Sin dinero para la solidaridad
En el reciente debate de pol¨ªtica general, Eduardo Zaplana anunci¨® diferentes propuestas de pol¨ªtica social y sanitaria. Algunas fueron formuladas en t¨¦rminos tan vagos, e incluso en clave, que dieron pie a las m¨¢s variopintas interpretaciones. Una de las iniciativas supuestamente 'innovadoras' en la l¨ªnea de las enunciadas recientemente desde la Consejer¨ªa de Bienestar Social, fue la referida al Plan Estrat¨¦gico Sociosanitario, ligado a la remodelaci¨®n de dicha consejer¨ªa. Se especul¨®, ante lo confuso de la propuesta, con diversas posibilidades, entre otras un cambio en la titularidad de la Consejer¨ªa de Sanidad, ciertamente ya muy desgastada. El posible nuevo reparto competencial podr¨ªa ir en esta l¨ªnea. Pero esto es lo de menos.
Hoy sabemos ya que esta propuesta se refer¨ªa a los procedimientos para cubrir las necesidades de atenci¨®n tanto de los pacientes cr¨®nicos de larga evoluci¨®n -en su mayor¨ªa ancianos dependientes y con m¨²ltiples dolencias- como de los enfermos oncol¨®gicos, con sida y otras dolencias cr¨®nicas en situaci¨®n terminal, de los pacientes con enfermedad mental cr¨®nica grave y los drogodependientes. Necesidades que el gobierno de Zaplana pretende atender a trav¨¦s de una denominada Agencia de Compra de Servicios Sociosanitarios, que se servir¨ªa tanto de proveedores p¨²blicos como privados, y estar¨ªa adscrita a la Consejer¨ªa de Bienestar Social. De esta forma, la provisi¨®n privada con ¨¢nimo de lucro, sutilmente denominada por Zaplana iniciativa social, dejar¨ªa de ser complementaria para pasar a sustitutoria y dominante. Evidentemente la atenci¨®n a estos pacientes requiere de recursos sanitarios y sociales, de una coordinaci¨®n entre Bienestar Social y Sanidad. Coordinaci¨®n ya definida y nunca hecha efectiva.
Pero la adscripci¨®n del conjunto de la atenci¨®n sociosanitaria a Bienestar Social es muy peligrosa, ya que las prestaciones sociales no son universales, ni gratuitas, frente a la prestaci¨®n sanitaria que s¨ª lo es. ?sta como otras medidas de reforma anunciadas en Sanidad est¨¢ orientada a sustituir una parte del gasto p¨²blico por gasto privado, directamente de su bolsillo por el paciente, en principio seg¨²n nivel de renta. Cabe recordar el globo sonda lanzado hace unos meses por la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, en relaci¨®n al pago de la hosteler¨ªa y cuidados no sanitarios por parte de los pacientes en los hospitales de media y larga estancia. Una medida que de llevarse a cabo pondr¨ªa en grave riesgo a los pensionistas, para los que disponer de cuidados de modo gratuito es mucho m¨¢s importante que la disponibilidad de patrimonio o renta. Una pensi¨®n de 75.000 pesetas mensuales no permite pagar m¨¢s que dos horas diarias de cuidados a precio de mano de obra no cualificada en la econom¨ªa sumergida o informal, seg¨²n explica Mar¨ªa ?ngeles Dur¨¢n en Los costes invisibles de la enfermedad (Fundaci¨®n BBV, 1999).
?Qu¨¦ se ha hecho hasta ahora en este campo? Mucho ruido y pocas realidades tangibles. As¨ª, el proyecto RED (de las consejer¨ªas de Sanidad y Trabajo) presentado en febrero de 1996 y que seg¨²n Zaplana se pondr¨ªa en marcha ese mismo a?o, contemplaba la asistencia social y sanitaria a pacientes terminales, cifrando su coste -pero sin dotaci¨®n presupuestaria- en 1.000 millones de pesetas, y supon¨ªa la creaci¨®n de unidades de cuidados paliativos en cuatro hospitales. Unidades que adem¨¢s de habitaciones individuales, dispondr¨ªan de comedor, etc., para -se dec¨ªa- recrear el domicilio del paciente, en un entorno humanizado. Nunca m¨¢s se supo: ni una sola peseta invertida hasta hoy de los 1.000 millones anunciados.
