Polic¨ªa Municipal

El alcalde ?lvarez del Manzano cree que los polic¨ªas municipales deber¨ªan implicarse m¨¢s en la mejora del tr¨¢fico en la ciudad. Lo cree y as¨ª lo dijo la semana pasada en el transcurso de un acto p¨²blico, desatando las iras de la oposici¨®n y los sindicatos del cuerpo. Le han puesto por ello realmente verde, no dudando en calificar sus declaraciones de intolerables. Tan duros fueron, que busqu¨¦ el texto literal de sus manifestaciones para comprobar si merec¨ªan semejante reacci¨®n. Y resulta que la critica m¨¢s severa que hizo fue afirmar que encontraba 'algo de despego' en la actuaci¨®n de la Polic¨ªa Municipal respecto al tr¨¢fico en la ciudad. 'Algo de despego', dijo el alcalde, y s¨®lo por eso le cay¨® una bronca como si hubiera mentado a la madre de alguien. Parece del todo desmesurado.

Estoy seguro de que son muchos los ciudadanos que suscribir¨ªan esa apreciaci¨®n del alcalde, y algunos ser¨ªan incluso bastante m¨¢s duros que ¨¦l. La torpeza pol¨ªtica desvirtu¨® en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas las funciones de los agentes locales, provocando en la cultura del cuerpo el menosprecio por el ordenamiento de la circulaci¨®n. A pesar de ser el m¨¢s grave problema urbano que padece la ciudad, en la Polic¨ªa Municipal de Madrid son muy pocos los que quieren ocuparse del tr¨¢fico. Para ellos no hay destino m¨¢s bajo y peor reputado que el de ordenar la circulaci¨®n en un cruce, y a un cruce suelen ir los que caen en desgracia o no cuentan con apoyos en las jefaturas o un padrino sindical que les proteja. El control del tr¨¢fico a pie de calle suele ser, tambi¨¦n, el primer destino de los muchachos reci¨¦n salidos de la academia, a los que vemos con su uniforme nuevo haci¨¦ndose unos l¨ªos monumentales en cruces estrat¨¦gicos de la ciudad. Un polic¨ªa experimentado en uno de esos enclaves circulatorios es un aut¨¦ntico tesoro que, con su trabajo duro y aparentemente poco lucido, ahorra miles de horas y toneladas de carburante a los automovilistas. Su intervenci¨®n, tragando humo y pasando fr¨ªo o calor, resulta sencillamente fundamental para que la ciudad funcione, no estando en absoluto reconocido. Internamente predomina la idea de que cualquier agente que se precie debe ir a bordo de un veh¨ªculo, a ser posible de cuatro ruedas. Ese tremendo error conceptual, que convierte al agente de a pie en un paria uniformado, es, en gran medida, el responsable de la falta de operatividad en la regulaci¨®n del trafico.

Tal es el apego al coche patrulla y a sus sirenas y lucecitas que podr¨ªa poner en serias dificultades la implantaci¨®n de la 'polic¨ªa de barrio' que planea el reci¨¦n nombrado inspector jefe de Servicios. Jose Luis Morcillo, un funcionario experimentado y hasta ahora ejemplar, est¨¢ empe?ado en ese proyecto que, a pesar de ser casi una constante en los programas electorales de todos los partidos, ning¨²n gobierno municipal hab¨ªa tenido la convicci¨®n y el empuje suficiente para ponerlo en marcha. Esta vez, la concejala Mar¨ªa Tard¨®n parece decidida a hacerlo, aunque tendr¨¢ enfrente a ciertos sindicatos del cuerpo que tratar¨¢n de evitar que sus simpatizantes y afiliados se apeen del veh¨ªculo. Tampoco parece probable que la oposici¨®n le apoye en este plan. Tard¨®n acaba de culminar una reorganizaci¨®n profunda de la Polic¨ªa Municipal que el PSOE e IU han criticado por su pol¨ªtica de nombramientos. Una reorganizaci¨®n extremadamente compleja que ha plantado cara a las numerosas camarillas existentes en la Polic¨ªa Municipal. Son grupos que libran luchas intestinas de poder en las que, casi siempre, defienden intereses personales en ocasiones inconfesables, pocas veces profesionales y nunca los de la ciudadan¨ªa a la que se deben. Los promotores de la reforma se encontrar¨¢n as¨ª con una legi¨®n de agraviados que, a buen seguro, tratar¨¢n de sabotearla simplemente porque no les conviene. Y es posible que en la iniciativa de la concejala Tard¨®n pueda haber fallos y directrices que corregir, pero, al menos, est¨¢ tomando las riendas de la Polic¨ªa Municipal para intentar los cambios que todos reconocen necesarios. Su esfuerzo merece, como m¨ªnimo, respeto y un tiempo razonable de espera antes de calificar los resultados. Objetivo prioritario de la reorganizaci¨®n ser¨¢, precisamente, el potenciar al m¨¢ximo la presencia de agentes en los cruces de la capital. En Madrid hay muy buenos polic¨ªas y vale la pena comprometerlos para mejorar el tr¨¢fico.