Plomo en las alas del PSPV
No ser¨ªa sorprendente que los nuevos gestores de Terra M¨ªtica contratasen al n¨²cleo dirigente e influyente del PSPV para innovar su espect¨¢culo tem¨¢tico. Nada m¨¢s v¨ªvido que una restauraci¨®n actualizada de las trapisondas conspirativas que vetearon la Roma imperial, y nadie m¨¢s id¨®neo al respecto que los clanes que alientan en el socialismo valenciano. Las emociones estar¨ªan garantizadas, al tiempo que se nos aleccionar¨ªa sobre los desvar¨ªos y truculencias a que aboca la lucha por el poder, incluso el recuelo de poder que les resta. El ¨²ltimo episodio puede resultar decisivo para persuadir a la Paramount.
El episodio, como ya habr¨¢ adivinado el lector, consiste en la filtraci¨®n de unas cartas moralistas en las que se denuncia ante las altas instancias del PSOE la presi¨®n sufrida en 1998 por el autor epistolar -alcalde de Alaqu¨¤s a la saz¨®n- por parte de quien entonces era secretario de Organizaci¨®n del PSPV y hoy secretario general del mismo, Joan Ignasi Pla, para favorecer a una empresa constructora, supuesta benefactora del partido. Es obvio que de no ser por el momento en que se produce esta divulgaci¨®n period¨ªstica y su intenci¨®n, el asunto no merecer¨ªa cuatro l¨ªneas, pues se trata de una pr¨¢ctica que linda con la rutina y a la que no es ajena ning¨²n Gobierno. Hay que ser necio o c¨ªnico para ignorar que raramente predominan criterios objetivos a la hora de adjudicar obras p¨²blicas.
Pero ocurre que la publicaci¨®n de estas cartas, que no la pueril denuncia formulada en su momento, ha puesto en un brete al citado secretario general -en realidad lo ha crucificado pol¨ªticamente- a la vez que ha lastrado el de por s¨ª trabajoso despegue del partido. El artificiero de turno sab¨ªa d¨®nde pon¨ªa la carga de profundidad al airear la dichosa carta y, mucho m¨¢s, de sus efectos destructivos. Acerca de tales prop¨®sitos, pocos o nadie alberga la menor duda. A partir de aqu¨ª, todo son conjeturas, por el momento al menos.
La primera de ellas, una vez despejado el qu¨¦, apunta al qui¨¦n o qui¨¦nes han parido y ejecutado esta maniobra letal. La primera y m¨¢s primaria de las respuestas ha sido echarle el muerto al PP, y es la que se propal¨® desde la sede del PSPV en Valencia cuando recibieron el impacto de andanada. Pero la imputaci¨®n no casa con la l¨®gica. ?Qu¨¦ ventaja obtienen los populares al desestabilizar a un adversario que no les causa la menor aflicci¨®n? ?Merece la pena asumir el coste pol¨ªtico que supondr¨ªa ser descubiertos en una operaci¨®n innecesaria cuando los sondeos de opini¨®n siguen exhibiendo diferencias electorales abismales? La sospecha no resiste un minuto de reflexi¨®n.
M¨¢s coherente parece pensar que el enemigo est¨¢ dentro y tiene franqu¨ªa para acceder al correveidile que aventa el asunto. Joan Lerma y Cipri¨¤ Ciscar, conocedores con anticipaci¨®n de las ep¨ªstolas y de la presunta irregularidad, est¨¢n en el punto de mira de las facciones encontradas, as¨ª como en el de los actuales mandatarios del partido. Pero, si no confundimos los deseos o man¨ªas personales con la realidad, convendr¨¢ aplazar la acusaci¨®n. Tiempo al tiempo y as¨ª le daremos vidilla al morbo.
?Y por qu¨¦ ahora? Otra conjetura que propicia varias respuestas. Una, porque antes no se dispuso de los documentos, lo que no es del todo cierto, pues tampoco eran secretos, como queda dicho. Dos, porque en el fondo del asunto s¨®lo late un deseo de venganza -al alcalde damnificado no le dieron su trozo de pan- que ha estallado al alcanzar su punto candente de paroxismo. Y tres, m¨¢s veros¨ªmil y pol¨ªtica, porque el responsable de la filtraci¨®n considera indistintamente que el actual l¨ªder socialista -decimos de Pla- no ha cuajado y hay que propiciar una alternativa, o que, por lo contrario, s¨ª lleva trazas de consolidarse y tampoco eso conviene.
No son estas las ¨²nicas interrogantes que cundir¨¢n estos pr¨®ximos d¨ªas en los cen¨¢culos pol¨ªticos y period¨ªsticos. Tampoco es descartable que surjan otras novedades imprevistas en forma de cicutas o autoinmolaciones para amenizar el penoso drama o sainete del colectivo socialista, que tan perplejos nos tiene. La conjura o conspiraci¨®n no ha hecho m¨¢s que empezar como hemos percibido en las carcajadas sarc¨¢sticas y agoreras de los 'compa?eros' socialistas que celebran este quebranto. Vestidos de romanos pueden ser el ¨¦xito m¨ªtico y tem¨¢tico que andan buscando en Benidorm para acrecentar la clientela.
ERNEST LLUCH
El Colegio de Economistas y la Universidad han rendido esta semana un homenaje y recordatorio, respectivamente, al profesor Ernest Lluch a prop¨®sito de la reedici¨®n de su libro La v¨ªa valenciana, que tantas v¨ªas de reflexi¨®n sigue nutriendo. No ser¨¦ yo quien objete una sola tilde de la semblanza de este catal¨¢n polifac¨¦tico, sabio y generoso, de su arraigo entre nosotros, ni de la escuela y estela que dej¨® en estas tierras. Si acaso, una leve salvedad para sus bi¨®grafos. Me refiero a la influencia que tuvo en la frustraci¨®n de un partido socialista de obediencia valenciana. De ello no debe colegirse que se equivocara, tan solo que, con el peso de su personalidad, sesg¨® un proyecto acaso irrepetible.
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