El matrimonio como necesidad
La discriminaci¨®n que sufren los homosexuales al no poder casarse les afecta en herencias, pensiones, seguros, permiso de residencia...
La oposici¨®n del PP y CiU a aprobar el matrimonio de gays y lesbianas en el Congreso el pasado 25 de septiembre no implica s¨®lo dejar a una buena porci¨®n de la poblaci¨®n sin un derecho del que disfruta el resto. Supone tambi¨¦n complicarles la vida. Para ellos es m¨¢s dif¨ªcil -cuando no imposible- dejar una herencia a su pareja, cobrar una pensi¨®n de viudedad, pedir permiso en el trabajo para acompa?arle durante un ingreso hospitalario o conseguir el permiso de residencia si el compa?ero es extranjero.
'Algo tendr¨¢ el matrimonio, cuando todo el mundo, de derechas y de izquierdas, se casa', declara Pedro Zerolo, presidente de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas y Gays (FELG). La secretaria de la FELG, Beatriz Gimeno, a?ade: 'Cuando se reclama el derecho al matrimonio no se est¨¢ pidiendo un capricho ni algo te¨®rico de lo que los dem¨¢s disfrutan. Las leyes est¨¢n pensadas para defender a la familia tradicional, y nuestras familias quedan en inferioridad de condiciones'. Sin el reconocimiento de una igualdad legal se hace m¨¢s dif¨ªcil la igualdad social, apuntan otros portavoces del colectivo.
Herencia, pensiones, adopci¨®n conjunta, derechos laborales o permiso de residencia son s¨®lo la punta del iceberg. Las asociaciones de gays y lesbianas de EE UU han elaborado una lista con m¨¢s de 300 derechos que se le niegan a una pareja que no puede casarse, y que disfrutan las casadas.
Entre ellas, destaca Gimeno, se incluyen, aparte de los ya dichos, la posibilidad de apuntar a su pareja en el seguro sanitario (p¨²blico o privado) pagando lo mismo que si fuera su c¨®nyuge, realizar declaraciones de la renta conjuntas y poder decidir sobre los tratamientos m¨¦dicos de la pareja si ¨¦sta no est¨¢ en condiciones de decidir.
Esta desigualdad se hizo presente 'como un mazazo' para In¨¦s cuando falleci¨® su compa?era, hace unos cuatro a?os. La enfermedad de Marta fue r¨¢pida, y su muerte, inesperada. Las dos eran j¨®venes (ten¨ªan 32 y 38 a?os entonces), y, aunque llevaban seis a?os juntas, no hab¨ªan hecho testamento. In¨¦s estaba en el paro, as¨ª que cuando compraron un piso, lo escrituraron a nombre de Marta.
'Parec¨ªa que todo iba bien. Durante las vacaciones visit¨¢bamos a su familia y a la m¨ªa. Se supon¨ªa que aceptaban nuestra relaci¨®n. Pero cuando Marta muri¨®, sus hermanos aparecieron a quedarse todo. Tuve que dejar la casa en menos de un mes, y hasta me pidieron la factura para poderme llevar el equipo de m¨²sica que yo hab¨ªa comprado', recuerda In¨¦s. 'Me qued¨¦ con lo puesto. Por supuesto, no tuve derecho a pensi¨®n, y tuve que volver a vivir a casa de mi madre', explica la mujer. 'Ah¨ª estuve m¨¢s de medio a?o, hasta que consegu¨ª un trabajo como administrativa en una oficina bancaria y pude independizarme de nuevo', declara.
Los nombres de las dos mujeres de esta historia son falsos, y es que la mayor¨ªa de gays y lesbianas con que ha hablado este peri¨®dico todav¨ªa se niegan a identificarse en p¨²blico.
'No quiero que la familia de Marta crea que me estoy vengando de ellos', afirma In¨¦s. 'Adem¨¢s, en mi trabajo no saben nada', a?ade. Otras razones dadas son que su familia ignora su condici¨®n de gay o lesbiana, el no querer 'significarse' en el barrio o evitar que en el colegio sepan que su hijo vive con dos mujeres, por ejemplo.
