Detalles toreros de Ant¨®n Cort¨¦s
Ant¨®n Cort¨¦s -Dios le bendiga- apunt¨® unos detalles toreros de mayor cuant¨ªa y liber¨® a la afici¨®n del mal rato que estaba pasando.
La afici¨®n no se vea cu¨¢nto es de sufrida y apasionada. Antes del festejo llov¨ªa copiosamente y hac¨ªa votos para que escampara y pudiera celebrarse la funci¨®n. La divinidad los oy¨® con complacencia y al llegar la hora en punto de su comienzo ces¨® la lluvia y ya no cay¨® en toda la tarde ni gota.
As¨ª que fueron chorreando novillos por su orden. Pero como aquello era un sinvivir y un sopor, cuando conclu¨ªa la lidia del tercero se oy¨® a un aficionado pidiendo desesperadamente a voz en grito: '?Que llueva, por favor!'.
Lidia y toreo pueden ser apasionantes pero tambi¨¦n una paliza y un dolor. Depende de qui¨¦n los haga, claro. Y si le tocaba a Procuna, la gente se pod¨ªa poner de los nervios. Es pundonoroso este novillero portugu¨¦s, desde luego podr¨ªa contarse entre los buenos con las banderillas pues prendi¨® pares meritorios, al sexto lo recibi¨® con la inevitable larga cambiada; mas en cuanto cog¨ªa la muleta daba la sensaci¨®n de que conjuraba a la confusi¨®n y el caos, y alg¨²n aficionado conspicuo ya se iba a suicidar a lo bonzo.
Ventorrillo / Reyes, Cort¨¦s, Procuna
Novillos de El Ventorrillo, tres primeros terciados, resto con trap¨ªo, manejables en general; 4? bravo, 5? bravuc¨®n, ambos nobles. Reyes Mendoza: pinchazo perdiendo la muleta, pinchazo y estocada ladeada tirando la muleta (ovaci¨®n y salida al tercio); estocada ca¨ªda (pitos). Ant¨®n Cort¨¦s: pinchazo y estocada algo atravesada que asoma (silencio); pinchazo hondo y rueda de peones (oreja con escasa petici¨®n). Procuna: pinchazo bajo y estocada (silencio); pinchazo y estocada (silencio). Plaza de Las Ventas, 6 de octubre. 2? corrida de feria. Dos tercios de entrada.
Sin orden ni concierto muleteaba Procuna, en cada pase mandaba el novillo embestidor, intentaba un mogoll¨®n de suertes y no templaba ninguna, ni siquiera las manoletinas que son el pase tonto de la moderna tauromaquia.
Por delante hab¨ªa ido Reyes Mendoza, a quien el primer novillo le peg¨® un volteret¨®n tremendo nada m¨¢s recibirlo de capa. Es el caso que el novillo, colorao y terciado por m¨¢s se?as, se tra¨ªa una embestida codiciosa y resultaba dif¨ªcil embarcarlo sin quebranto, pese a lo cual Reyes Mendoza ci?¨® naturales, aguant¨® valeroso las arrancadas, oblig¨® y corri¨® la mano, componiendo una meritoria faena. Luego la emborron¨® matando fatal.
El cuarto novillo de El Ventorrillo sac¨® bravura y el p¨²blico le ped¨ªa a Reyes Mendoza que la resaltara coloc¨¢ndolo de largo para la suerte de varas. El torero parec¨ªa no entender y capoteaba por all¨ª azaroso e inconcreto sin saber d¨®nde ni c¨®mo ponerlo. De manera que hubo de ser el propio novillo el que se arrancara al galope por su cuenta.
Lo recib¨ªa un pintoresco picador que no calaba el castore?o sino que lo llevaba encima de la cabeza, y ¨¦l y el jamelgo que cabalgaba se daban las trazas de quien viene de carnestolendas. Ten¨ªa adem¨¢s la calzona desabrochada casi entera, por tanto la mona al aire, de forma que casi le hubiese dado igual aparecer en calzoncillos. Y, en fin, a la hora de la verdad -que es picar- marraba el puyazo, perd¨ªa el control del caballo, una vez cayeron y los levant¨® el novillo, a la siguiente le meti¨® la vara en un brazuelo y fracasada la reuni¨®n de poco se despendolan.
A ese novillo noble no lo tore¨® bien Reyes Mendoza. El quinto dio pelea espectacular en el primer tercio aunque se quedaba en bravuc¨®n, manso por tanto. Y sin embargo desarroll¨® una nobleza que Ant¨®n Cort¨¦s replic¨® derrochando torer¨ªa.
Ya hab¨ªa lucido el joven espada a la ver¨®nica, en el mando y el pundonor que despleg¨® frente a su incierto primer novillo. Y esta vez pudo exhibir detalles enjundiosos, una trincherilla hermos¨ªsima, los naturales con ce?imiento y ligaz¨®n, espl¨¦ndidos pases de pecho y ayudados por bajo. Todo ello entre imperfecciones, desde luego, lo que no desmerece en nada su torer¨ªa ya que se trata de un novillero y est¨¢ empezando.Uno firmar¨ªa que cuantos empiezan fueran por lo menos as¨ª: enti¨¦ndase, toreros con torer¨ªa; no insoportables pegapases.
Babelia
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