De otra parte, se ha anunciado, pero sin programa presupuestario, un nuevo Plan de Humanizaci¨®n que promete para 2003 habitaciones individuales, esta vez para todos. Y la puesta en funcionamiento de los Servicios de Informaci¨®n y Atenci¨®n al Paciente, un mero cambio de nombre, pues ya exist¨ªan los servicios de atenci¨®n al usuario.
Y mientras tanto: ?qu¨¦ opinan los consejeros Blasco y Castellano e incluso el presidente Zaplana de las habitaciones de cuatro personas que persisten en el hospital de la Malva-rosa? ?Les gustar¨ªa ingresar en una de esas habitaciones, que adem¨¢s son las ¨²nicas de cuidados paliativos en la ciudad de Valencia? Lo cierto es que la atenci¨®n a pacientes cr¨®nicos y terminales ya estaba contemplada en el programa Palet (1995) de Sanidad. Programa que se propon¨ªa ofrecer a cada enfermo y su familia el apoyo necesario y el mejor recurso y lugar de tratamiento. Y que contaba ya desde su inicio con los recursos de los hospitales de la Malvarrosa, Doctor Moliner, Sant Vicent del Raspeig y la Magdalena de Castell¨®n, doce unidades de hospitalizaci¨®n a domicilio y una unidad de corta estancia en el hospital La Fe. Por desgracia, podemos observar que este programa tiene un nivel de funcionamiento m¨ªnimo y a todas luces insuficiente. No s¨®lo no se dispone del mejor lugar de tratamiento, sino que en muchos casos no se dispone de lugar de tratamiento.
Durante el periodo 1995-2001, ?qu¨¦ incremento de recursos se ha producido para la atenci¨®n de los pacientes que defin¨ªa el programa Palet? Unidades de hospitalizaci¨®n de larga y media estancia, ninguna nueva. Unidades de atenci¨®n domiciliaria, s¨®lo tres nuevas unidades. Cinco ¨¢reas de salud no disponen todav¨ªa de unidades de hospitalizaci¨®n a domicilio y en las que existen s¨®lo atienden 'puntualmente' a aquellos pacientes que tienen la suerte de vivir en su ¨¢rea de influencia. Unidades de corta estancia, siete, pero estas ¨²ltimas no son m¨¢s que reorganizaci¨®n y reconversiones de camas de observaci¨®n de urgencias y agudos, y que a pesar del esfuerzo de los profesionales que las atienden no han sido efectivamente desarrolladas seg¨²n lo previsto en la orden de 2 de junio de 1999 sobre unidades de corta estancia en los hospitales de agudos. ?D¨®nde ha quedado la formaci¨®n espec¨ªfica que promet¨ªan? ?D¨®nde el desarrollo de hospitales de d¨ªa y consulta externa? ?D¨®nde el personal necesario prometido: trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, psic¨®logos? ?Se ha creado en alg¨²n hospital de agudos el Comit¨¦ de Atenci¨®n Palet insertado en la direcci¨®n y en la pol¨ªtica de calidad del hospital? Y ello sin olvidar la pr¨¢ctica inexistencia de hospitales de d¨ªa geri¨¢tricos.
Paralelamente se han incrementado los conciertos con cl¨ªnicas que no re¨²nen las condiciones adecuadas, como es el caso del Centro Los Jardines de Sophia en Alicante, que facturaba en 1998 cuarenta y ocho millones, cifra que se multiplica por cinco en un solo a?o.
Tal vez por ah¨ª van las cosas. Por evitar una programaci¨®n de conjunto rigurosa y p¨²blica, universal y gratuita, fiable y transparente, y disgregar la atenci¨®n sanitaria, privatizarla con disimulo, con beneficiarios -adjudicatarios, contratistas, etc.- muy concretos. La supuesta innovaci¨®n y modernidad flexibilizadora suenan a pretexto poco cre¨ªble. Estamos ante una gesti¨®n, sin paliativos, desastrosa. Puede que hayan mermado los recursos disponibles, que se hayan quedado sin dinero para la solidaridad (o para la simple justicia), pero todos sabemos que los recursos existen. ?A d¨®nde han ido? ?A d¨®nde van? Esta es la cuesti¨®n.
Mar¨ªa Jos¨¦ Mendoza es portavoz de Sanidad del Grupo Socialista en las Cortes Valencianas.
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