La belleza y el dolor
El amor y la imposibilidad de su expresi¨®n y de su reconstrucci¨®n es el tema central del ¨²ltimo libro de Mart¨ªn Casariego. La mezcla de g¨¦neros y registros narrativos -de la novela al relato pasando por la confesi¨®n epistolar- marca el tono de la obra: Campos enteros llenos de flores.
Todo libro tiene un centro de gravedad, sea ensayo, poes¨ªa o narrativa. Puede estar m¨¢s o menos explicitado. Su naturaleza es m¨²ltiple. Puede ser un tono o una idea. Tambi¨¦n lo puede ser su filosof¨ªa compositiva o su sustancia ling¨¹¨ªstica. Mal asunto para el que no tenga, su lectura se hace err¨¢tica y decepcionante. En el ¨²ltimo libro de Mart¨ªn Casariego, Campos enteros llenos de flores, la existencia de ese centro de gravedad es esencial porque ¨¦l es el que justifica la indeterminaci¨®n de su g¨¦nero, es el que garantiza que su imprecisi¨®n gen¨¦rica funcione como relato unitario y como paradigma de que la ficci¨®n hoy no depende tanto de las reglas explicitadas como de cierto pacto entre autor y lector sobre c¨®mo generar un espacio de emoci¨®n est¨¦tica. Casariego ha escrito un libro de ficci¨®n aliment¨¢ndose de la novela, el cuento y la confesi¨®n epistolar. No mezcla estos g¨¦neros sino que los hace dialogar para que den como resultado un relato sobre c¨®mo se puede escribir a prop¨®sito del sentimiento amoroso. Su centro no se asienta, por tanto, en las v¨ªvidas circunstancias sentimentales que aquejan al ficticio escritor que ha ideado el autor madrile?o. Su centro de gravedad es el dibujo de una conciencia de nuestros d¨ªas cuando piensa sobre el hecho amoroso.
Los que hayan le¨ªdo otros
libros de Casariego, novelas como La hija del coronel o La primavera corta, el largo invierno saben de su aversi¨®n al lugar com¨²n o a la cursiler¨ªa. Campos enteros llenos de flores es un relato relativamente breve formado por nueve piezas. ?stas est¨¢n narradas por un escritor que firma M¨¢ximo C. La primera de las piezas est¨¢ datada en 1940 y la ¨²ltima en 2001. Entre una y otra, se extiende la vida sentimental de M¨¢ximo C. Comienza este supuesto escritor in¨¦dito cont¨¢ndonos un primerizo amor escolar y termina haci¨¦ndolo sobre el derrumbe inevitable de su feliz matrimonio de treinta a?os. En el medio, encontramos algunas brevedades y la pieza m¨¢s extensa que da t¨ªtulo al libro que comentamos. Hay una historia, entre las nueve, soberbiamente escrita y pensada que se titula Y ahora estoy aqu¨ª, bajo la luna, algo as¨ª como si M¨¢ximo C. quisiera demostrarnos su capacidad para urdir una trama feroz exenta de referencias personales. El relato que presta t¨ªtulo al volumen es un ejemplo de c¨®mo se puede escribir sobre un reencuentro. Creo que Casariego nos quiere decir que si el reencuentro con una antigua novia no es como el que ¨¦l nos cuenta aquellos novios nunca valieron la pena. Y el ¨²ltimo relato es la confesi¨®n de una infidelidad, una carta que escribe M¨¢ximo C. a su mujer, una dolorida carta que nunca entregar¨¢. En esta carta se nos narra la aparici¨®n de una jovencita en el matrimonio de su autor. Aqu¨ª Casariego echa mano de la culpa, del deseo avasallante y ciego y de la renuncia. Al final, la historia termina con una terrible revelaci¨®n. En Campos enteros llenos de flores Mart¨ªn Casariego ha puesto todo su saber al servicio de una materia de larga tradici¨®n literaria. Y lo ha hecho con la escritura justa, esa que transita con envidiable claridad entre el sentido del dolor y la belleza.
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