'La informaci¨®n sobre biotecnolog¨ªa debe ser transparente'
El nombre de Monsanto, el gran productor estadounidense de semillas transg¨¦nicas, resuena en muchos o¨ªdos europeos como un sombr¨ªo poder tecnol¨®gico que amenaza con pervertir la pureza buc¨®lica de nuestros campos, y con comprometer la seguridad presunta de las estanter¨ªas de nuestros supermercados. Quiz¨¢ no sea enteramente casual que su actual presidente sea un belga, ni que su vicepresidente ejecutivo sea un escoc¨¦s. ?ste ¨²ltimo se llama Hugh Grant, pero eso s¨ª es una casualidad.
Grant, que visit¨® recientemente Madrid, parece haberse convencido de que su compa?¨ªa no va a lograr la conquista del mercado europeo por la puerta de atr¨¢s. Y, aunque evita cuidadosamente expresiones como 'transg¨¦nico' o 'gen¨¦ticamente modificado', asegura que su nueva estrategia estar¨¢ basada en la informaci¨®n transparente y el respeto a la opini¨®n p¨²blica del viejo contienente, hipersensibilizada con todo lo que se lleva a la boca.
'Somos una empresa americana, y eso es por s¨ª mismo un problema en Europa'
'A causa de las 'vacas locas', el ganado tiene que volver a comer prote¨ªnas vegetales'
Pregunta. El rechazo social a las semillas y alimentos transg¨¦nicos no ha hecho m¨¢s que crecer en los ¨²ltimos a?os. ?Qu¨¦ van a hacer ustedes para vender sus productos?
Respuesta. Hay un gran contraste entre los dos lados del Atl¨¢ntico. En Estados Unidos, 20 de los 30 millones de hect¨¢reas de soja se producen mediante biotecnolog¨ªa [l¨¦ase que son transg¨¦nicas]. Tambi¨¦n la mitad del algod¨®n y casi la mitad del ma¨ªz. La historia es muy diferente en Europa. En los ¨²ltimos tres o cuatro a?os los consumidores europeos se han ido preocupando m¨¢s y m¨¢s acerca de lo que comen. Las dos principales razones no tienen que ver con la biotecnolog¨ªa: han sido la crisis de las vacas locas y la progresiva p¨¦rdida de confianza de los ciudadanos europeos en los mecanismos de control y regulaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ van a hacer entonces con el mercado europeo?
R. Volver a los fundamentos. Somos una empresa americana, y eso ya supone por s¨ª solo un grave problema en Europa. Estamos hablando con los investigadores, pa¨ªs por pa¨ªs, tratando de ganarnos la confianza cient¨ªfica en estas tecnolog¨ªas.
P. Sus semillas no han sido dise?adas hasta ahora para resolver problemas nutricionales, sino para la mejora de rendimientos y la resistencia a plagas.
R. Es absolutamente cierto. Los primeros productos que han desarrollado Monsanto, Syngenta y otras compa?¨ªas han sido esencialmente para controlar a los insectos y a las malas hierbas. El beneficio para el consumidor no viene de una mejora de las propiedades nutritivas de la planta, sino de la reducci¨®n de la cantidad de pesticidas en el medio ambiente. En las plantaciones de algod¨®n del Delta del Misisipi hab¨ªa que fumigar entre ocho y diez veces. Ahora el algod¨®n lleva un gen que le protege de los insectos, y s¨®lo se fumiga dos veces.
P. ?Qu¨¦ vendr¨¢ ahora?
R. La pr¨®xima generaci¨®n de semillas, que estar¨¢ en el mercado entre 2005 y 2007, tendr¨¢ mejoradas sus propiedades nutricionales, tanto para la alimentaci¨®n humana como para la animal. Esto ser¨¢ muy relevante en Europa, ya que una de las consecuencias de la crisis de las vacas locas es que el ganado tiene que volver a comer prote¨ªnas vegetales. Mejorar la composici¨®n de amino¨¢cidos de las prote¨ªnas de la soja y el ma¨ªz tendr¨¢ un impacto significativo.
P. ?Est¨¢n trabajando en ello?
R. S¨ª.
P. ?Como consecuencia de las vacas locas?
R. No. Empezamos hace ya tres a?os a mejorar la composici¨®n de las prote¨ªnas y de las grasas de la soja, el ma¨ªz y otras plantas.
