Innovaci¨®n y creatividad
Fiel a lo prometido en su discurso de toma de posesi¨®n, el director general de Canal Sur ha hecho un gran esfuerzo de 'innovaci¨®n y creatividad'. Pasen y vean. No se pierdan la nueva temporada de la televisi¨®n andaluza. Esta vez parece ir en serio. Canal Sur encara por fin su vocaci¨®n de servicio p¨²blico y lanza simult¨¢neamente dos programas que tienen la misma finalidad: que los andaluces puedan encontrar pareja. Ya no se podr¨¢ decir que nuestra televisi¨®n no sirve para nada: la nueva programaci¨®n podr¨¢ contribuir a la dicha afectiva de los andaluces y, si hay suerte, hasta har¨¢ posible el incremento de la natalidad. Eso es innovaci¨®n y creatividad. Lo dem¨¢s son tonter¨ªas.
Es una pena que hasta los genios tengan que depender de un presupuesto, pero la vida es as¨ª, qu¨¦ le vamos a hacer. En v¨ªsperas de la llegada de la nueva programaci¨®n, el Consejo de Administraci¨®n de la RTVA ped¨ªa ayuda a la Junta para que cubriera su d¨¦ficit de 1.110 millones. ?Ser¨¢ por dinero? Pues no, no deber¨ªa ser por dinero. El papel de la televisi¨®n p¨²blica en una comunidad como la nuestra no debe de ser puesto en juicio por 1.110 millones, ni por los 7.400 millones que se recaudan por publicidad y que son los que mantienen a Canal Sur bajo la esclavitud de las audiencias. 7.400 millones que sirven de coartada a toda la bazofia que se emite desde San Juan de Aznalfarache.
No hay nada m¨¢s in¨²til que el intento de hacer 'rentable' una televisi¨®n p¨²blica. La ¨²nica rentabilidad que hay que considerar en los servicios p¨²blicos es la rentabilidad social; otra cosa es que las cuentas ajusten, como debe ser, y que los costos sean razonables. Pero es absurdo defender la necesidad de alcanzar altos niveles de audiencias porque de ellos dependan los ingresos publicitarios. Es cierto que si las audiencias bajan, desciende tambi¨¦n la publicidad, pero carece de sentido hipotecar los contenidos de una radiotelevisi¨®n que cuesta 31.500 millones anuales (de los que m¨¢s del 75% salen de una u otra manera de los presupuestos) a unos ingresos publicitarios que apenas cubren una cuarta parte de sus necesidades y que significan el 0,26% del presupuesto andaluz. Eso sin contar con que al dejar de participar en la guerra de las audiencias, los costes previsiblemente disminuir¨ªan.
Por absurdo que parezca, ¨¦sta es la l¨®gica que mueve a las televisiones p¨²blicas. Y no s¨®lo en Andaluc¨ªa, aunque el caso de Canal Sur es especialmente pat¨¦tico por la zafiedad de sus contenidos y porque, adem¨¢s, tanta bazofia no le sirve para alcanzar altos niveles de audiencia. Lo cual, dicho sea de paso, dice algo en favor de la sociedad andaluza.
En estos asuntos se producen abundantes sorpresas: cuando Tele 5 trat¨® de acabar con la imagen cutre de los tiempos de las mamachichos para ganar credibilidad y aumentar as¨ª su facturaci¨®n publicitaria, se encontr¨® con que no s¨®lo creci¨® la facturaci¨®n, sino que tambi¨¦n se increment¨® la audiencia. As¨ª se descubri¨® que los zafios no eran los telespectadores, sino los que hab¨ªan elaborado la programaci¨®n de aquel canal. Aqu¨ª puede estar sucediendo lo mismo: quiz¨¢ sea m¨¢s f¨¢cil encontrar catetos entre quienes mandan en Canal Sur que entre su audiencia potencial.
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