La pesca del salm¨®n gigante en Mongolia
Irse hasta Mongolia para pescar salmones no es excesivo?
No. Fui detr¨¢s del salm¨®nido m¨¢s grande del mundo. Se llama taimen y puede pesar m¨¢s de 100 kilos. Es muy predador y, adem¨¢s de otros peces, come roedores y patos, si se cruzan en su camino.
Espero que el taimen s¨ª respete a los viajeros que van con ca?a en ristre... ?C¨®mo fue su aventura?
Fueron 15 d¨ªas con una organizaci¨®n muy precaria y tardamos una semana en llegar al lugar indicado para la pesca, as¨ª que fue llegar y emprender el regreso. Tuvimos que coger un avi¨®n ruso, en estado lamentable, y aterrizar a los diez minutos de vuelo porque empez¨® a renquear. Luego hicimos una parte en coche, tambi¨¦n de aventura, porque all¨ª no hay gasolineras.
?Van los coches a pedales?
No, pero a lo mejor tienes que llegar a un pueblo donde un tipo tiene 200 litros. Y no te los vende por las buenas. Tienes que darle conversaci¨®n, pasar con ¨¦l medio d¨ªa y si le caes bien, consigues el combustible. Yo tuve suerte, porque me hab¨ªa llevado cincuenta pares de gafas de sol para regalar que me abrieron muchas puertas.
Adem¨¢s de la b¨²squeda del taimen, ?habr¨¢ m¨¢s alicientes para ir a Mongolia, no?
Hay mil. Es cierto que es un pa¨ªs anclado en otra ¨¦poca. No hay carreteras ni caminos en algunas zonas. Pero el paisaje es tan espectacular, que merece la pena el viaje. Est¨¢ el desierto del Gobi, la frontera norte con Siberia... Muchos lugares maravillosos, con una gente pobre pero con mucha dignidad.
?Lleg¨® hasta Ulan Bator, la capital?
S¨ª. Tiene un estilo arquitect¨®nico y un ambiente de ciudad sovi¨¦tica. Con esos bloques de hormig¨®n gris y grandes avenidas. Sin embargo, la gente joven me pareci¨® muy occidental. Escuchan la misma m¨²sica que nosotros, visten con vaqueros...
?Sufrieron alg¨²n sobresalto rese?able?
S¨ª, pero no en la ciudad, sino en el monte. Por la noche dorm¨ªamos en tiendas y o¨ªamos aullar a los lobos, a 50 metros de donde est¨¢bamos. Yo s¨¦ que no suelen atacar, pero mis amigos no estaban tan convencidos y pasaron miedo.
Y la gran pregunta. ?Consigui¨® pescar alg¨²n taimen?
Alguno cay¨®, pero lo devolvimos al r¨ªo.
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