Lealtad federal
En la presentaci¨®n del nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica en una convenci¨®n interna del PP celebrada esta misma semana, el presidente del Gobierno subray¨® expresamente que el funcionamiento de dicho modelo exige que tanto los gobiernos de las distintas comunidades aut¨®nomas como el Gobierno de la naci¨®n ejerzan las competencias que les atribuyen la Constituci¨®n y los estatutos de autonom¨ªa de una manera leal. Sin lealtad constitucional por parte de todos, ven¨ªa a decir Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, no es posible que pueda operar no ya el nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica sino el Estado de las Autonom¨ªas en general.
Es dif¨ªcil no estar de acuerdo con esta afirmaci¨®n del presidente de Gobierno. La lealtad constitucional es necesaria en todo Estado democr¨¢tico, tanto si est¨¢ pol¨ªticamente descentralizado como si no lo est¨¢. En democracia no se puede perder nunca de vista por los partidos pol¨ªticos, que, por muy duro que sea el enfrentamiento, todos pertenecen al mismo sistema y s¨®lo pueden hacer pol¨ªtica porque hay coincidencia en determinados principios que no pueden ser siquiera sometidos a discusi¨®n. La lealtad constitucional no es m¨¢s que el reconocimiento a trav¨¦s de la acci¨®n pol¨ªtica cotidiana de las premisas en las que descansa todo Estado democr¨¢tico.
Esto es necesario, insisto, en todo Estado democr¨¢tico. Pero lo es mucho m¨¢s en uno que est¨¢ pol¨ªticamente descentralizado. En este tipo de Estado la lealtad constitucional incluye como componente inexcusable lo que en la literatura cient¨ªfica se denomina lealtad federal. Para que un Estado pol¨ªticamente descentralizado funcione no basta con que se acepten los principios b¨¢sicos de todo sistema democr¨¢tico, sino que es preciso que cada uno de los parlamentos y gobiernos democr¨¢ticamente legitimados que existen en dicho Estado ejerzan sus competencias respetando la letra y el esp¨ªritu de las normas que se las atribuyen. Un sistema pol¨ªtico como el espa?ol, integrado por un sistema nacional y 17 subsistemas regionales, en los que todos los poderes, estatales y auton¨®micos, est¨¢n legitimados democr¨¢ticamente, s¨®lo puede operar como 'un' sistema, si se act¨²a de buena fe y se interiorizan cu¨¢les son los l¨ªmites, no s¨®lo los normativos sino tambi¨¦n los no escritos, que a veces son todav¨ªa m¨¢s importantes, en el ejercicio de las propias competencias.
Por eso no se entiende muy bien que en la misma semana en que el presidente del Gobierno hace ese llamamiento expl¨ªcito a la lealtad constitucional de todos los parlamentos y gobiernos de las comunidades aut¨®nomas, se hayan interpuesto determinados recursos ante los tribunales de justicia contra el convenio de la Junta de Andaluc¨ªa y la Junta de Extremadura para que desde esta ¨²ltima comunidad se pudiera acceder a la programaci¨®n televisiva andaluza y se haya puesto en marcha en el Senado el mecanismo para vetar dicho convenio.
No es f¨¢cil encontrar un ejemplo mayor de deslealtad en el ejercicio de las propias competencias que ¨¦ste. La lealtad federal exige que el Gobierno central sea territorialmente neutral en el ejercicio de sus competencias. El Gobierno de la naci¨®n no puede ejercer la misma competencia de manera diferente respecto de las distintas unidades territoriales que integran el Estado espa?ol. Si no se ha puesto ning¨²n reparo a los convenios por los que se puede acceder a la programaci¨®n de la televisi¨®n catalana desde las Islas Baleares, o a la programaci¨®n de la televisi¨®n de la comunidad de Madrid desde las dos Castillas o a la programaci¨®n de la televisi¨®n vasca desde Navarra, no se puede poner ning¨²n reparo al convenio por el que se pretende que los extreme?os puedan acceder a la televisi¨®n andaluza. La imparcialidad territorial del Gobierno de la naci¨®n es un componente inexcusable de la lealtad constitucional-federal. Cada una de las comunidades aut¨®nomas tiene derecho a recibir del Gobierno de la naci¨®n el mismo tratamiento que han recibido las dem¨¢s en circunstancias sustancialmente id¨¦nticas. La neutralidad territorial no es m¨¢s que la forma de manifestaci¨®n en la estructura del Estado del principio de igualdad en el que descansa la Constituci¨®n y el resto del ordenamiento jur¨ªdico. Si se rompe este principio de neutralidad territorial por parte del Gobierno de la naci¨®n,se vulnera el principio de igualdad y a partir de ese momento es imposible exigir lealtad a los gobiernos auton¨®micos. No se puede ser arbitrario en el ejercicio del poder propio y pretender que los dem¨¢s sean leales en el ejercicio del suyo.
No se entiende, por los dem¨¢s, qu¨¦ espera obtener el Gobierno y el PP con esta manera de proceder. Por el momento lo ¨²nico que ha conseguido es que buena parte de las comunidades aut¨®nomas y en particular aquellas en las que est¨¢n en el gobierno partidos nacionalistas hayan anunciado que no van a poner de ahora en adelante en conocimiento del Gobierno de la naci¨®n los convenios que suscriban con otras comunidades aut¨®nomas. Lo que no deber¨ªa haber dado lugar a ning¨²n tipo de enfrentamiento, no s¨®lo ha generado uno entre el Gobierno de la naci¨®n y dos comunidades aut¨®nomas, sino que puede acabar generando muchos otros en el futuro y est¨¢ fomentando, en todo caso, desde ya un debilitamiento de la lealtad federal.
Pero no es solamente desde la perspectiva constitucional desde la que la decisi¨®n de impugnar y vetar el convenio entre Andaluc¨ªa y Extremadura es un disparate, sino que lo es adem¨¢s desde una perspectiva pol¨ªtica. Desde 1996 el PP en Andaluc¨ªa viene reprochando al presidente de la Junta que haya abandonado la acci¨®n de gobierno y se haya dedicado exclusivamente a poner en pr¨¢ctica una pol¨ªtica de confrontaci¨®n con el Gobierno de la naci¨®n. ?No ha advertido nadie en el PP que, al actuar de la forma en que lo ha hecho esta semana, es el Gobierno de la naci¨®n el que se confronta con el de la Junta de Andaluc¨ªa y no a la inversa? ?Nadie se ha dado cuenta que esa manera de proceder es una manifestaci¨®n de impotencia del PP en Andaluc¨ªa y Extremadura, que solamente puede tener una valoraci¨®n negativa en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas?
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