La parte privada de Limasa rechaza el acuerdo del alcalde con los empleados
La empresa de limpieza de M¨¢laga no cesa de originar conflictos
La empresa mixta que tiene la contrata del servicio de limpieza urbana de M¨¢laga, Limasa, se ha convertido en el ¨²ltimo a?o en una constante fuente de conflictos. Dos decisiones de la sociedad han acabado en los tribunales y, por si fuera poco, el alcalde, Francisco de la Torre, tiene ahora un nuevo quebradero de cabeza por la negativa de la parte privada de la empresa a asumir el acuerdo al que lleg¨® con los trabajadores sobre el convenio colectivo el pasado 13 de agosto.
Aquel acuerdo evit¨® una huelga del servicio en plena feria, pero ha desencadenado un mal mayor cuya soluci¨®n pasa de forma casi irremediable por un encarecimiento del canon que el consistorio paga a Limasa.
Dos decisiones que afectan a la empresa ya han llegado a los tribunales: el cobro de una certificaci¨®n de 40 millones de pesetas por una obra que la empresa no hab¨ªa realizado, objeto de una causa penal, y la salom¨®nica decisi¨®n con la que se resolvi¨® el concurso p¨²blico para la constituci¨®n de la nueva sociedad, recurrida en v¨ªa contenciosa por la posible vulneraci¨®n del pliego de condiciones.
El alcalde ha tenido adem¨¢s que soportar c¨®mo el consejo de administraci¨®n de la sociedad, que ¨¦l preside, ha retado su autoridad en un gesto que seg¨²n los dos partidos de la oposici¨®n no tiene precedentes y deber¨ªa resultar intolerable. Tanto PSOE como IU culpan de la situaci¨®n al propio De la Torre, porque dicen que resolvi¨® 'por su cuenta' el conflicto laboral de agosto, y se tom¨® unas atribuciones que no le correspond¨ªan.
Acuerdo desautorizado
De la parte privada de la empresa, que tiene el 51% del capital social, forman parte en proporciones iguales Fomento de Construcciones y Contratas, que se qued¨® la responsabilidad de la gesti¨®n, y un grupo formado por Urbaser, Sando y Unicaja. Esta parte mayoritaria desautoriz¨® el acuerdo alcanzado por el alcalde y los trabajadores en un consejo de administraci¨®n celebrado a principios de septiembre. Para tratar de desbloquear la situaci¨®n, el alcalde se comprometi¨® a que el Ayuntamiento, y no la empresa, asuma los costes adicionales del convenio colectivo, que contempla un incremento salarial del 5% y la contrataci¨®n como fijos de 100 de los 460 empleados eventuales que tiene Limasa. Esta soluci¨®n es rechazada por la oposici¨®n, que entiende que esos costes deben repercutir en los beneficios empresariales y nunca en el canon que el Ayuntamiento paga a Limasa.
Pese al ofrecimiento del alcalde, el asunto tampoco pudo ser desbloqueado en el consejo de administraci¨®n del pasado 27 de septiembre, ya que el equipo de gobierno y la parte privada tampoco se ponen de acuerdo en la estimaci¨®n del coste econ¨®mico del convenio colectivo. En aquella sesi¨®n de decidi¨® crear una comisi¨®n mixta para evaluarlo, y, aunque en principio se baraj¨® la cantidad de 40 millones de pesetas, el socio privado prev¨¦ que ser¨¢n m¨¢s de 100 millones.
Un concurso p¨²blico singular
El fondo de la cuesti¨®n del conflicto actual vuelve a estar marcado por la pol¨¦mica decisi¨®n con la que el pasado enero el equipo de gobierno resolvi¨® el concurso p¨²blico para la b¨²squeda de un nuevo socio privado para la empresa mixta de limpieza. El consistorio declar¨® entonces inadmisibles las dos ofertas presentadas, de Fomento de Construcciones y Contratas -anterior adjudicatario- y de Urbaser, y abri¨® un procedimiento negociado que concluy¨® con la inclusi¨®n de ambas en la nueva sociedad, estableciendo el canon anual en 6.584 millones de pesetas, 250 millones menos de los establecidos inicialmente en el pliego del concurso p¨²blico. Seg¨²n la oposici¨®n, el socio privado intenta aprovechar ahora la situaci¨®n para sacar tajada y conseguir una mejora de las condiciones econ¨®micas del contrato. El portavoz socialista Francisco Oliva relata de forma gr¨¢fica la situaci¨®n creada por lo que ¨¦l considera la indecisi¨®n del alcalde: 'Ha conseguido tener a todo el mundo cabreado, el socio privado, los trabajadores, la oposici¨®n y el propio equipo de Gobierno'. Y como el convenio colectivo sigue sin firmarse, los trabajadores han convocado una huelga en el servicio a partir del d¨ªa 16. El clima laboral es muy tenso, y la noche del pasado jueves la ciudad se qued¨® sin recogida de basuras porque los empleados decidieron plantarse. Al d¨ªa siguiente, el comit¨¦ de empresa les convenci¨® de que hab¨ªa que seguir los cauces reglamentarios. Para esta semana est¨¢ prevista una nueva reuni¨®n del consejo de administraci¨®n en el que las alternativas est¨¢n claras: O aprueba el convenio que el alcalde y presidente de la empresa pact¨®, o esta vez la huelga ser¨¢ inevitable. La cuesti¨®n se agrava adem¨¢s por la perspectiva de la negociaci¨®n de un nuevo convenio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.