Una ecuaci¨®n falsa
En el imaginario colectivo sobre la inmigraci¨®n predominan los t¨®picos: la invasi¨®n, la p¨¦rdida de trabajo por las personas aut¨®ctonas. Uno de estos mitos o t¨®picos suele presentarse con la sugestiva forma de la ecuaci¨®n matem¨¢tica. En uno de los lados separados por el signo igual est¨¢ la inmigraci¨®n. Y en el otro, la delincuencia. Avezados comentaristas del fen¨®meno migratorio finalizan la ecuaci¨®n r¨¢pidamente y me temo que haciendo alguna peque?a trampa.
Para empezar, dejar claro que la inmigraci¨®n ilegal no es un delito en Espa?a. Otro dato: el porcentaje de personas inmigrantes detenidas como presuntos autores de un delito con respecto al total de inmigrantes no es superior al de personas detenidas por el mismo motivo en relaci¨®n con el total de la poblaci¨®n espa?ola. Para que salga bien la ecuaci¨®n necesitamos un salto. Muchos recordar¨¢n como Abel Matutes dec¨ªa el a?o pasado que los inmigrantes ilegales no existen para el Gobierno. Sin embargo, en las estad¨ªsticas de inmigrantes detenidos s¨ª aparecen y estas detenciones engrosan el total pasando inadvertidas para quien no conoce el dato. Nos encontramos con que aquellas personas de las que se predica su no existencia son usadas como palanca de un peligroso salto.
Nos encontramos con casos singulares. Se produce un horrible crimen en Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid). Resulta que el presunto asesino es moldavo y no tiene permiso de residencia. Voces como la de Ana Botella claman: '?C¨®mo es que no se le hab¨ªa expulsado?'. Se impulsan cambios legislativos como el de los 'juicios r¨¢pidos'. Menos mal que alguna mente l¨²cida repara en que tales juicios ya est¨¢n previstos y que si no se celebran en m¨¢s ocasiones es para salvaguardar los derechos de los ciudadanos espa?oles, cuya defensa requiere de una aplicaci¨®n concienzuda de las leyes. Vivimos d¨ªas de agitaci¨®n, d¨ªas en los que la presunci¨®n de inocencia de las personas con nombre musulm¨¢n parece no estar asegurada. No conviene bajar la guardia, recordando a Brecht.
La ecuaci¨®n es falsa. Habr¨ªa que hablar de marginalidad. Pero en estos d¨ªas comprobamos que no todos los inmigrantes son marginados. Han tejido redes que les permiten subsistir. Quien m¨¢s quien menos trabaja y se gana la vida. Adem¨¢s, la Ley de Extranjer¨ªa del PP no se aplica, pr¨¢cticamente. Se agranda el espacio entre inmigraci¨®n y marginalidad. Por no hablar del salto entre marginalidad y delincuencia. ?Qui¨¦n identificar¨ªa marginados espa?oles y delincuentes? La inmigraci¨®n es una realidad cada vez m¨¢s asumida y una perspectiva de futuro que se empieza a palpar.
Javier Botey es abogado y miembro de la Oficina de Extranjeros de CC OO.
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