Sobre Hasan al Turabi
Acabo de defender un trabajo de investigaci¨®n en la Universidad de Granada sobre el islam pol¨ªtico en Sud¨¢n, el islamismo internacional y la figura de Hasan al Turabi, tema sobre el que llevo investigando varios a?os. He tenido la oportunidad de conocer personalmente al sheyj Al Turabi, de leer sus obras, que suponen una extraordinaria y original contribuci¨®n al islam pol¨ªtico sudan¨¦s y al islamismo internacional, y de seguir su trayectoria como hombre de Estado que ha representado a su pa¨ªs y ha sido recibido por presidentes, por el papa Juan Pablo II e incluso fue invitado por el Senado norteamericano para pronunciar algunas conferencias en Estados Unidos. No me ha extra?ado en absoluto que su nombre apareciera varias veces, afortunadamente no demasiadas, vinculado a los atentados del pasado 11 de septiembre, porque ya hab¨ªa precedentes (atentado contra el presidente egipcio Hosni Mubarak en Addis Abeba en 1995 y atentados contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania en 1998). Pero lo que s¨ª me ha extra?ado es leer el pasado s¨¢bado 22 de septiembre un art¨ªculo de opini¨®n firmado por el diplom¨¢tico espa?ol Gustavo de Ar¨ªstegui, quien parece que se ha dado prisa en sumarse a la campa?a de desinformaci¨®n desatada tras los atentados. Aboga el se?or Ar¨ªstegui, diplom¨¢tico ¨¦l, por un an¨¢lisis minucioso y detallado de las obras de Al Turabi, pero con qu¨¦ fin: ?para conocer? Faltar¨ªa m¨¢s. No es ¨¦se el objetivo; su intenci¨®n es hallar alg¨²n v¨ªnculo entre el pensador sudan¨¦s y los atentados en Nueva York y Washington. En fin, s¨®lo un dato m¨¢s: Al Turabi ya no es 'el cerebro en la sombra' del r¨¦gimen de Jartum, cada vez m¨¢s militar y menos islamista; en todo caso ser¨¢ 'el cerebro a la sombra', porque, por si no lo sabe el diplom¨¢tico espa?ol, se encuentra detenido desde el pasado mes de febrero por plantear en el Parlamento -del que era presidente- algunas reformas que yo no dudar¨ªa en calificar como democr¨¢ticas. El mundo ya anda lo bastante revuelto como para a?adir m¨¢s le?a al fuego y sumarse alegremente a la caza de brujas desatada. Si el se?or Ar¨ªstegui quiere incriminar a alguien, y parece que tiene m¨¢s informaci¨®n que el FBI y la CIA juntos, que busque por otras latitudes, pero antes que lea y analice.
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