No hace falta llegar al extremo de que uno de los miembros de una pareja muera para que las uniones de gays y lesbianas se enfrenten a situaciones de discriminaci¨®n. Mili Hern¨¢ndez, propietaria de la librer¨ªa de tem¨¢tica gay y lesbiana Berkana, en Madrid, explica el siguiente caso de unas amigas. 'Cuando operaron a una, la otra tuvo que pedir cuatro d¨ªas sin sueldo en el trabajo para poder acompa?arla en el hospital. Si fueran un matrimonio, le habr¨ªan dado los d¨ªas libre sin problema', afirma. Como en otros casos, las protagonistas no quisieron contar p¨²blicamente su historia.
Algunas veces, la discriminaci¨®n entre quienes pueden casarse y las parejas que lo tienen prohibido llega a impedir su convivencia. Es lo que ocurre cuando uno de los miembros de la relaci¨®n es extranjero y no tiene permiso de residencia. Una boda servir¨ªa para regularizar su situaci¨®n. Al no existir posibilidad de matrimonio, los tr¨¢mites se alargan.
'Marcos -otro nombre falso- es ecuatoriano. Llevamos juntos tres a?os. De ellos, durante los dos primeros Marcos estuvo en situaci¨®n ilegal en Espa?a, con el riesgo permanente de ser expulsado. Por fin hace un a?o conseguimos arreglar su situaci¨®n', cuenta Andr¨¦s, su 'marido', como ¨¦l mismo se llama. Para ello tuvo que conseguir una oferta de trabajo y volverse a Ecudor a acabar el papeleo, relata.
En la 'incoherencia' del sistema legal espa?ol, como lo defini¨® la diputada socialista Leire Paj¨ªn en el Congreso, est¨¢ que a veces s¨ª se conceden derechos a las parejas de hecho, independientemente del sexo de sus componentes. El reconocimiento legal es mayor si viven en comunidades aut¨®nomas con leyes de uniones estables (Catalu?a, Navarra, Ararg¨®n y la Comunidad Valenciana). Tambi¨¦n hay registros municipales y convenios colectivos m¨¢s igualitarios que otros. Algunas leyes, como la de arrendamientos urbanos y v¨ªctimas del terrorismo, igualan matrimonios a otras formas de convivencia. Dentro de la Uni¨®n Europea, la situaci¨®n oscila entre la equiparaci¨®n casi completa de Holanda y los pa¨ªses escandinavos a las leyes que el Parlamento Europeo denuncia como discriminatorias de Grecia, Irlanda, el Reino Unido y Portugal.
La vida de In¨¦s, las amigas de Mili, Marcos y Andr¨¦s hubiera sido m¨¢s f¨¢cil si se hubieran podido casar. Como se?al¨® el diputado del Bloque Nacionalista Galego Francisco Rodr¨ªguez en el debate parlamentario del pasado martes sobre el matrimonio de gays y lesbianas, la diferencia es que 'hay parejas heterosexuales que no quieren casarse; las homosexuales, simplemente, no pueden'.
Ventajas de registrarse
Registrarse. ?ste es el consejo que da a las parejas de gays y lesbianas la profesora de Derecho Civil de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia, Mar¨ªa Teresa Bendito, directora de un curso sobre de parejas de hecho en Espa?a. Si en la ciudad o comunidad donde viven no hay registro, Bendito es tajante: 'Que la pareja se empadrone donde s¨ª lo haya. Les puede servir si en un futuro se aprueba una ley de parejas de hecho estatal, y puede darles fuerza ante un juez en caso de litigio'. Otro consejo de la especialista es realizar testamento y registrar ante notario el r¨¦gimen econ¨®mico de la pareja, que puede servir en caso de fallecimiento o de separaci¨®n. Pero ni con todas estas precauciones se evita que parte de la herencia, la 'leg¨ªtima', vaya a los ascendientes (padres) del fallecido. Tampoco conseguir¨¢n evitar que el tipo del impuesto de sucesiones que se aplique sea el mayor de todos, ya que la transmisi¨®n es entre dos personas sin ning¨²n v¨ªnculo familiar. La profesora de la UNED explica otros mecanismos legales: 'No hay derecho a pensi¨®n de viudedad, pero puede hacerse un seguro. Si hay hijos, se puede nombrar en el testamento tutor o tutora a la pareja. De esta manera si el progenitor del menor muere, su pareja mantendr¨¢ los derechos sobre el ni?o, siempre que un juez no decide lo contrario', explica.
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