Recordando a Tom¨¢s Iglesias
Dec¨ªamos entonces que te echar¨ªamos de menos. Pero no sab¨ªamos cu¨¢nto. Cinco a?os despu¨¦s puedo confirmarlo. Mucho. Sobre todo en tiempos en los que hay que reivindicar lo obvio.
Tus compa?eros juristas echar¨¢n hoy de menos tu habilidad como constitucionalista para desentra?ar la mara?a procesal que encuentre explicaci¨®n y responsables de los despidos masivos en tiempos de flexibilizaci¨®n dura, los ideol¨®gicos prohibidos por la Constituci¨®n resultantes de los acuerdos Iglesia-Estado o a las inversiones en Gescartera.
Tus camaradas (lo ¨¦ramos de verdad aunque el vocablo sea ya palabro), tu capacidad de an¨¢lisis y tu falta de dogmatismo para explicarnos tanto fanatismo terrorista y militar en nombre de Dios. Y tu rebeld¨ªa contra lo injusto y lo oportunista. Contra lo corrupto.
Y tus amigos, tu humor, esa iron¨ªa vital para que la resistencia contra este estado de cosas, sin pinta de cambiar, no sea aburrida. Porque no tiene porqu¨¦ serlo. Salud Tom¨¢s.
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