Cient¨ªficos de Oxford descubren un gen que afecta espec¨ªficamente al lenguaje
El hallazgo respalda que las capacidades mentales se basan en m¨®dulos cerebrales innatos
Si hay una cuesti¨®n sobre la que fil¨®sofos, bi¨®logos y expertos en inteligencia artificial discrepan hasta el exabrupto, es la siguiente: ?son las distintas capacidades del intelecto humano productos del aprendizaje y la cultura, o -como propuso el ling¨¹ista Noam Chomsky- est¨¢n prefiguradas gen¨¦ticamente como una serie de m¨®dulos especializados del cerebro? Cient¨ªficos de Oxford aportan hoy una prueba casi irrefutable en favor de lo segundo. Han descubierto un gen cuyas mutaciones destruyen la competencia gramatical sin afectar a otras funciones intelectuales.
Chomsky dedujo hace cuarenta a?os, sin m¨¢s que analizar la gram¨¢tica del ingl¨¦s y otros idiomas, que el lenguaje es una capacidad universal de la especie humana, independiente de la cultura y de los accidentes de cada biograf¨ªa, y que los ni?os deb¨ªan aprender a hablar de forma espont¨¢nea e inevitable, aplicando inconscientemente toda una bater¨ªa de normas complejas y abstractas que no pod¨ªan haber imitado de los adultos, ni mucho menos aprendido formalmente.
Estas teor¨ªas chocaron violentamente con los preceptos de la psicolog¨ªa, que consideraban el cerebro una tabula rasa que lo aprend¨ªa todo por asociaci¨®n y condicionamiento. Los herederos de este punto de vista son hoy los cient¨ªficos del conocimiento como Paul Churchland, que utilizan redes neuronales y otras herramientas de la inteligencia artificial para mostrar que los conceptos y las habilidadades mentales pueden surgir de la nada mediante el simple entrenamiento.
Anthony Monaco y sus colaboradores de la Universidad de Oxford presentan hoy en Nature sus estudios de una familia (llamada 'KE' para preservar su intimidad) en la que 15 de 29 miembros, a lo largo de tres generaciones, muestran graves defectos en su capacidad ling¨¹¨ªstica: no pueden distinguir los fonemas dentro de una palabra, ni generar inflexiones a partir de una ra¨ªz, ni comprenderlas si no las han aprendido previamente de memoria, ni producir con naturalidad estructuras sint¨¢cticas, ni entenderlas si no las han memorizado antes.
El equipo de Monaco ha encontrado al responsable de esa maldici¨®n familiar: una mutaci¨®n de un gen al que han llamado FOXP2. La correlaci¨®n es perfecta: los 15 miembros afectados de la familia llevan el gen mutante, y los otros 14 lo llevan normal. Adem¨¢s, otra persona con el mismo defecto ling¨¹¨ªstico, pero sin relaci¨®n con la familia, tiene otro tipo de mutaci¨®n en el mismo gen. La casualidad est¨¢ por completo descartada.
La mutaci¨®n no act¨²a mediante un estropicio generalizado de la inteligencia, ya que muchos de los afectados tienen niveles intelectuales (no verbales) normales, y algunos los tienen mayores que sus familiares no afectados.
Churchland y otros cient¨ªficos antichomskyanos han se?alado en favor de sus tesis que los poco m¨¢s de 30.000 genes humanos son insuficientes para elaborar muchos m¨®dulos cerebrales distintos, uno para el lenguaje, otro para el reconocimiento de caras, otro para las matem¨¢ticas, etc¨¦tera. ?Qu¨¦ ocurre entonces?
El neurocient¨ªfico Steven Pinker, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), respondi¨® ayer a este diario: 'Ni Churchland ni nadie saben cu¨¢ntos genes son necesarios para construir la habilidad ling¨¹¨ªstica. Y, en cualquier caso, los especialistas en gen¨®mica son un¨¢nimes en que el n¨²mero de genes de un genoma tiene muy poco que ver con la complejidad de un organismo. Es la interacci¨®n entre genes lo que organiza el organismo'.
El director del equipo de Oxford, Anthony Monaco, a?adi¨® tambi¨¦n ayer que, aunque el defecto provocado por esta mutaci¨®n es infrecuente, las deficiencias espec¨ªficas del lenguaje llegan a afectar al 4% de los ni?os: 'Este mismo mes presentaremos nuestros estudios con otras 100 familias que padecen esos defectos m¨¢s comunes. Esperamos encontrar otros genes responsables de ello'.
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