Una reforma para avanzar
Acaba de reanudar su tarea la mesa tripartita formada por representantes del Gobierno central, la organizaci¨®n empresarial y los sindicatos para la reforma de la negociaci¨®n colectiva en Espa?a. Los dos meses de negociaciones previos al verano han servido, al menos, para poner f¨ªn a 'la presi¨®n ambiental' que se hab¨ªa creado sobre los sindicatos para que asumieran una urgencia negociadora que olvidaba uno de los principios b¨¢sicos sobre los que se asienta la negociaci¨®n colectiva en el modelo de relaciones laborales en el que est¨¢ inserta nuestra legislaci¨®n al respecto, la autonom¨ªa de las partes negociadoras.
Antes del verano, el Gobierno central present¨® un pol¨¦mico 'documento de reflexi¨®n' en el que, desde un punto de vista auton¨®mico, quiero destacar la pretensi¨®n de reforzar el papel de los convenios sectoriales y de empresa y reducir el de los convenios auton¨®micos y provinciales.
Si puede entenderse esa pretensi¨®n respecto de los convenios provinciales por diversas consideraciones, no ocurre lo mismo en los de ¨¢mbito auton¨®mico. No se olvide, en primer lugar, que estos convenios auton¨®micos no llegan ni al 1 % del total de los negociados en Espa?a y que afectan escasamente al 8 % de las empresas y de los trabajadores.
Por otro lado, la realidad est¨¢ acercando cada vez m¨¢s las condiciones econ¨®micas y laborales de las provincias que conforman una comunidad aut¨®noma y, al mismo tiempo, el escenario institucional est¨¢ sufriendo una transformaci¨®n fundamental con la transferencia a las comunidades aut¨°nomas de las competencias en cuestiones laborales: si en estos ¨²ltimos a?os est¨¢n siendo objeto de esas transferencias las pol¨ªticas activas de empleo, con anterioridad lo hab¨ªan sido las relacionadas con la negociaci¨®n colectiva, las condiciones de trabajo, los temas de salud laboral, etc¨¦tera. Adem¨¢s de las cada vez m¨¢s extendidas pr¨¢cticas de acuerdos de concertaci¨®n entre los agentes econ¨®micos y sociales en el ¨¢mbito auton¨®mico sobre las pol¨ªticas que inciden en la generaci¨®n de empleo.
De esa manera, incluir en el mismo 'paquete' de convenios a limitar los provinciales y los auton¨®micos solo puede tener sentido en una obsesi¨®n centralista que no casa bien con el dise?o del Estado de las Autonom¨ªas.Si el marco de las competencias laborales est¨¢ siendo cada vez m¨¢s la comunidad aut¨®noma es positivo, entiendo, que ese vaya siendo tambi¨¦n un marco importante (no exclusivo ni, quiz¨¢s, el m¨¢s general) en la negociaci¨®n colectiva entre los empresarios y sindicatos.
De otra parte, el temario a negociar cabe calificarlo como conservador frente a las potencialidades de la negociaci¨®n colectiva. En Andaluc¨ªa, lo dicen los datos del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales, cada vez se introducen en los convenios colectivos m¨¢s cl¨¢usulas para la distribuci¨®n del tiempo de trabajo, para la creaci¨®n de empleo, la eliminaci¨®n de horas extras y la reducci¨®n de la contrataci¨®n temporal. Todo ello incide tanto en la capacidad de una econom¨ªa para generar empleo como en la mejora de las relaciones de trabajo en el seno de la empresa.
El V Acuerdo de Concertaci¨®n Social de Andaluc¨ªa recoge la siguiente declaraci¨®n: 'la negociaci¨®n colectiva constituye uno de los elementos m¨¢s relevantes para favorecer la creaci¨°n de empleo y el incremento de la competitividad del tejido empresarial'.
Con esa premisa, el pacto social andaluz (que tambi¨¦n considera necesaria una racionalizaci¨®n de la negociaci¨®n colectiva) hace propuestas para: corregir las situaciones de desigualdad de la mujer y los colectivos desfavorecidos en el mercado laboral, fomentar el empleo mediante cl¨¢usulas espec¨ªficas, el tratamiento de los trabajadores inmigrantes, luchar contra la econom¨ªa irregular y mejorar las condiciones de trabajo, en especial, las actuaciones de prevenci¨®n de riesgos laborales.
Creo que estas cuestiones deben ser tambien consideradas a la hora de hablar de la reforma de la negociaci¨®n colectiva. Porque si queremos obtener de ella toda la rentabilidad es preciso profundizar en sus contenidos. Y sobre eso no parece encontrarse nada en la posici¨®n del Gobierno de Espa?a en una mesa en la que a¨²n est¨¢ por ver si su pretensi¨®n es fomentar la negociaci¨®n colectiva o difuminarla y abonar el terreno a las relaciones individualizadas. Que, como se est¨¢ viendo en estos d¨ªas, parece ser el objetivo a conseguir por parte de la patronal y de algunos de sus sectores m¨¢s intransigentes con la democracia laboral.
Jos¨¦ Antonio Viera Chac¨®n es Consejero de Empleo y Desarrollo Tecnol¨®gico
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