Como el jabal¨ª
El PP se desangra. Gescartera le ha abierto una herida que no cesa. Tal vez ahora resulte m¨¢s peligroso: embiste con sa?a, aunque ciego y con los esf¨ªnteres parlamentarios sueltos. A Rodrigo Rato se le fueron los nervios y dio en impertinencia, de penosos resultados. Y, por si el exabrupto fuera poco, a la vuelta de la esquina, le salpic¨® el pr¨¦stamo del HSBC, a la empresa que comparte con sus hermanos, y que el director del poderoso banco ocult¨® al Congreso. Con una ra¨ªda estrategia m¨¢s propia de una secta que de un partido en el Gobierno, se escenifica una pi?a en torno al vicepresidente segundo. Pero ya se sabe: se echan flores, y se acuchillan por lo bajo. Todos los tiberios que arrastran y las ambiciones sucesorias corroen a un PP, que se consume m¨¢s a prisa de lo previsto. Aznar preside un gabinete de desastres, mientras reverencia a la Administraci¨®n Bush, que s¨®lo le echa cuchicheos y sobras de segunda: se ha agachado tanto que se le ve el culo y un servilismo vergonzante.
Un escal¨®n m¨¢s abajo, en nuestra autonom¨ªa, la misma tonadilla, a escala reducida y paletona. Ah¨ª, el endeudamiento, la pista valenciana de Gescartera, que empieza en Morey y termina en alguna parte, hasta que reviente, o la paradoja del conseller de Obras P¨²blicas y Urbanismo que, con el vademecum de las estratagemas, se monta una cortina de humo, culpa a los socialistas por el retraso del AVE, y mientras su casa sin barrer, su casa de San Vicente del Raspeig, sin licencia de obras. Cuanto bananero trajeado de Armani.
Y en el escal¨®n municipal, cada quien conoce lo que sucede en su pueblo o en su ciudad. En Alicante, por ejemplo, al concejal de Cultura la oposici¨®n, concretamente la edil socialista S¨¢nchez Brufal, lo ha puesto tieso. Y ha dejado claro lo que sucede en las llamadas Noches del Castillo (de los horrores o de los errores): el Ayuntamiento cede a un restaurante - El Sorell, que cobra las entradas con cena incluida a 5.000 y 7.500 pts.- locales y espect¨¢culo, cuyo cach¨¦ pagan los ciudadanos, y en las arcas municipales no ingresa ni un c¨¦ntimo. Y eso que los gastos han subido de 12 millones en 1999 a 54 en 16 d¨ªas de julio y agosto de este a?o. Todo a dedo, a decreto, seg¨²n los usos y abusos de la vieja era. En tanto, para la conservaci¨®n del patrimonio hist¨®rico- art¨ªstico, en el actual ejercicio, tan solo se han previsto 70 millones. O la compra de esculturas, sin tasaci¨®n oficial, ni concurso, y de dudoso gusto, en fin. El concejal popular est¨¢ amedrentado por las certeras denuncias p¨²blicas que formula la oposici¨®n frente a tan arbitrarias actuaciones, aunque su grupo, con el manual de emergencias, lo ampare, sin demasiado entusiasmo.
Si tal y como est¨¢ el PP, de lo internacional a lo local, con el estruendo de navajas en su guarida, impulsara a la oposici¨®n mayoritaria, a la socialista, a hacer una pol¨ªtica de firmeza, responsabilidad y transparencia, sin renuncias ideol¨®gicas ni titubeos; si confiara en la perentoria participaci¨®n social; si mirara m¨¢s a su izquierda; si no centrifugara a aquellos partidos nacionalistas, que han dado muestras de integridad y madurez democr¨¢tica; y si abandonara su tendencia pactista, tan ingenua como confusa, podr¨ªa encontrar la salida del t¨²nel, donde a¨²n anda templando gaitas.
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