Cero es mucho

El consejero de Hacienda, Vicente Rambla, cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s desmejorado, a pesar de Gescartera que deber¨ªa ser un alivio para ¨¦l. Gescartera tiene una fuerza de atracci¨®n tan terrible que es capaz de desviar la atenci¨®n de los asuntos econ¨®micamente graves como son los relativos al endeudamiento de la Generalitat. Que Gescartera se ha disparado es algo que a estas alturas reconoce hasta una persona tan poco sospechosa de animadversi¨®n al PP como Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, ex portavoz de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, quien se ha dado un buen alivio en un art¨ªculo publicado en Micanoa.com, una web que edita el curtido periodista Fernando J¨¢uregui con sabroso confidencial incluido. No es para menos.

Aqu¨ª somos tierra de artistas y tenemos que hacer bueno el t¨®pico. Cumplir con los t¨®picos es algo b¨¢sico en cualquier pol¨ªtico, especialmente si es popular, que aspire a gobernar o a continuar gobernando. Ser¨ªa inconcebible, por poner un caso, que Eduardo Zaplana buscara asesores en levantamiento de piedras, para eso hay que ser presidente vasco. Zaplana no aspira a lehendakari, por tanto nadie podr¨¢ recriminarle por no tener un asesor en esa materia. En cambio, el president s¨ª que se ha preocupado de tener un asesor en lo espec¨ªfico de esta tierra de artistas. Por eso, oficialmente, Jaime Morey era asesor musical de Zaplana, aunque luego se quedara con lo de asesor a secas. Y sin embargo, el presidente extreme?o, Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, se empe?a en acusar a Zaplana de no s¨¦ qu¨¦ horribles y oscuras tramas de financiaci¨®n del PP, retrotray¨¦ndose al caso Naseiro. Ibarra es un antiguo; de lo del caso Naseiro hace ya diez a?os y los tribunales anularon las pruebas que alimentaban las sospechas. Si Zaplana fuese presidente extreme?o, (cosa posible) no lo duden, en lugar de un asesor musical, hubiera nombrado un asesor en chaciner¨ªa ib¨¦rica. De ah¨ª que uno, en su ingenuidad pol¨ªtica, no acabe de entender por qu¨¦ Zaplana se niega a comparecer ante las comisiones parlamentarias correspondientes; con lo sencillo que es todo y lo sobrado que va siempre: Valencia es la tierra de las flores, de la luz y del amor, Morey es su asesor musical y como explic¨® el propio cantante: florero de Gescartera. ?Ven como todo, menos las cuentas, cuadra? En una comunidad como ¨¦sta, que es la tierra de las flores, digo yo, ?tendr¨¢ que haber floreros?, es m¨¢s ?tendr¨¢ que haber ilustres floreros? y si adem¨¢s son cantantes mel¨®dicos, pues mejor que mejor. No s¨¦, pues, a qu¨¦ espera Zaplana para comparecer ante la comisi¨®n y contarles que ¨¦l no era m¨¢s que el padrino del padre de la novia.

Este mismo art¨ªculo es la prueba del nueve de que lo de Gescartera igual vale para un roto que para un descosido y nadie se preocupa de los asuntos serios como la deuda de la Generalitat: un bill¨®n para el mejor, Zaplana, por supuesto. Mientras, el pobre Rambla tiene que ir pele¨¢ndose con Crist¨®bal Montoro, ministro del ramo de la novia de Gescartera y tambi¨¦n de Hacienda, por un qu¨ªtame all¨¢ esos derechos (in)definidos, que es como en la jerga presupuestaria se llama a las facturas ficticias que el ministro le ha obligado a anular y con las que el consejero pretend¨ªa cuadrar las cuentas de la Generalitat. Del cu¨¢nto y del c¨®mo de esas facturas ficticias, de momento s¨®lo se sabe que son millonarias, lo cual es no decir nada, aunque explica ese amago de discusi¨®n supuestamente pol¨ªtica que sostuvieron en el Senado ambos comilitones a prop¨®sito del d¨¦ficit cero, que como todo el mundo sabe no es m¨¢s que una forma de hablar, que ya vendr¨¢n otros a pagar.