P. ?Y con la alimentaci¨®n humana?
R. Veremos muchos m¨¢s avances como el arroz dorado, modificado para incrementar su contenido en vitaminas.
P. ?Es el Tercer Mundo un mercado interesante para ustedes?
R. ?frica est¨¢ todav¨ªa muy lejos de ser un mercado. Pero s¨ª podemos mirar a China e India como mercados emergentes. En China, el ¨²ltimo a?o tuvimos dos millones y medio de agricultores cultivando algod¨®n biotecnol¨®gico con excelentes resultados.
P. ?Ha sido Monsanto suficientemente transparente? ?Ha facilitado la suficiente informaci¨®n a los agricultores, a los ciudadanos y a las administraciones?
R. A las administraciones y a los organismos reguladores ciertamente s¨ª. Nuestro objetivo ha sido tradicionalmente satisfacer a las autoridades reguladoras, que es lo que hacen siempre las empresas tecnol¨®gicas. Pero creo que hemos aprendido -y hemos tenido que aprenderlo por las malas- que estas tecnolog¨ªas tienen un contacto muy directo con los consumidores. Reconocemos ahora que tenemos que estar abiertos a dar informaci¨®n a una audiencia mucho m¨¢s amplia. Nos hemos propuesto que nuestra pol¨ªtica comercial est¨¦ basada en la transparencia, la libertad de informaci¨®n, el respeto a las culturas. En esto se fundamentar¨¢ la comercializaci¨®n de la pr¨®xima generaci¨®n de semillas. La informaci¨®n sobre biotecnolog¨ªa debe ser transparente, y ¨¦sta es la forma en que Monsanto puede recuperar la confianza de los consumidores.
P. Ponga un ejemplo.
R. Estamos colgando toda la informaci¨®n sobre regulaciones en Internet, de modo que cualquiera puede consultarla. Secuenciamos el genoma del arroz y lo hicimos p¨²blico el a?o pasado. Cualquier mejorador de semillas en Bangladesh o Sao Paulo puede consultar esa informaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ les llev¨® a hacer eso?
R. S¨¦ que para Monsanto esto supone un cambio enorme. Enorme. Pero mirando al largo plazo era nuestra ¨²nica opci¨®n.
P. ?Qu¨¦ le parecen las etiquetas?
R. Es dif¨ªcil informar sobre biotecnolog¨ªa en un cent¨ªmetro cuadrado. Es mucho mejor que los consumidores dispongan de una informaci¨®n extensa.
P. ?No est¨¢ usted pidiendo demasiado a la formaci¨®n de los consumidores?
R. Admito que es ambicioso, pero nuestros sistemas de educaci¨®n deben empezar a dar un papel preponderante a la biolog¨ªa.
P. No ir¨¢ Monsanto a invertir en escuelas.
R. ?Espero que no!
P. ?No cree que el sector est¨¢ demasiado concentrado?
P. El problema no es que falte competencia: se trata de un mercado terriblemente competitivo. Pero la investigaci¨®n es car¨ªsima. Monsanto gasta 600 millones de d¨®lares anuales (110.000 millones de pesetas) en investigaci¨®n. Ninguna peque?a empresa puede permitirse nada semejante.
P. El nombre de Monsanto aparece a menudo asociado a estrategias pol¨¦micas como la semilla Terminator [manipulada para que s¨®lo se pueda sembrar una temporada].
R. Nunca tuvimos la Terminator. Ni siquiera era un producto: era un concepto desarrollado por el Ministerio de Agricultura de EE UU y una compa?¨ªa de algod¨®n. Intentamos comprar esa compa?¨ªa pero no pudimos. Terminator es un mito popular.
P. La Fundaci¨®n Europea de la Ciencia ha emitido un informe favorable a las semillas transg¨¦nicas, pero ha se?alado que se precisan m¨¢s estudios independientes, que no est¨¦n financiados por la propia industria.
R. Tambi¨¦n en el sector farmac¨¦utico la mayor¨ªa de los estudios los financian las empresas, aunque a petici¨®n de las agencias gubernamentales.
P. ?Cu¨¢les son sus planes en Espa?a?
R. Espa?a y el Reino Unido son los pa¨ªses europeos que han abordado la cuesti¨®n de una manera m¨¢s cient¨ªfica, y la agricultura es un sector muy importante en Espa?a. Monsanto tiene 150 personas en este pa¨ªs y un negocio de 40 millones de d¨®lares (7.200 millones de pesetas). Hacemos en Espa?a, por ejemplo, toda nuestra investigaci¨®n sobre el girasol para toda el ¨¢rea mediterr¨¢nea. Es un pa¨ªs clave para nuestro negocio europeo.
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