acosadores. En Espa?a los sindicatos, grupos pol¨ªticos y los profesionales en Salud Laboral han conseguido que el problema se conozca y que el 19 de junio pasado el Senado, por unanimidad, aprobara instar al Gobierno a modificar la ley y adoptar las medidas para evitarlo.
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