'Me pudo la ansiedad'
Gerard busca recobrar su sitio en el Bar?a, pero sin m¨¢s precipitaciones
Ha acabado el entrenamiento y, como reconstituyente, se toma un vaso de leche con el trago de un beb¨¦. La vitalidad que desprende Gerard L¨®pez (Granollers, Barcelona, 1977) es contagiosa. A cada compa?ero que se cruza le da una palmada que suena con estruendo. El encuentro con el brasile?o Rochemback es especialmente sonoro. Los lesionados han quedado citados en el estadio y faenan que es un gusto para reintegrarse al equipo, se?al de buena salud, de sana competencia, de que la nave va. 'Me muero de ganas por reincorporarme', advierte, 'pero no cometer¨¦ el error de forzar otra vez. Por mucho que lo sienta, no podr¨¦ enfrentarme a¨²n al Valencia'. Una pena. Ning¨²n partido tiene tanta carga sentimental para ¨¦l que un Bar?a-Valencia.
Gerard solloz¨® por la derrota del Valencia en la final de la ¨²ltima Liga de Campeones, disputada en Mil¨¢n, prueba de su identificaci¨®n con Mestalla, y se dej¨® la pierna en el Camp Nou en un choque con Soler en el Mallorca-Barcelona, una muestra de su impaciencia por asentarse en el club azulgrana. 'El mister ya hab¨ªa completado los cambios y aguant¨¦ sabiendo que el aductor sufr¨ªa', recuerda. '?No iba a dejar al equipo con uno menos!', apostilla.
Por suerte, el aductor medio de la pierna derecha no se rompi¨®, sino que la lesi¨®n qued¨® en un estiramiento, pero tuvo que parar una vez m¨¢s. 'Ya me lo dijo Tal¨ªn Alexanco . Hay que prever la posibilidad de encadenar contracturas musculares despu¨¦s que a uno le hayan intervenido de la rodilla, y la m¨ªa, en abril pasado, fue una operaci¨®n muy seria'. Al doctor Ram¨®n Cugat le bastaban veinte minutos para solucionar las lesiones meniscales y en el caso de Gerard tard¨® m¨¢s de una hora y media.
'Me precipit¨¦ al afrontar la pretemporada como si fuera uno m¨¢s del grupo', asiente Gerard; 'sin atender a mi recuperaci¨®n, no contemplando que mi masa muscular hab¨ªa cambiado y que hab¨ªa que ir con tiento'. Y remacha: 'Me pudo la ansiedad'.
Pura sangre como es, a Gerard no hay quien le tire de las bridas cuando le dan cancha. 'Me gusta saber qu¨¦ quiere el entrenador de m¨ª, que venga de cara', puntualiza, 'y Carles Rexach me coment¨®: 'c¨¦ntrate, estate por la labor y tendr¨¢s tus oportunidades. Puedes jugar en muchos puestos'. Charly ha cumplido al pie de la letra su promesa: 'A la que ha podido, a la que he estado m¨ªnimamente en condiciones, me ha metido en el equipo. Y siempre para una cosa distinta. He visto que puedo hacer muchas cosas, aunque me siento un centrocampista con preferencia para actuar de pivote o interior derecho'.
Rexach aparece hoy ante Gerard como H¨¦ctor C¨²per lo hizo en el Valencia. Por la misma regla de tres, con Lloren? Serra Ferrer se sinti¨® tan ninguneado como con Claudio Ranieri. El peque?o de la dinast¨ªa futbol¨ªstica L¨®pez Seg¨² es de los que abandonan a la que no se siente importante y de los que se entrega si se le mima. As¨ª que hoy parece presto a revivir su a?o dorado en Mestalla, cuando le marc¨® tres goles al Lazio y abati¨® a todos los grandes espa?oles y europeos.
'El Barcelona de hoy guarda cierto parecido con el Valencia en el que m¨¢s a gusto me sent¨ª', argumenta. 'Son equipos que juegan en bloque, competitivos, dif¨ªciles de batir y que rentabilizan los goles', prosigue. 'El Bar?a ha mejorado mucho como conjunto. Le interesa m¨¢s el grupo que las individualides. Aunque costar¨¢ un tiempo, estoy seguro de que acabar¨¢ jugando bien. Ahora, sin embargo, es importante trabajar en una sola direcci¨®n y ganar confianza con buenos resultados', insiste; 'el Valencia sigue a lo suyo. Pese al cambio de t¨¦cnico, est¨¢ acostumbrado a unas cosas y no se cambian'.
Milla y Carboni le tienen al corriente de cuanto ocurre en Mestalla e igualmente est¨¢ al tanto del Alav¨¦s, en el que madur¨® como futbolista. 'Hoy ya me siento a punto para refrendar las expectativas despertadas', confiesa; 'he vuelto a mi casa, a mi ciudad, a mi club y soy feliz'. Tanto que en el verano, cuando aun estaba lesionado, volvi¨® a mandar al carajo al Milan, que no para de prometerle el oro y el moro. Alto, guapo, fibroso, algo descarado y con la autoestima propia de su generaci¨®n, parece un futbolista de dise?o, aunque los clubes coinciden en denominarle 'el jugador del futuro'.
?Y eso qu¨¦ es?
'M¨¢s que los sistemas', responde, 'interesan los jugadores que sepan leer el partido, cambiante a cada momento. Hay que tener un sexto sentido para adaptarse a cada situaci¨®n. Defender, atacar, tocar, abrir. Y cuantas m¨¢s cosas sabes hacer, mejor'. Gerard cierra, llega, tiene un juego a¨¦reo poderoso y exhibe una contagiosa jovialidad. Un poco de todo y, en especial, ganas de comerse el mundo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.