Amabilidad sin vitriolo
A lo largo de su larga, agitada, productiva historia, Hollywood ha demostrado sobradamente su capacidad para construir veh¨ªculos con las mismas caracter¨ªsticas que La pareja del a?o, y hacerlos, adem¨¢s, caminar lo quieran o no. Es decir, que la industria estadounidense siempre ha aprovechado, muy productivamente, el gancho popular que supone juntar a dos estrellas en la c¨²spide, pero que no han trabajado anteriormente juntas, o incluso cuyos arquetipos est¨¢n muy lejanos uno del otro.
Es el caso, y curioso por partida doble: una, porque propone como protagonistas no a la tradicional pareja de famosos, sino a dos mujeres, una triunfante gracias a su donaire y su perfecta, camale¨®nica capacidad para encarnar a la guapa vecinita de al lado (Roberts); la otra gracias a su poderosa, casi sofocante sexualidad (Jones); otra, porque hace justamente de la fama, de las entretelas, de la construcci¨®n artificiosa (es decir, falsa) del glamour el tema mismo de su trama.
LA PAREJA DEL A?O
Director: Joe Roth. Int¨¦rpretes: Julia Roberts, Catherine Zeta-Jones, Billy Cristal, John Cusack, Han Hazar¨ªa. G¨¦nero: comedia, EE.UU., 2001. Duraci¨®n: 102 minutos.
De Hollywood, pues, habla La pareja del a?o: del casi imposible reencuentro entre dos actores peleados (Jones y Cusack), pero tan taquilleros que no hay estudio que se resista a volverlos a juntar; de la ayudante en la sombra de una de estas estrellas (Roberts) y de un avispado, manipulador jefe de prensa (Cristal: es no s¨®lo uno de los actores, sino tambi¨¦n el productor y coguionista del asunto) que debe organizar el pase de la ¨²ltima pel¨ªcula protagonizada por las dos estrellas, a las ¨®rdenes de un director exc¨¦ntrico (poco m¨¢s que un ilustre cameo de Christopher Walken)... que no ha entregado su trabajo a tiempo.
Esta situaci¨®n de partida da pie a un amplio despliegue de situaciones propias del g¨¦nero mayor en el que el filme se inserta, la comedia de enredos: las histerias de la diva, los intentos de apaciguamiento de su hermana y asistente, las idas y venidas del jefe de prensa, m¨¢s una sorpresiva historia de amor sobre la que el lector agradecer¨¢ la falta de otras precisiones. Y todo ello con el gancho adicional del cine dentro del cine, al que contribuye, y no poco, la pel¨ªcula que ha preparado Walken para los invitados del estudio.
O sea, estamos en terrenos conocidos: la mirada al mundo interno del show bussines, los gui?os con situaciones de la vida real de todos conocidos, m¨¢s alg¨²n suplemento particularmente jocoso, como ver a la Roberts con veinte kilos de m¨¢s. L¨¢stima que todo este edificio est¨¦ construido con m¨¢s oficio que talento, que el gui¨®n no escatime golpes de efecto a veces particularmente tontos y que, en general, falte la mala uva, el vitriolo que un acercamiento c¨ªnico al tema podr¨ªa permitir.
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